martes, 21 de noviembre de 2006

Escoltados por un gran disco

Durante el mes de octubre del año 1975 hubo un aumento significativo de testimonios sobre avistamientos de “extraños” objetos volantes en el País Vasco y comunidades colindantes, propiciadas, entre otras, por las continuas publicaciones, en la prensa local y regional, de noticias sobre los ovnis. Además, el otoño, en esta zona, se caracteriza en general por bastantes días de cielos despejados con buena visibilidad, vientos del sur y temperaturas agradables que, por otra parte, favorecen la visión de los astros más brillantes.

El caso (otro clásico de la época y ejemplo característico de confusión con un astro) que vamos a ver a continuación sucedió el domingo día 26 del citado mes y se trata de la típica y conocida “persecución” o “escolta” por parte de un “misterioso” objeto celeste.

La Gaceta del Norte, de los días 28 y 30 de octubre del mencionado año, dio una pronta información del caso. Una familia (matrimonio y dos hijos de 8 y 16 años) de Baracaldo, que regresaba de pasar el fin de semana en el pueblo burgalés de Pedrosa de Tobalina, fue la protagonista de la observación. Ésta comenzó, aproximadamente, a las 18:15 horas locales hacia el kilómetro 38 de la carretera Trespaderne-Bilbao, a la altura de Peña Angulo (Burgos). El ovni fue observado en tres ocasiones por el cabeza de familia y en cinco por su hijo de ocho años, en cada una de las veces la visión duró unos 30 segundos, y siempre hacia la derecha (hacia el Este). Se desplazaba lentamente y en completo silencio.

“Era como un gran plato, de color plateado y con una coloración naranja en la parte superior. Se desplazaba a poca velocidad.”

“¿Y a qué distancia podían estar ustedes del ovni?
No sabría calcularlo con exactitud. Quizá entre 500 ó 1000 metros. Su tamaño real debía ser muy grande. Se dirigía como hacia Orduña, Peña Angulo, etc.”

Azimuts de Júpiter al comienzo y al final del avistamiento



“¿Se encontraba a mucha altura?
Quizá a unos 300 metros por encima del monte. Debía ser más grande que un avión Caravelle...”

“El testigo de la apreciación sigue diciendo que cuando llegaron a Arceniega (Álava) comentó el hecho con el dueño de un bar. Vino la esposa del tabernero y dijo que el día anterior otras personas también habían visto un objeto como el que yo había descrito, aproximadamente hacia la misma altura.”
(La Gaceta del Norte, 28 y 30 de octubre de 1975)

Precisamente, durante los atardeceres de ese mes de octubre asomaba por el Este el planeta Júpiter con un brillo superior al habitual (magnitud –2.9). A las 18:15 horas (GMT+1) del día 26 de octubre de 1975, el citado astro tenía un azimut de 267º 58’ (visible por el Este) y unos 6º de altura sobre el horizonte. Con ese brillo y en un cielo que todavía tenía cierta claridad, el mencionado planeta no pasaría desapercibido, sobre todo, teniendo en cuenta el contexto en el que ocurrieron los hechos: La prensa local informando, casi a diario, de que por la zona volaban naves de origen extraterrestre.

domingo, 5 de noviembre de 2006

¿Una nave nodriza sobrevolando Vizcaya?

Además de los astros hay otros estímulos, muchos por cierto, en el cielo que han provocado el error y la confusión en los observadores y sus experiencias siguen considerándose, muchas de ellas, inexplicadas por algunos estudiosos. En el artículo de hoy vamos a ver un ejemplo clásico tomado del libro de J.J. Benítez: 100.000 kilómetros tras los ovnis (realismo fantástico, nº 72. Plaza y Janes, Barcelona. Primera edición: enero 1980)

Según se relata en la citada obra, una familia de Bilbao fue protagonista de un extraordinario hecho. La observación se produjo el domingo día 19 de octubre de 1975 hacia las 18:30 horas bajando el puerto de Altube (Álava), dirección Bilbao y los testigos fueron un matrimonio con cinco hijos de corta edad. La esposa de A.O. llamó la atención del resto de su familia sobre un extraño objeto en el cielo:

“...un impresionantemente largo objeto que había aparecido a la izquierda de la carretera y que daba la sensación de encontrarse en perfecta inmovilidad.” (pág. 232)

El marido y sus hijos miraron en la dirección indicada por M.C. y :

“...divisaron –según testimonio del padre de familia- un enigmático objeto con forma de palillo de dientes de color gris oscuro y que les llenó de asombro por sus tremendas dimensiones: ¡entre 1.000 y 3.000 metros!”

“Y aquel objeto destacaba precisamente sobre el azul del cielo, en dirección NO.” (pág. 233)

Los observadores estuvieron viendo el ovni hasta que, en una serie de curvas, el terreno lo escondió. Estaba ubicado “...a unos 30 grados sobre el horizonte y a más de 30 kilómetros del punto de observación...”

“...Tampoco observaron alas, ni ventanillas. Era un objeto liso...”

El autor del libro llega a la siguiente conclusión:

“aquel ovni –cuyas dimensiones difícilmente podríamos imaginar- era una de las denominadas naves ‘madres’ o ‘portadoras’.” (pág. 233)

En mi opinión, la explicación es mucho más sencilla y prosaica. En esa época del año suelen ser típicas y llamativas, sobre todo cuando están solas en un cielo despejado, un tipo de nubes con una forma característica que, en numerosas ocasiones, han sido confundidas con ovnis. Aquí y aquí pueden ver unas imágenes preciosas e ilustrativas de lo que comento: Los altocumulus lenticularis.

Por otra parte, en dirección NO y a unos 35 kilómetros del punto de observación está muy cerca la ciudad de Bilbao y el superpuerto. Según la información ofrecida por el testigo, la increíble “nave nodriza” estaba ubicada muy próxima a la citada zona que, por cierto, está densamente poblada y sin embargo, nadie más observó la fantástica nave de unos 3.000 metros de longitud (Recordemos que eran hacia las seis y media de la tarde y el cielo estaba despejado).

Además, si hacemos unos sencillos cálculos, que solo sirven para tener una idea aproximada de las dimensiones aparentes del "aparato" ya que los datos se tomaron a "ojo" y, seguramente, contienen errores, con la información que se ofrece en la narración (a más de 30 Km. de distancia y a unos 30º sobre el horizonte) la supuesta nave nodriza estaría a unos 20.000 metros de altura y tendría un tamaño aparente de 8º 30’, o sea: ¡diecisiete veces la Luna llena en el cenit! (nuestro satélite tiene medio grado de tamaño angular)

Unas dimensiones descomunales que no llamaron la atención de la población del gran Bilbao y alrededores porque, sin duda, ¡se trataba de una nube!


Altocumulus lenticularis al atardecer