jueves, 24 de enero de 2008

Luces "extrañas" en el cielo vizcaíno

Vuelvo al año 1976 (época dorada de la ufología hispana) para mostrar un caso sencillo (observación de una luz en el cielo) que, en principio, no resulta complicado explicar pero que, gracias a la intervención del observador (versado en ufología), se convirtió en la visión de un objeto celeste insólito. O sea, en un ovni.

En esta ocasión, fue el propio periodista de La Gaceta del Norte testigo del avistamiento. Recibió una llamada de un vecino de Bilbao alertándole de la aparición en el cielo de una extraña luz blanca, lejana e inmóvil. Eran las 23:45 horas del día 3 de septiembre de 1976. El mencionado diario publicaba, el domingo día 5, la siguiente noticia:




A las 23:45 horas la estrella Capella, principal de la constelación de Auriga y la sexta más brillante del cielo nocturno era visible hacia el NE y a unos 9º de elevación sobre el horizonte. Era el cuerpo celeste más brillante que había en esa zona del cielo, en ese momento. Además, la descripción y comportamiento del ovni es compatible con la citada estrella (tamaño, inmovilidad, distancia, color, destellos, etc.). Hacia las 00:15 horas terminó la observación, probablemente, por la ocultación del astro por las nubes.
El periodista se desplazó a unos montes, no determinados, próximos a El Vivero y hacia las 1:00 horas el ovni volvía a aparecer sobre la misma zona, hacia el NE. A esa hora, asomaba majestuoso por esa zona del cielo el planeta Júpiter. Tenía una elevación sobre el horizonte de 9º y un brillo superior al que muestra normalmente (magnitud –2.5). La posición y la descripción del ovni coinciden con la ubicación y el aspecto del citado astro.

“Pasados unos diez minutos de observación, el objeto volvió a desaparecer, posiblemente alejándose, puesto que la luz roja y azul fue haciéndose más y más pequeña.”

Aquí tenemos, de nuevo, la típica ilusión provocada por las nubes. Disminución del tamaño aparente = a alejamiento/desaparición. Durante la observación se utilizaron prismáticos, lo cual provocó la percepción de colores que no se veían a simple vista (aberración cromática de las lentes).

Resumiendo, el ovni era una luz blanca inmóvil en el cielo que parecía estar a mucha distancia. De hecho, el observador utilizó prismáticos para acercar la imagen y ver detalles. Estos datos ya denotan la naturaleza estelar de la misteriosa luz. El comienzo del avistamiento (23:45 h) lo provocó, probablemente, Capella, que era el astro más brillante por el NE (Júpiter todavía no había salido. Su orto se produjo hacia las 00.00 horas). La segunda parte de la observación (1:00 h) la originó el planeta Júpiter, que por su intenso brillo y proximidad al horizonte resultaba especialmente llamativo. Las nubes se encargaron de hacer desaparecer del escenario a los dos astros.

La noticia de prensa terminaba con este texto: “La nave observada (Júpiter) en la citada madrugada del viernes al sábado debía ser –a juzgar por su tamaño aparente e intensidad luminosa- de un considerable tamaño.” El cronista tenía razón en este punto. Júpiter es un gigante comparado con el resto de planetas de nuestro sistema solar.

La previsión meteorológica para ese día era de: “cielo nuboso -con algún chaparrón ocasional- por puntos del norte de Galicia, Cantábrico, cuencas del Duero y Ebro, Cataluña y Baleares...” (Diario de Navarra, 3 de septiembre de 1976)

Sólo fue una simple luz en el cielo. Pero el avistamiento de esta mera luminaria fue publicado como la visión de un ovni, con todo lo que el citado término significaba y significa en el imaginario colectivo (nave extraterrestre). De paso, alertaba a futuros observadores de lo que podían ver en los cielos de la región.

Aunque parezca sorprendente, suele ser muy habitual tomar un astro por un ovni. Sólo es necesario, básicamente, creer en ovnis, tener un cierto desconocimiento astronómico y esperar a que surja el lugar y el momento adecuado. En la casuística ufológica se pueden encontrar abundantes ejemplos de este tipo de confusiones.

miércoles, 2 de enero de 2008

L'Escala (Girona), un encuentro demasiado cercano

El miércoles 19 de marzo de 1997 se produjo, en esta población gerundense, un llamativo avistamiento OVNI. Según las primeras informaciones, se trataba de “un incidente que, a buen seguro, se convertirá en un clásico de la ufología española” y “sobre el que está llamado a ser uno de los casos mas notables de la ufología española.” (Enigmas, año III, nº 7)

Además, “En julio de 1997, con todos los expedientes y fotografías en primera plana, Iker Jiménez informaba en primicia de uno de los casos más impresionantes ocurridos en estos largos cincuenta años de ovnis en España.” (Encuentros... pág. 310)

En la noche del domingo 23 de diciembre de 2007, Cuarto Milenio se ocupaba del susodicho incidente y mostraba una recreación del caso que me pareció un tanto fantástica y alejada de la realidad.
Los testigos del increíble suceso fueron dos policías locales de L’Escala que, en la madrugada del citado día y en el momento de la observación, se dirigían hacia el vertedero municipal. Circulaban, con su coche patrulla, por la carretera que va de L’Escala hacia Bellcaire d’Emporda y Torroella de Montgrí. En las cercanías de la pista de “Karts”, a las 4:05 hora local, vieron hacia su derecha un objeto extraño:

“Manuel Caballero, observó una luz esférica de color anaranjado. “Mira Manolo que luna más grande... ” dijo a su acompañante de ronda nocturna.” (Enigmas, año III, nº 7)

“Vimos como si fuese la luna, igual que la luna, exactamente igual, y estaba a unos 4 ó 5 metros del suelo. O sea, entonces yo le dije a mi compañero: “Tira más adelante que hay un descampado y lo veremos mejor”. Entonces paramos en el camino y este objeto que era como la luna tiró por detrás de unos árboles que hay, hasta que se nos puso justo delante. Entonces se puso de un color amarillo y cambió a un color naranja bastante... bastante opaco.” (Zoom, Tele-5, 28-29 de septiembre de 1997. Cortesía de Manuel Borraz. El resaltado es mío)

Los testigos salieron de la carretera y se metieron por un camino sin asfaltar, recorriendo unos seiscientos metros, hasta un cruce de caminos.

“Cuando el coche policial se detuvo en un cruce de caminos, el extraño artefacto se situó justo enfrente de ambos testigos, iluminándolo todo con un fulgor amarillo-anaranjado.”
“...y aquel “globo luminoso tan grande como una plaza de toros” se mantenía a poco más de 50 metros del parabrisas, estático y en absoluto silencio.” (Enigmas, año III, nº 7)

“...el Nissan Patrol de la Policía Local se detenía junto a la explanada donde una gran esfera de luz, de tamaño difícil de precisar a primera vista, permanecía estática y silenciosa...” (Enigmas, año III, nº 9) (El resaltado es mío)

Manuel Caballero quiso dar marcha atrás pero “de manera misteriosa la caja de cambios quedó totalmente bloqueada”. Su compañero salió del coche con la intención de fotografiar el ovni pero, de pronto, en el interior de la esfera apareció un humanoide gigantesco.

Descripción del ser:

“Era, según declaran los policías, un ser delgado y gigantesco, como una larga sombra oscura en la que no se podían observar facciones, que se mantenía flotando dentro del objeto luminoso.” (Enigmas, año III, nº 7)

“...se apareció aquella sombra enorme, aquel ser negro...” “Estaba estático...” (Enigmas, año III, nº 9)

“Y en el centro de esta esfera, pues, vimos una figura, más o menos... Más bien era una sombra lo que se observaba...” (Zoom, Tele-5, 28/29-9-97)
(El resaltado es mío)

Acto seguido, el ovni desapareció rápidamente de la vista de los observadores. La duración total del incidente fue de pocos minutos. Después de esta experiencia, los testigos tuvieron una serie de patologías que se relacionaron con su encuentro con el ovni.

En este suceso vuelven a aparecer los mismos elementos y el mismo escenario, vistos ya en otras entradas anteriores. Echando un vistazo a las cartas celestes de esa madrugada se puede comprobar que, a las 4:05 horas (GMT+1) del día 19 de marzo de 1997, la Luna estaba ubicada cerca del horizonte. A la mencionada hora tenía un azimut de 108º 46’ (situada hacia el ONO) y una elevación de 1º 24’. Su ocaso se produjo hacia las 4:15 horas.

Ubicación de la Luna a las 4:05 hora local

En la información sobre el caso no se indica en qué dirección se encontraba el ovni. Sin embargo, en uno de los artículos, dedicado al suceso, se muestra una fotografía con los dos testigos señalando la zona donde estaba ubicado el misterioso objeto. Gracias a esta foto y cotejándola con un mapa topográfico se puede descubrir que los observadores están apuntado hacia el ONO. De todas formas, Manuel Borraz comprobó, en su día e in situ, que la fotografía muestra la mencionada orientación.
Enigmas, año III nº 7

Por lo tanto, tenemos a la Luna creciente (su fase de llena ocurrió el día 24) ocupando la posición del ovni. La descripción de los testigos, cuando lo descubrieron, es muy reveladora: “Vimos como si fuese la luna, igual que la luna, exactamente igual...” y, efectivamente, estaba allí.

 Azimut de la Luna, ubicación de los testigos y de la huella. Información facilitada por Manuel Borraz

Cuando nuestro satélite natural está cerca del horizonte suele ser muy llamativo y espectacular, por su gran tamaño y coloración amarillo-anaranjado. Además, el cielo estaba encapotado, según informaron los testigos, y el efecto o ilusión es más acusado si la Luna aparece de pronto en un claro de nubes. La observación del ovni se originó justo cuando se iba a producir el ocaso de nuestro satélite.

Aspecto de la Luna el día 19-3-1997

El bloqueo de la caja de cambios del coche no tiene porque estar relacionado con la visión. Más bien, parece producto del nerviosismo del momento: “Yo quise meter la marcha atrás y el coche, yo no sé qué pasó, si fue por los nervios o porque se me invirtieron las marchas, que el vehículo se me caló.” (Zoom, Tele-5)

Sobre el humanoide gigantesco visto, “flotando”, en el interior del ovni me remito a las declaraciones de los observadores. Éstos lo describen, básicamente, como una sombra. Como ya se sabe, en la superficie lunar se pueden ver (a simple vista) sombras y manchas que parecen formar figuras: El conejo, el hombre de la luna, etc. La visión del “ser” gigante también pudo ser provocada por alguna nube colocada delante del astro.

En un blog, firmado por Jordi, hay una entrada que trata el caso de L’Escala y en uno de los párrafos se puede leer este curioso y elocuente texto:

“M. Caballero y M. delgado nunca obtuvieron ningún beneficio económico de su historia, fueron a los programas de radio y Tv. gratuitamente, siempre quisieron que yo fuera su consejero a la hora de ir o no ir a explicar su historia. Por otro lado Iker Jimenez que en aquel entonces era uno de los investigadores de la Revista Enigmas publico despues de una visita a la Escala su versión de los hechos, en las cuales se detallan cosas que no son correctas o exageradas, me consta que no fue culpa de Iker. Luego publicó la historia en su primer Libro Enigmas sin Resolver.”
Según relata Iker Jiménez, el ovni desapareció de esta forma: “Instantes después, el enigmático aparato comenzó a elevarse en diagonal y a gran velocidad hasta convertirse en un punto no más grande que las estrellas que cubrían el firmamento de la madrugada.” (Enigmas, año III, nº 7)

Aquí hay algo que no cuadra porque, según escribe en otro artículo, en el momento de la observación el cielo estaba cubierto de nubes: “El cielo estaba muy encapotado y no había un alma por las afueras de La Escala.” (Enigmas, año III, nº 9)

En el mencionado blog de Jordi se dice lo siguiente sobre la desaparición del ovni: “M. Delgado puso su cámara en el ojo y en aquel momento, menos de un segundo el objeto se desplazo hacia unas montañas del fondo, quedando en un puntito inidentificable para su vista.”
Esta descripción parece más próxima a la realidad que la que cuenta Jiménez y, además, es compatible con la explicación lunar. Todo indica que se trató de la típica ilusión, ya comentada otras veces por estos lares. Disminución del tamaño aparente (al ser tapado, paulatinamente, el astro por las nubes) = a alejamiento/desaparición.

En un día, no determinado, cercano, por lo visto, a la fecha de la observación apareció una huella en el terreno: “En los días en los que se produjo el inquietante encuentro, vecinos de la localidad de la Escala encontraron esta inmensa huella, una formación circular de aproximadamente diez metros de diámetro...” (Zoom, Tele-5)

“En cualquier caso, no estaría de más disponer de mejor información sobre ciertos aspectos (¿se sabe realmente cuándo apareció la huella? –una huella que, por cierto, no se encuentra situada en el lugar donde aparentemente se detuvo el objeto...-).” (Manuel Borraz, "L’Escala (Girona), 19 marzo 1997", boletín del colectico CdU, diciembre 1997.)

Un tiempo después del avistamiento, los testigos sufrieron una serie de dolencias que se relacionaron con la visión del ovni. Incluso se ha llegado a sugerir que las posibles radiaciones, procedentes del extraño objeto, provocaron esas enfermedades y cosas similares. En fin, en mí opinión, las patologías que padecieron los dos policías locales no tienen ninguna relación con el ovni, porque, como hemos visto, ¡Era la Luna!