El
ufólogo gallego, Miguel Pedrero, publicó el pasado mes de julio, en las páginas de
la revista comercial Año Cero/Enigmas,
un antiguo incidente ufológico ocurrido en una instalación militar durante la
llamada "oleada gallega" (1995-1996). El suceso se produjo en el
polvorín de artillería de As Gándaras (Lugo), durante la noche del 27 al 28 de
noviembre de 1995. En la actualidad, como recuerdo de dicho acuartelamiento, sólo quedan en pie seis garitas.
Captura
del inicio del artículo de Pedrero, tomada de aquí.
Parece
que el susodicho vuelve con este suceso por la aparición de un nuevo elemento. Un
militar llamado Daniel F. que: ...decidió
revelarnos todos los pormenores del fascinante incidente ufológico... ¡Veinticuatro años después!
La
verdad es que, el referido militar, según lo que cuenta Pedrero en su artículo,
no añade nada sustancial a lo que ya se sabía del caso. Y por lo que narra,
hace pensar, en el mejor de los casos, en alguien que quiere gastar una broma a
los ufólogos gallegos.
A
pesar de que el aludido lo considera un incidente fascinante y ...uno de los casos más interesantes de la
historia de la ufología española..., el mencionado avistamiento es
irrelevante y ya fue explicado en su día. Puesto que reaparece el caso como algo fantástico,
y por supuesto inexplicable, a continuación intentaré resumir la información existente
sobre el mismo en los archivos de Vicente-Juan Ballester Olmos, que muestra
todo lo contrario. ¡Que fue una falsa alarma!
Básicamente,
el incidente consistió en unas luces que
se vieron en los monitores de las cámaras de vigilancia del polvorín, al inicio
de la noche que, por lo visto, sorprendió a los militares. Éstas se mantuvieron
fijas, aparentemente cerca del horizonte, y al parecer durante siete horas. Las
"extrañas" luces no fueron visibles a simple vista. Cielo nublado con
llovizna. Un grupo de soldados fue al campo de fútbol para pedir que se apagara
un foco para ver mejor el OVNI. Parece que, desde el polvorín, llamaron a El Progreso pidiendo una cámara de video
Betacam para grabar las luces y desde el diario enviaron a la zona una
reportera y un fotógrafo. A continuación, una fotografía de la imagen que se
veía en la pantalla de la instalación militar, tomada de Cuadernos de Ufología, nº 22-23 (1998).
Al
amanecer, los soldados se dieron cuenta de que las "misteriosas"
luces podrían ser de una instalación ubicada en un monte.
Pero
esta confusión no comenzó así, sin más. En el polvorín, seguramente estaban a
la expectativa con el tema OVNI por una serie de observaciones ocurridas en la
provincia que, por cierto, muchas fueron provocadas por el planeta Venus.
Probablemente, el detonante de esta historia fue la publicación en la prensa
local, tres días antes, de unos supuestos avistamientos de un "platillo
volante" sobrevolando el campo de futbol de As Gándaras la tarde del 23. Noticia
de El Progreso, del 24 de noviembre
de 1995.
El
día 29 de noviembre, el mencionado diario publicaba la siguiente nota sobre el
incidente del acuartelamiento.
Sin
embargo, a los ufólogos locales se les pusieron los "dientes largos"
al oír: OVNI y militares. Y se lanzaron a una intrépida "investigación de
campo". El resultado de la misma lo plasmaron en sendos artículos
publicados en las revistas comerciales del ramo: Enigmas, nº 2, febrero 1996
y Año Cero, nº 67, febrero 1996. Con unos
titulares llamativos, como se puede apreciar en la siguiente captura.
El
14 de febrero de 1996, El Progreso publicaba
la siguiente nota de prensa donde ponía en entredicho lo publicado por los ufólogos
sobre este caso.
En
febrero de 1996, Ricardo Caruncho Núñez (estudioso gallego, fallecido
prematuramente en dicho año) realizó una encuesta del incidente. En su trabajo: APUNTES SOBRE LA "OLEADA" GALLEGA (As Gándaras o la exageración por
sistema), publicado en CdU nº22-23 3ª Época 1998 (pp. 28-39), expuso detalladamente las indagaciones que realizó.
Caruncho,
con su encuesta, confirmaba lo que ya apuntó el diario lucense y entre otras
cosas, no se supo de nadie que viera luces raras en el cielo, tanto el día 23
como el 27 de noviembre, y que el "revuelo" en el acuartelamiento,
por la luces que aparecieron en el monitor de vigilancia, fue una falsa alarma.
A
continuación expondré algunos apuntes de la encuesta de Ricardo Caruncho. Para
más detalles, pueden dirigirse al trabajo citado pinchando en el enlace de arriba.
El OVNI del 23 de noviembre
El Progreso destacó a As Gándaras a la periodista Cary y al
fotógrafo Pedro Agredo para indagar las tres llamadas telefónicas anónimas
recibidas en el diario sobre la visión de un "platillo volante" sobre
el campo de fútbol. Según la entrevista de Caruncho con Cary:
No vieron nada ni encontraron a nadie que hubiera visto algo. Opina que todo ha sido desquiciado y sacado de madre. (CdU pp. 33-34)
Lo
mismo exponía el delegado de campo:
Antonio Díaz Souto, delegado del campo de fútbol, no vio nada ni sabe de nadie que hubiera avistado el fenómeno (ni jugadores ni entrenadores). (p. 36)
Sobre la fotografía del monitor del polvorín.
Según
la entrevista de Caruncho con el fotógrafo José Vázquez, éste último fue hasta
el acuartelamiento pero no entró en el mismo. Según su testimonio, un conocido
le dejó la grabación y al visionarla en la redacción del periódico tomó las
fotos. Luego, la devolvió. Caruncho no consiguió identificar a dicho conocido.
Varios momentos en las pesquisas de los ufólogos gallegos, tomados del artículo de Caruncho
(pp. 35 y 36).
¿Ufología de campo o pedestre?
Tanto los periodistas como el delegado del campo de fútbol expresaron su disgusto y descontento por la información aparecida en las revistas comerciales. Términos como "tergiversadores", "manipuladores", "exageración", "desmadre", fueron usados por los implicados en el asunto. .
Contrariamente a lo que escribe Manuel Carballal en Año Cero (febrero de 1996):
Goyán es un pueblo, no una "escéptica y aséptica periodista".
No se vio ninguna luz cuando los soldados acudieron al campo.
Los militares no asaltaron el despacho del delegado del campo ni se movieron "de extremo a otro del recinto nerviosamente", sino que su postura fue tranquila, correcta y educada.
Sabella Corbelle no se desplazó hasta el Polvorín. Contrariamente a lo publicado por A. Navarro, M. Requejo, y J.M. Lesta en Enigmas (febrero 1996).
José Vázquez fue hasta el Polvorín, pero no entró en las dependencias militares y, mucho menos, por tanto, sacó la fotografía del monitor del Polvorín.
No hubo ninguna llamada misteriosa de "alguien conocido que le orientó" sobre la explicación.
Nadie vio luces la noche del 27 al 28 de noviembre de 1995.
¿Cazas persiguiendo el OVNI de As
Gándaras?
Caruncho
escribe en la página 39:
...Asimismo, repasando sus declaraciones (las de Marcelino Requejo) a televisión (TVG) indicó que era significativo el hecho de que el día 26 de noviembre pasaran dos cazas por Lugo, en relación con el caso del día siguiente, cuando lo bien cierto es que no hay nada significativo en ello a no ser que los pilotos fueran del Escuadrón de Clarividentes y, aún así, habrían calculado mal la hora.
Antonio
Díaz Souto (delegado del campo de fútbol), entre otras cosas, le dijo a
Caruncho:
Parece ser que dichas luces se ven siempre, pero se fijaron en ellas ese día. En el polvorín están bastante quemados con toda esta historia y no desean más publicidad; unos periodistas de TV fueron hasta allí, pero los echaron. (página 31)
Consultas a estamentos oficiales
Joan
Plana Crivillén en: VIDEO DE AS GANDARAS:CONSULTAS OFICIALES, CdU nº 22-23, 1998 (pp. 39-41), expone las gestiones
que realizó sobre el asunto. El 29 de enero de 1996, Plana escribió al Estado
Mayor del Ejército de Tierra sobre el incidente gallego, que contestó lo
siguiente el 28 de marzo:
El 23 de marzo, Plana escribió al Gabinete de Prensa de la Región Militar Noroeste, con sede en la Coruña y el 12 de marzo recibió respuesta del General don Jesús Maldonado de Arjoja, jefe del Estado Mayor de dicha región.
El 19 de julio de 1996, Joan Plana recibió la siguiente carta del Ejército de Tierra en contestación a una suya remitida en Mayo:
El mencionado estudioso catalán terminaba su artículo con este texto:
Para nosotros este caso está terminado. Creemos que sólo un exceso de imaginación o el intento de sacarle unas perras al suceso, puede convertirlo en algo misterioso. Este hecho ha sido causa de innumerables despropósitos publicados bajo titulares llamativos ("¿Expían las instalaciones militares?") por servidores del sensacionalismo para quienes la ufología es equivalente a una antología del disparate.
En el fondo, todo ufólogo busca hallar algo importante en los sucesos OVNI. Nadie duda de la legitimidad de este propósito. Pero otra cosa es comulgar con ruedas de molino. Y otra -peor aún- es engañar al público por mor de una "investigación" deficiente e incompetente, que es lo que se ha hecho con este suceso una vez más. (p 41)
En
el expediente del caso, facilitado por Ballester Olmos, figura una interesante
información conseguida por un estudioso madrileño, José Manuel García Oliva. El
citado, consiguió contactar con una persona (L. S.) que hizo el servicio
militar en As Gándaras y que la noche de autos estuvo de guardia en el polvorín.
L. S. rellenó un cuestionario que viene a confirmar lo irrelevante que fue el
incidente.
J.M.
Oliva escribió al Ejército de Tierra pidiendo información sobre el caso del acuartelamiento gallego y recibió esta contestación.
Para
terminar, el autor del artículo de Año
Cero, de febrero de 1996, muestra un recuadro, en el mismo, con el título
de:
Aprovecho
para señalar que varios de esos casos ya están explicados. Por ejemplo, sobre el
expediente del 2 de abril de 1966, Vicente-Juan Ballester Olmos y Julio Plaza del Olmo, después de una laboriosa búsqueda y análisis, han elaborado este
trabajo: EXPEDIENTE MILITAR 660402, CARREIRA (A CORUÑA), que está
relacionado con: EL OVNI DE LA GRAÑA,
de VJ Ballester, Julio Plaza y Mercedes Pullman y LA EXPERIENCIA ESPACIAL DEL 22 DE ABRIL DE 1966, también de VJ
Ballester y Julio Plaza.
El
caso del 5 de diciembre de 1989 (no de 1990, como dice el artículo) ocurrido en
Sada (A Coruña), también está explicado. Aquí y aquí, dos entradas con la
solución del avistamiento.