El
caso número 87 de Wonders in the Sky
corresponde a la visión de un pretendido fenómeno aéreo no identificado, por parte
de unos pastores, en la ciudad de Estella (Navarra), en julio de 1085. Aparición
que supuestamente propició la fundación de dicha ciudad. Una gran estrella y la
Santísima Virgen. La historia se publicó así en el citado libro:
Para
empezar, en el resumen del relato ya vemos algunas cosas que no coinciden con
la narración tradicional del milagro. Por ejemplo, señalan el mes de julio como
ocurrencia de dicha maravilla cuando ningún autor lo hace. La fecha tradicional
asignada a la aparición es la del 25 de mayo de 1085, coincidiendo con la
conquista de Toledo por Alfonso VI de Castilla.
La
fiesta de la Virgen del Puy se ha ido celebrando en diferentes fechas pero
ninguna, que sepamos, en el mes de julio (Arraiza, 1990). En 1655 se cambió del
8 de septiembre al sábado anterior al primer domingo de agosto para hacerla
coincidir con las fiestas de Estella y desde 1856, su fiesta se celebra el 25
de mayo. (Osés y Ros, 2017; p.42)
Los
autores de Wonders in the Sky indican: "A great star" (Una gran estrella), cuando la leyenda habla
de unas lucidísimas Estrellas, en
plural, no de una estrella. Tal y como muestra el siguiente fragmento de dicha
historia (Soto, 1764; pp. 117 y 118):
La
tradición tampoco dice que se apareció la Virgen sino que se encontró una
imagen suya: ...se apareció en su tiempo
la milagrosa Imagen de Nuestra Señora de el Puy,... (p. 117).
Además,
el resumen omite detalles importantes que relacionan el relato con otras
leyendas marianas semejantes: la repetición de la lluvia de estrellas, la
cueva, la inmovilidad de la imagen para impedir su traslado, etc.
En
lugar de consultar textos históricos y académicos, Vallée y Aubeck se basaron,
una vez más, en una fuente ufológica: Javier Sierra y Jesús Callejo (1997), La España Extraña. A continuación, el contenido
que estos últimos autores dedicaron al caso de Estella. En el mismo se aprecian idénticas discrepancias,
señaladas en rojo, con el relato tradicional y alguna que otra con los datos
históricos.
Sobre
la etimología de Estella, si bien no hay
consenso sobre el origen del topónimo, ningún investigador serio actual lo relaciona
con la leyenda del hallazgo milagroso de la imagen (Jimeno, 1998).
Sierra
y Callejo indican que, según la tradición, la
peregrinación que generó tan extraordinario suceso consiguió la milagrosa
repoblación de la villa, pero también hacen constar que Estella nació para servir de punto estratégico en el
trazado del Camino de Santiago, la tesis que sostienen actualmente la
mayoría de los historiadores (Felone-Morrás, 2011).
Las
primeras menciones documentadas de Lizarra(ra), el núcleo de población anterior
a Estella, se extienden de 1024 a 1084. Las de Stella/Estella a partir de 1084
o incluso de 1031 según distintos autores, en fechas anteriores al supuesto año
del milagro (1085) e incluso a la "fundación" de la ciudad por el rey
Sancho Ramírez, que en 1090 se habría limitado a reconocer legalmente la situación creada por un movimiento migratorio
que venía de tiempo atrás (González, 1990).
El
primer documento que hace referencia a la iglesia y la Virgen del Puy es del año 1171, sin embargo la tradición del hallazgo de la imagen no está documentada
hasta mucho más tarde, en el siglo XVII.
Como
explica José Goñi Gaztambide en su Historia Eclesiástica de Estella (vol. 2, p. 494):
Esta tradición, que no aparece hasta el año 1640, contiene todos los tópicos de las leyendas populares: los pastores, las estrellas, la inmovilidad de la imagen. Sancho Ramírez es bien explícito acerca de los motivos que tuvo para construir una nueva población en la villa de Lizarrara. "Los monjes de San Juan de la Peña querían hacer una población de francos en su término de Zarapuz, en el camino de Santiago; y yo quería cambiar dicho camino por Lizarrara y levantar allí un castillo y una población de francos. Pero, como el lugar mío de Lizarrara está en mejor seguridad que aquél que ellos querían poblar, les dije que me consintieran de buen grado hacer mi población y no murmurasen contra mí por este motivo" (1090).
El monarca navarro-aragonés sólo invoca razones de seguridad. El punto escogido por él se presta más fácilmente a la defensa. Rodeado de elevadas colinas por todas partes, ofrece magníficas condiciones para convertirlo en una plaza militar inexpugnable. Los nuevos pobladores no serán peregrinos que desean establecerse a la sombra de la Virgen del Puy, sino gentes de fuera, francos, que hay que atraer a base de ventajas temporales. Si el hallazgo de la imagen hubiese influido en la elección del emplazamiento de la nueva población ¿qué duda cabe que el rey lo habría consignado, sobre todo teniendo en cuenta que los competidores eran unos monjes devotísimos de la Virgen?
El origen de la devoción a nuestra Señora del Puy tiene una explicación obvia. Su culto fue importado sin duda desde el santuario de Le Puy, centro de peregrinación nacional del vecino país, por los francos que en el siglo XI acudieron a repoblar la fértil llanura del Ega , como importaron la devoción a la Virgen de Rocamador, San Martín, San Nicolás, etc.
En
el libro de J.M. Lacarra y otros, Las peregrinaciones a Santiago de Compostela, vol. III, pp. 14-15, puede verse el documento que
escribió el rey Sancho Ramírez otorgando privilegios
al monasterio de S. Juan de la Peña con ocasión de la fundación de Estella.
Originalmente,
la devoción a la Virgen del Puy no tuvo un protagonismo central en Estella. Hay
que esperar al siglo XVII para que acabe convirtiéndose en la patrona de la
ciudad. La imagen que se conserva actualmente es una talla gótica que dataría
del siglo XIV. Se supone que la imagen conservada sustituyó a una más antigua,
presumiblemente una talla románica que en ningún caso sería anterior a la
invasión musulmana. (Osés y Ros, 2017; p. 43)
Como
también señalan Osés y Ros:
Puede ser que en aquellos años del siglo XIV, lejanos a la fundación de la ciudad y estando Estella desconectada del origen de la devoción del Puy en Francia, se ideara la leyenda de la aparición. Así la Virgen se vinculaba exclusivamente con Estella y se establecía la creencia, muy habitual de otras vírgenes, de que había estado escondida a la espera de un milagro y su aparición a los pastores
Por todo lo expuesto hasta aquí, también podemos considerar como poco creíble la leyenda que afirma que fue el propio
Gotescalco (el obispo de Puy-en-Velay que peregrinó a Santiago de Compostela en
950) quien trajo la imagen que luego fue supuestamente ocultada.
Aunque
la imagen actual es de tez blanca, se ha especulado con la relación de la
Virgen del Puy estellesa con las llamadas "vírgenes negras", de las
que la Virgen de Puy-en-Velay francesa formaría parte. Baste decir que ésta
última fue pintada de negro muy posteriormente a la aparición de su culto en
Estella (Vilatte, 1996).
Terminamos
con la famosa coplilla de la estrella escrita en la antigua capilla de la
Virgen que decía: Esta es la estrella / que
bajó del cielo a Estella / para regalo de ella, o para reparo de ella según la versión. El citado verso no se refiere a la
"estrella" que vieron los pastores, como parecen pensar algunos
ufólogos, sino a la Virgen.
Esta otra versión de la copla ("leyenda de un lienzo del siglo XVII
custodiado en el convento de concepcionistas recoletas de la ciudad")
parece mucho más evidente: Soy la
Estrella / bajada del cielo al suelo / a dar luz a Estella / para ser Patrona
de ella (Azanza, 2017; p. 29).
Conclusión: Relato puramente legendario, tradición piadosa
estereotipada sin relación con ninguna “observación aérea inusual”.
Referencias
citadas.
Arraiza Frauca, Jesús (1990). La Virgen del Puy en Estella y su comarca.
Príncipe de Viana, Año nº 51, Nº 190, pp. 599-618. Institución P. de Viana
(Pamplona).
Osés Urricelqui,
Mercedes y Ros Zuasti, Antonio (2017). El Santuario del Puy, arte e historia. En montes y valles. Santuarios en Tierra Estella,
pp. 40-51. Ed.: cofradías varias (Pamplona).
Soto Sandoval, Miguel de (1764). Vida de el Glorioso San Veremundo, monge y abad de Hirache... H. de
Marinez (Pamplona), pp. 117 y 118.
Jimeno Jurío, José María (1998). Estella/Lizarra. Toponimia. Fontes linguae vasconum: Studia et
documenta, Año nº 30, Nº 77, pp. 133-164. Institución Príncipe de Viana
(Pamplona).
Felone-Morrás, Román (2011). Estella y el Camino de Santiago. Cuadernos de la Cátedra de Patrimonio y Arte
Navarro, Núm. 5, pp. 223-233. Universidad de Navarra (Pamplona).
González Ollé, Fernando (1990). Relaciones lingüísticas vasco-románicas. A propósito de la etimología de Estella. Actas de las III Jornadas de Onomástica Estella, septiembre de
1990, pp. 1-23. Euskaltzaindia (Bilbao).[Publicado en 2008.]
Goñi Gaztambide, José (1990). Historia eclesiástica de Estella. Tomo
II. Ed. Gobierno de Navarra (Pamplona).
Lacarra, J. Mª., Vázquez de Parga, L., y Uría Ríu, J. (1949). Las peregrinaciones a Santiago de Compostela, vol. III. CSIC (Madrid).
Vilatte, Sylvie (1996). La «déuote Image noire de Nostre-Dame» du Puy-en-Velay: histoire du reliquaire roman et de son noircissement. Revue
belge de philologie et d'histoire, tome 74, fasc. 3-4, pp. 727-760. Société
pour le Progrès des Études Philologiques et Historiques (Bruselas).
Azanza López, José Javier (2017). Arquitectura de coplillas y gozos. Santuarios marianos en Tierra Estella. En montes y valles. Santuarios en Tierra Estella, pp. 28-39. Ed.:
cofradías varias (Pamplona).