OVNIs en instalaciones militares

Los avistamientos de extraños objetos voladores no identificados dentro o cerca de dichas instalaciones suelen ser muy valorados por muchos ufólogos que los consideran como de gran extrañeza, ya que los testigos militares, según los susodichos, son de alto nivel y no suelen confundirse fácilmente. Sin embargo, la experiencia en el examen de estos sucesos dice otra cosa.

Un ejemplo lo tenemos en el incidente ocurrido en el Campamento militar Los Castillejos, Arbolí, Tarragona, en la noche del 2 de agosto de 1968. Por cierto, dicha instalación fue abandonada por el Ejercito en enero de 2001. Hacia las 23:44 horas locales del citado día se observó lo siguiente:

Información tomada de la obra de Vicente-Juan Ballester Olmos y Juan A. Fernández Peris Enciclopedia de los encuentros cercanos con OVNIS, marzo 1987. Págs. 54-55

 

Grafico tomado de la obra de Vicente-Juan Ballester Olmos OVNIS: El fenómeno aterrizaje, julio 1978. Pág. 62

Aunque el caso figura como aterrizaje o encuentro cercano, todo apunta a una confusión con un astro brillante que al ir descendiendo hacia su ocaso coincidió con el monte Gallicant, desde el punto de vista del campamento, creando la ilusión de un objeto luminoso flotando sobre dicho monte.

Mirando hacia el oeste, se encontraba en el cielo, a la hora del avistamiento, la brillante Arcturus con un acimut de 278º (situado algo a la derecha del oeste) y 19º de altura sobre el horizonte, con su típico color anaranjado/rojizo.

Trazando el acimut de Arcturus desde el campamento se comprueba que pasa por el monte Gallicant, encajando con la posición del pretendido OVNI. La desaparición del mismo se produjo unos minutos después por el ocultamiento del astro tras el citado monte.

Por otra parte, hay que señalar algunos errores en la información sobre este caso: La orientación del dibujo, mostrado más arriba, es incorrecta, ya que el monte Gallicant se encuentra hacia el oeste del campamento militar, no hacia el sur-suroeste. La distancia campamento/monte, en línea recta, es de casi dos kilómetros, no de 800 metros. En el primer dibujo, el OVNI se representa a la izquierda del monte y en el segundo, a la derecha, etc.

En definitiva, otro ejemplo de cómo una astro brillante del cielo nocturno puede convertirse, por una serie de ilusiones y percepciones erróneas, en un clásico aterrizaje OVNI.

Crónica antigua de una visión OVNI

Por lo visto, en los cielos de Murcia ya se observó uno de estos escurridizos objetos voladores no identificados nada menos que en el año 1792. La noticia fue publicada en la prensa local en enero de 1793 y sería una de las primeras crónicas de prensa de un avistamiento OVNI. O eso pretende hacer creer esta nota publicada por La Verdad de Murcia, que con el sensacionalista titulo: Los extraterrestres eligieron Murcia, dice entre otras cosas:

Y esto sucedió, supuestamente, en una fría tarde del 26 de diciembre de 1792, cuando miles de murcianos quedaron atónitos contemplando sobre sus cabezas una extraña danza de luces. Provenían de un objeto, que entonces se definió como un meteorito, pero cuya descripción casaría con cualquier avistamiento ovni al uso.

Del supuesto platillo «se veían salir como de un punto» varias luces «bastante densas e iluminadas por alguno de sus bordes»

En la revista Año Cero (especializada en difundir misterios misteriosos) de este mes de noviembre se dice algo parecido sobre lo visto en Murcia en 1792 y se puntualiza que los ufólogos no están de acuerdo con la explicación de meteorito que se dio en la prensa de la época, porque la duración del fenómeno celeste fue de 50 minutos y, claro, para ellos no podía ser otra cosa que un OVNI.

Da la impresión de que los autores de los comentarios publicados en estos dos medios de comunicación citados no han leído debidamente la crónica de prensa de 1793 o que sus prejuicios "platillistas" les ha hecho interpretar erróneamente lo que dice dicho texto.

La noticia de marras se publicó en el Correo Literario de Murcia, nº 37, del 5 de enero de 1793, que pueden leer en este enlace.

Lo que se narra en dicha crónica no tiene parecido alguno, se mire por donde se mire, con un relato de avistamiento OVNI al uso. El título de la misma lo deja bien claro: "OBSERVACIÓN METEOROLÓGICA"

Además, por ninguna parte de la citada noticia se dice que lo observado ese día fuese un meteorito. El autor del escrito señala claramente que para él fue una ¡aurora boreal! 

Por lo tanto, la lectura de dicha reseña deja muy claro que la crónica del Correo de Murcia describe un llamativo fenómeno atmosférico que nada tiene que ver con OVNIs ni con meteoritos.

La explicación de aurora boreal, dada por el redactor de la noticia al fenómeno meteorológico observado en Murcia, me parece errónea, ya que en principio dicho meteoro suele ser nocturno. En el trabajo de Enric Aragonès Valls y Jorge Ordaz Gargallo, Auroras boreales observadas en la Península Ibérica, Baleares y Canarias durante el siglo XVIII, no está catalogada como aurora y los autores la consideran como otro fenómeno:

A pesar de las protestas del autor, esta observación diurna debe corresponder a un efecto óptico producido por una determinada situación de la atmosfera; lo que concuerda con la ausencia de observaciones aurorales en los catálogos ese día.

La descripción inicial me recuerda a los rayos anticrepusculares pero el autor escribe que luego esas mismas nubes formaban otro fenómeno. 

 

Manuel Borraz, experimentado analista de fenómenos aéreos extraños, piensa en:

algunos fenómenos tipo halo, como por ejemplo fragmentos del círculo parhélico (que discurre paralelo al horizonte, a la altura del Sol) y algunos de los raros arcos anthélicos (que se cruzan en la región opuesta al Sol). De todas formas, no veo una correspondencia total con lo que describen y no sé si las condiciones eran propicias del todo, así que no tengo nada claro qué es lo que se observó realmente. En todo caso, parece algún fenómeno meteorológico local.

Aunque no podamos precisar que tipo de fenómeno atmosférico se observó es evidente que no hubo OVNI alguno en el cielo murciano en 1792 como pretenden algunos ufólogos.