En esta entrada, vuelvo a la serie dedicada a la década dorada de la ufología ibérica con un llamativo caso de aterrizaje ocurrido en un pueblo alavés. El avistamiento se produjo en
Mendiola, ubicado muy cerca de Vitoria, en la madrugada del 16 de mayo de 1979. La información sobre el suceso puede encontrarse en
Stendek, nº 39, junio 1980. El diario
Egin, del 1 de junio de 1979, publicó un extenso artículo que muestro seguidamente.
Manuel Borraz Aymerich en:
“OVNIS: HISTORIAS INCREÍBLES CON EXPLICACIONES CREÍBLES”,
Stendek 2000, C.E.I. nº 1, aborda el caso y, entre otros datos, incluye un cuestionario donde se da información complementaria del mismo.
Según la información disponible, el testigo se encontraba trabajando en una finca de su propiedad cuando, sobre las 2:15 de la madrugada, vio inmóvil sobre los pinares del monte Arkatxa, a pocos metros de altura, un fantástico “aparato”. Era semicircular por la parte de abajo y redondeada por la de arriba (ver el dibujo realizado por el testigo), de color rojo-granate fijo. Se encontraba a unos 900 metros de distancia del observador, tenía un tamaño aparente de cuatro lunas y no emitía sonido alguno. El OVNI comenzó a aproximarse hacia el testigo lentamente. Éste, sintiendo verdadero pánico, se marchó a su casa. Mientras, el OVNI se le iba acercando y cuando le separaban unos 500 metros, desapareció.
Ya en casa, el protagonista del avistamiento y su mujer miraron varias veces hacia el monte Arkatxa pero no consiguieron localizar el OVNI
“Hasta que se nos ocurrió hacerlo por la parte de atrás, hacia el sur. ¡Y allí estaba la’ cosa’! El OVNI permanecía inmóvil, y a poca altura, sobre unos montes próximos a Monasterioguren. Lo estuvieron contemplando durante 20 ó 30 minutos y se fueron a dormir.
Como dato curioso, señalar que el encuestador del caso, después de realizar unos cálculos en el lugar de la observación, concluyó que el OVNI mediría unos 25 metros de diámetro.
Como expongo a continuación, éste es el típico “encuentro cercano” con la
Luna. Desde la ubicación del observador (cuando descubrió el OVNI), el monte Arkatxa se encuentra hacia el SE. A las 2:15 hora local (GMT+2) del 16 de mayo de 1979, Selene tenía un azimut de 310º (ubicada hacia el SE) y una altura sobre el horizonte de 11º 45’. El orto de la Luna se produjo, esa madrugada, a las 0:51 horas. Según el cuestionario rellenado por el testigo, en el momento de la observación el cielo estaba seminublado, tiempo seco y buena visibilidad.
Otros detalles que apuntan hacia la explicación lunar son, por ejemplo, la semejanza de la forma del OVNI con la fase de la Luna, la inmovilidad del “extraño aparato”, ausencia de sonido, color, etc.
El acercamiento inicial del supuesto OVNI hacia el testigo pudo ser provocado por un aumento de su tamaño aparente (el cielo estaba seminublado). Las nubes, probablemente, causaron también la desaparición repentina del fenómeno luminoso al ocultarlo totalmente. En este tipo de ilusiones (donde el testigo cree estar ante un extraño objeto cercano) son típicas las apreciaciones erróneas de distancias y tamaños.
El color rojizo de nuestro satélite suele ser característico cuando está cerca del horizonte, aunque en esta ocasión estaba un poco alto (11º 45’) para tener esa coloración. No se descarta que la observación haya comenzado antes de las 2:15 horas porque, entre otras cosas:
“Ese día bajé a maquinar la finca de un conocido. Sería la una de la madrugada cuando acabé el trabajo en ella. Entonces, y antes de marchar para casa, decidí pasar a un terreno de mi propiedad, de nueve fanegas, que me corría prisa trabajar.” “Comencé maquinando todos los orillos, que es la parte más difícil...Fue al dar la segunda vuelta con el tractor cuando se me presentó el problema este.” (
Stendek, nº 39) El resaltado es mío.
¿Por qué los testigos, desde su domicilio, no vieron el OVNI sobre el monte Arkatxa? La respuesta es obvia: Porque miraron en la dirección equivocada. El citado monte visto desde Mendiola está orientado hacia el NE y la Luna (el OVNI) estaba ubicada hacia el SE. Fue al mirar en esta última dirección cuando la localizaron pero siguieron sin identificarla.
En el mapa que adjunto, he trazado los azimuts de la Luna desde los dos puntos de observación y puede verse que coinciden con la posición del supuesto OVNI.
Un elemento significativo: los testigos no mencionaron ni vieron a la Luna a pesar de tenerla a la vista durante toda la observación. El caso, que fue publicado por el encuestador como una manifestación OVNI cercana e impactante, es un ejemplo típico de confusión con nuestro satélite natural y no tiene mayores complicaciones a la hora de descubrir su naturaleza real.
Por último, señalar que Manuel Borraz, en el trabajo citado al principio de esta entrada, llega también a la misma conclusión: ¡El estímulo que provocó la observación OVNI de Mendiola, fue la Luna!