martes, 31 de enero de 2006

Una persecución alucinante (II)

Después de la exposición, resumida, del avistamiento en la entrada anterior, paso, en ésta, a su esclarecimiento. El ovni imitaba los movimientos del testigo. Cuando éste se detenía, el ovni se paraba. Cuando se ponía en marcha, el ovni iniciaba el seguimiento, etc. En la persecución, el extraño objeto mantenía siempre la misma velocidad, altura y distancia en relación con el observador (paralaje del movimiento). El desarrollo y los pormenores del suceso apuntan a la clásica “persecución” lunar.

El día 2 de enero de 1975, a las 2 de la madrugada (GMT+1), la Luna era visible hacia el ESE (azimut 303º) a una altura sobre el horizonte de unos 36º. Como se puede ver en el mapa, la carretera de Lerma al cruce de Tejada discurre prácticamente hacia el ESE. Por lo tanto, el observador tenía a nuestro satélite frente a él. Si embargo, en ningún momento menciona que la Luna estaba en el cielo. Por otra parte, la posición del astro no concuerda exactamente con la indicada por el testigo (el ovni era visible por el lado izquierdo). Como muy bien indica Manuel Borraz en su artículo: Ovnis: Anotaciones a la luz de la Luna.

por consiguiente, es muy probable que la fecha y/o el horario que indicó meses después del suceso fueran erróneos.”

Resulta curioso que el día y la hora coincidan (el día 2 a las 2 de la mañana). La entrevista con el testigo se efectuó casi seis meses después de los hechos y no se puede descartar un error en el día o la hora. Si el avistamiento aconteció el día 4 de enero a la misma hora, los datos de la Luna ajustarían perfectamente con los señalados por el Sr. Izquierdo. A las 2 de la madrugada de ese día (4 de enero), nuestro satélite tenía un azimut de 290º (observable por el lado izquierdo) y unos 11º de altura.



A continuación podemos ver las fases de la Luna del día 2 y del 4 de enero de 1975. Recordemos que la forma del ovni era de media Luna”.



Fase del día 2 de enero


Fase del día 4 de enero


Como nuestro satélite se desplaza, aparentemente, hacia el Oeste, al final de la observación (a las 3:30 horas) era visible por el lado derecho (azimut 308º), coincidiendo con la posición del ovni en esos momentos. Las distancias, alturas y acercamientos del misterioso objeto volador se explican desde los errores de percepción y las ilusiones.

La línea roja es el azimut de la Luna a las 2:00 horas. La azul, el azimut de nuestro satélite a las 3:30 horas.


¿Qué se observó desde Castrillo de Solarana?

Lo que vieron algunos vecinos de la citada localidad, durante dos noches seguidas, no fue lo mismo que observó Carlos Izquierdo y, efectivamente, no era una estrella. Lo que estaban contemplando era un ¡planeta! A las 22:30 horas (GMT+1) del 1 de enero de 1975, Júpiter era visible en el cielo, brillando llamativamente, hacia el OSO (azimut 74º). A la citada hora tenía una altura sobre el horizonte de 6º y –2.3 de magnitud. Su ocaso se producía esas noches hacia las 23:00 horas.

miércoles, 25 de enero de 2006

Una persecución alucinante

La Gaceta del Norte, del día 17 de junio de 1975, informaba de una “escalofriante aventura” que tuvo un joven agricultor con un ovni por tierras de Burgos y que duró una hora y media. El suceso tuvo lugar el 2 de enero de 1975, a las 2:00 de la madrugada, en la carretera de Lerma al cruce de Tejada. Carlos Izquierdo, de 27 años de edad, que venía de Lerma, se dirigía a su domicilio, en el pueblo de Solarana, en un R-6.

Cuando me encontraba a un kilómetro, aproximadamente, de la localidad de Revilla Cabriada observé un resplandor rojizo por el lado izquierdo, justo por encima de las casas. Por un momento creí que se trataba de algún incendio...

¿Cómo era la luz? ¿Tenía alguna forma peculiar? (pregunta el periodista)

Sí, me pareció una especie de ‘media luna’. Pero su color era rojizo y el resplandor cubría una amplia zona.”

A la pregunta de si podía tratarse de la Luna, Carlos Izquierdo responde:

No, por Dios... La Luna –que yo sepa- no se dedica a perseguir automóviles.”

Como le digo, al entrar en Revilla Cabriada perdí de vista el fenómeno. Pero al salir del pueblo y cuando había recorrido un kilómetro en dirección a Solarana, volví a observar aquella luz... Estaba situada a mi lado izquierdo y a unos 300 metros de la carretera. Pero lo más sorprendente era que ’ aquello’ se movía en la misma dirección que el coche.

¿A qué altura se encontraba del suelo?

Era difícil precisar. Pero, a juzgar por la altura a que pasó sobre las choperas que se alinean paralelamente a la carretera, a unos 200 ó 400 metros. Iba realmente baja.”

El agricultor detuvo el coche en tres o cuatro ocasiones y el ovni hizo lo mismo, permaneciendo quieto en el cielo hasta que Carlos Izquierdo se ponía en marcha.

Decidí continuar hacia Solarana y, una vez más, cuando arranqué, el ovni echó a andar, siempre por mi lado izquierdo y conservando la misma altura y distancia a la carretera.”

El observador llegó a Solarana y como tenía curiosidad siguió carretera adelante.Quería saber de qué se trataba...” Pasó los pueblos de Nebreda y Cebrecos (con el ovni siguiéndole). Al llegar al cruce de Tejada dio media vuelta y se detuvo.

Allí, al ver que aquel artefacto seguía mis movimientos, sentí un sudor frío y comencé a temblar de miedo. Lo reconozco... Así que paré nuevamente y apagué las luces.”

Carlos Izquierdo estuvo contemplando el ovni, que permanecía inmóvil y silencioso, varios minutos hasta que empezó a aproximarse lentamente. Sintió pánico, se metió en el coche y salió disparado hacia Solarana.

“Tardé pocos minutos en llegar a Nebreda. Allí me refugié entre las casas. Apagué las luces y esperé. El objeto había desaparecido de mi vista. Cuando recobré el aliento caminé sigilosamente hacia unas eras cercanas y comprobé que se había situado sobre la torre del pueblo, a unos 100 metros de la misma. Permanecía inmóvil y luminosísimo.”

El perseguido observador se metió de nuevo en el coche y continuó el regreso a Solarana a toda velocidad. El misterioso objeto comenzó de nuevo a seguirle hasta la entrada del pueblo.

El ovni interrumpió la persecución y se colocó frente a Solarana, como a unos 100 metros de las eras e inmóvil. Y allí siguió durante un buen rato.”

Carlos avisó a su primo Edelmiro Pozo y los dos montaron en el R-6 saliendo a la carretera.

“Aquello comenzó a moverse en cuanto nosotros aparecimos en la carretera. Y nos siguió hasta Nebreda, siempre guardando la misma distancia: unos 300 metros por nuestra derecha. Pero ya no hubo más persecuciones. El ovni quedó fijo sobre la población de Nebreda hasta las 3:30 de la madrugada.

¿Desapareció?

No. Quedó allí. Nosotros –a la vista de que seguía fijo sobre el pueblo- decidimos regresar a Solarana.”

También lo vieron en Castrillo

El día anterior, varios vecinos de Castrillo de Solarana vieron igualmente un ovni de forma y color similar al que persiguió a Carlos Izquierdo.

Sí, a muchos del pueblo nos llamó la atención aquella ‘‘luz’’ que permaneció fija sobre las bodegas del pueblo. Nosotros estamos acostumbrados a ver las estrellas y ‘‘aquello’’, desde luego, no podía ser una de ellas. ¡Estaba a pocos metros del suelo! Y era mucho más grande.”


La Gaceta del Norte, 17-6-1975


La extraña luz fue vista durante dos noches hacia el SO. La segunda vez estaba más bajo. Era muy brillante, de color blanco y la observación duró unos quince minutos.

En una próxima entrada seguiré con el caso.

jueves, 5 de enero de 2006

El aterrizaje de los Monegros

Dejo, de momento, la “década dorada de la ufología” para continuar con los “casos lunares” que empezé, en una entrada anterior, comentando una observación aérea en Bilbao. En esta ocasión vamos a ver un evento más elaborado y a comprobar cómo este tipo de confusiones, aunque en principio parezca sorprendente, también se dan en los llamados encuentros cercanos. Se trata de un aterrizaje ovni ocurrido cerca de Bujaraloz (Zaragoza) el día 2 de noviembre de 1968 a las 4:35 horas. En este sitio también se puede leer información sobre el citado avistamiento.

El resumen del suceso, que transcribo a continuación, está tomado del libro: Enciclopedia de los encuentros cercanos con ovnis, de Vicente-Juan Ballester Olmos y Juan A. Fernández Peris, páginas 121 y 122. Según información facilitada por Manuel Borraz, también hay un resumen declaración de los testigos (documento CEI) y un cuestionario CEI cumplimentado por el conductor del coche.

"Francisco Martí Cuartero, de 21 años, y 4 soldados más regresaban desde Barcelona a Zaragoza en coche tras un permiso en su Servicio Militar, cuando, a unos 10 km después del pueblo de Bujaraloz (casi todas las referencias ubican el lugar de observación a unos 40 ó 45 km de Zaragoza, por lo tanto éste se encontraría a unos 25-30 km de Bujaraloz) y ya en el interior de la zona de páramos de Los Monegros, observaron, al subir un repecho del camino y a su izquierda (Oeste), un gran disco, ‘como si el Sol estuviera saliendo’, cosa imposible dada su posición y la hora. Se hallaba a menos de 500 m de distancia y los testigos no pudieron apreciar si estaba posado en una colina o a muy baja altura del suelo. El coche se iba acercando y, entonces, la radio dejó de funcionar, las luces de los faros disminuyeron de intensidad y los relojes de pulsera se pararon. El objeto tenía un tamaño enorme, ‘como el ruedo de una plaza de toros’, fue descrito como metálico y era de color naranja brillantísimo, con un ‘resplandor a su alrededor’. Su forma era lenticular con dos grandes prolongaciones curvas acabadas en punta en los extremos. Los testigos, presos de gran excitación y nerviosismo, vieron cómo, transcurridos unos 3 minutos, el objeto empezó a elevarse suavemente, sin ningún ruido, en dirección SE y con una inclinación de unos 30º. Cuando llegó a una altura relativamente baja, aceleró bruscamente y en pocos segundos sólo era visible un pequeño punto luminoso de color naranja. Cuando el objeto hubo desaparecido, tanto los faros como la radio y los relojes volvieron a funcionar normalmente. La observación duró aproximadamente 5 minutos. Al llegar a Zaragoza dieron parte de lo ocurrido a sus superiores. El automóvil era de motor diesel y al día siguiente tenía la batería descargada. La noche del incidente estaba nublada.”

En el momento de la observación, la Luna estaba muy cerca del horizonte, a punto de ocultarse. A la hora mencionada (4:35 horas GMT+1) nuestro satélite tenía un azimut de 91.18º (visible al Oeste) y 1.07º de altura. Su ocaso se produjo, esa madrugada, hacia las 4:43 horas. Le faltaban tres días para la fase de llena. Como se puede apreciar en la carta celeste y en el mapa del lugar, la Luna estaba ubicada en la misma dirección y altura que el ovni. El extraño objeto luminoso desapareció justo cuando el astro se ocultó tras el horizonte (la observación duró cinco minutos, hasta las 4:40 horas aproximadamente). No emitía sonido alguno y su color era el típico de la Luna cuando está cerca del horizonte.


A la vista de los datos astronómicos y los datos del avistamiento, resulta patente que los soldados tomaron a la Luna por un objeto volante no identificado. El astro escondiéndose tras el horizonte, las nubes existentes en el momento de la observación y las altas horas de la madrugada se unieron para mostrar a nuestro satélite como un extraño objeto posado en el suelo, o cerca de él, y cercano a los testigos. Hay que recordar que el caso acaeció en plena oleada de 1968 y los observadores ya estarían informados, gracias a los medios de comunicación, de que los ovni surcaban, continuamente durante esas fechas, los cielos de la península.

Azimut de la Luna y ubicación aproximada de los observadores

La descripción de la desaparición del ovni parece algo compleja para ser imputada a la Luna. Sin embargo, los observadores se encontraban “presos de gran excitación y nerviosismo” y fácilmente pudieron caer en algunas ilusiones. Por ejemplo, un ocultamiento progresivo de la Luna por las nubes (disminuyendo su tamaño aparente hasta desaparecer) sería interpretado como un alejamiento/elevación del ovni. Si al mismo tiempo apareció Saturno (que estaba ubicado a la izquierda de nuestro satélite y un poco más alto) en un claro de las nubes, podría sugerir una elevación rápida hacia el SE.


Por último, hay unos efectos físicos sobre el coche y los relojes que los testigos atribuyeron al ovni. Si, como los datos parecen indicar, la observación fue provocada por la Luna. Entonces, ¿qué indujo esos fallos? El mal funcionamiento de la radio y la disminución de la intensidad de las luces de los faros ¿fueron provocados por una batería en mal estado? Al día siguiente ésta estaba descargada.

Sobre el paro de los relojes de pulsera, llama la atención que en esos momentos de gran excitación y nerviosismo los soldados mirasen sus relojes. ¿Fue una comprobación posterior? ¿Al apreciar un cierto retraso pudo ser achacado a un paro en el momento de la observación? De todas formas, sería necesario conocer más detalles sobre estos supuestos efectos EM para llegar a una conclusión más fidedigna.