A continuación muestro otro ejemplo de confusión con la
reina de los OVNIs, ocurrido hacia el final de la década dorada de la ufología ibérica. El avistamiento tiene elementos típicos de un caso insólito, ya que los testigos observaron el “extraño” objeto muy cerca y éste les persiguió e interactuó con ellos. El incidente, por lo tanto, entraría dentro de los denominados encuentros cercanos con OVNIs. La observación ocurrió en la provincia de Álava, durante la noche del 9 al 10 de abril de 1980, y fue investigada por José Luis Guillerna, que publicó un artículo en la revista
Mundo Desconocido, nº 60, junio 1981, pp 51-53.
Los testigos, dirigiéndose hacia Mendoza, descubrieron el OVNI cuando estaban a la altura del Mercado de Mayoristas de Frutas y Verduras, en Ali. Eran sobre las 12:30 de la noche y vieron una luz sobre el aeropuerto de Foronda. Pensaron que era un avión que se disponía a aterrizar pero al acercarse (¿a la pista de aterrizaje?) se dieron cuenta de que no era un avión: “se trataba de una gran luz roja…” Como se puede ver en el plano de situación de Guillerna, la luz se encontraba delante de los testigos y un poco a la derecha (o sea, hacia el NO).
Si se hace una comprobación del cielo, en esa fecha y hora, se podrá ver que el planeta Venus estaba ubicado (mirando desde el punto de vista de los testigos) en la misma posición que la extraña luz. El citado astro tenía, en esos momentos, una altura de 3º 41’ y un azimut de 121º (origen el Sur) luego, ubicado hacia el Noroeste. Trazando el citado azimut en un mapa de la zona se verá que pasa por encima de la pista de aterrizaje del aeropuerto vitoriano, coincidiendo con la visual del supuesto OVNI.
A partir de ese momento y ante la sorpresa que originó en los observadores no saber qué estaban viendo, se produjeron una serie de ilusiones y errores de percepción. El “objeto” se colocó encima de ellos, a 300 metros de altura, y comenzó a perseguirlos. Al llegar al cruce de la carretera que va a Mendoza, la luz hizo un giro y continuó persiguiendo a los testigos. Éstos le hicieron el cambio de luces repetidamente y el “objeto”: “realizó un giro completo por delante de nosotros, para volver a la posición inicial sobre el coche…” En Mendoza, detuvieron el automóvil y realizaron otro cambio de luces, entonces el OVNI efectuó otro giro y se inmovilizó, a poca altura y en silencio, sobre una de las casas del pueblo.
La persecución e inmovilización del OVNI son las típicas ilusiones provocadas por el desplazamiento y parada de los observadores (paralaje del movimiento). Los giros de la “extraña” luz, que los testigos interpretaron como respuestas a los cambios de luces que le hicieron, fueron ocasionados por las curvas de la carretera. Comenzaron precisamente a partir del cruce de Mendoza. Como se puede ver en el mapa, desde el mencionado desvío hasta esta última población, la carretera tiene diversas curvas y el vehículo tuvo que realizar varios cambios de orientación.
En el pueblo, los observadores alinearon el coche hacia el supuesto OVNI y le dieron las luces. Entonces, el "extraño" fenómeno se alejó hacia la Sierra de Badaya. Otra tanda de luces y el OVNI se acercó a su posición inicial. Estas idas y venidas en línea recta son
ilusiones provocadas por las nubes al modificar paulatinamente el tamaño aparente del astro. Una disminución del mismo es interpretado como un alejamiento y un aumento, como un acercamiento. Al coincidir con los cambios de luces, los testigos lo interpretaron como una respuesta del pretendido OVNI.
Las distancias y alturas que facilitan los observadores no pueden tomarse al pie de la letra puesto que no sabían qué estaban viendo ni qué dimensiones reales tenía. Dan un tamaño aparente, del fenómeno luminoso, de 20 a 25 centímetros. Pero este dato no sirve para nada porque no se dice a qué distancia de los ojos está esa medida. Suponiendo que se haya tomado con el brazo extendido, 20/25 centímetros es un
tamaño aparente descomunal, gigantesco. Para hacerse una idea, dicha medida equivale, más o menos, a unos 18/22º (la Luna llena tiene un diámetro aparente de medio grado). En fin, la susodicha información no se corresponde con la descripción del OVNI:
una luz brillante.
El supuesto OVNI, visto desde Mendoza (final de la observación), estaba ubicado sobre la Sierra de Badaya, o sea hacia el Noroeste. Precisamente, la misma orientación que tenía Venus en esos momentos.
Otro elemento que confirma la intervención del brillante planeta en el avistamiento es la fotografía del escenario, obtenida por el encuestador, donde aparece dibujado el OVNI cerca del horizonte. Si la comparamos con la carta celeste (incluida más arriba), se apreciará que la coincidencia con la ubicación de Venus en el cielo es patente. El ocaso del astro se produjo hacia las 00:56 horas locales.
Las previsiones meteorológicas para el día 9 de abril eran de cielos nubosos y chubascos dispersos. Para el día 10, cielos con nubes y claros. Datos ofrecidos por El Diario Vasco del 9 y 10 de abril de 1980. Según el Centro Meteorológico del País Vasco, en Vitoria, a las 7 hora solar (las 9 hora local) del día 10 de abril: Cielo despejado con 1/8 de cirros.