sábado, 8 de julio de 2017

OVNIs: Paradigma de impericia

Ha caído en mis manos un opúsculo sobre OVNIs titulado: OVNIs: Paradigma del absurdo Un viaje en busca de respuestas, escrito por el periodista y ufólogo David Cuevas. Asunto este que me ha permitido examinar los progresos que están consiguiendo las nuevas generaciones de ufólogos patrios.

En el prólogo del librito se escribe sobre el mismo:

"Es una declaración de intenciones. De cómo se debería abordar en el siglo XXI la forma de investigar y de exponer la casuística." (Pág. 11)

El citado ufólogo, después de una laboriosa búsqueda por la geografía patria (llegó a encontrar, y recoger, quince casos en tres días) presenta en el mencionado libro una colección de anécdotas muy resumidas. Muchos de esos avistamientos ya apuntan claramente hacia explicaciones mundanas como astros, bólidos, globos, etc.

Y al final, el autor llega a esta sorprendente conclusión:

"Con lo cual, la primera de las conclusiones a la que llego a día de hoy es que, siendo honestos y desprendiéndonos de prejuicios varios, no hay conclusiones."  (Pág. 118)

Luego escribe que ha desarrollado la conjetura de la confusión:

"Esta conjetura de la confusión consiste en una premisa muy sencilla: los ovnis sean lo que sean y provengan de donde provengan, nos tienen a todos (testigos, investigadores, divulgadores y estudiosos), lo creamos o no, realmente confundidos." (Pág. 119)

Y la conjetura más importante de todas es:

"...no tenemos aún ni puñetera idea de lo que se esconde realmente tras los ovnis." (Pág. 122)

El autor del opúsculo se autocalifica de escéptico:

"De modo que, en el presente libro, trataré de profundizar como escéptico (de los que dudan, nunca de los que niegan por sistema)..."  (Pág. 15)

Sin embargo, en ninguno de los casos que expone muestra la menor duda de lo que le cuentan los testigos por muy ilógico que sea. Un ejemplo:

A finales de agosto de 1986, a las 2 de la mañana, un grupo de testigos en Fontanar (Guadalajara) ven un objeto luminoso sobre los montes que desprende mucha luz. Después de varios minutos fue menguando hasta desaparecer. Los testigos dicen que se fue la luz de varios pueblos y parece que lo relacionaron con lo observado.

Para el autor no hay duda alguna de que el OVNI causó el apagón:

"Aquello, se lo que sea con lo que se encontraron Braulio y María del Mar, actuó de alguna manera causando desperfectos físicos." (Pág. 27)

Pero probablemente lo que vieron los testigos fue la Luna, que a finales del mes citado se encontraba cerca del horizonte.


Por esas fechas había cielos nublados por la zona, asunto que explicaría la aparición y, luego, progresiva desaparición del pretendido OVNI (o sea, de la Luna). Además, el día 30 de agosto de 1986 hubo tormentas por la zona centro de la península lo que explicaría el corte de suministro eléctrico.


Para finalizar, el ufólogo no se corta a la hora de calificar a los que no opinan como él o dan explicaciones mundanas a los fenómenos OVNI, tachándolos de pseudoescépticos, negacionistas y otras lindezas.

En definitiva, lo que se da a entender en el libro es que, el autor todavía no ha encontrado respuestas en su búsqueda y que parece que está escrito hace cuarenta y cinco años.