Últimamente se ha hablado bastante sobre la experiencia ovni que tuvo el ex presidente
Jimmy Carter cuando era gobernador de Georgia. Así mismo,
algunos autores han hecho comentarios sobre el asunto que sugieren la importancia de ese testimonio y cuando se topan con la explicación que dio
Robert Sheaffer al caso (confusión con el planeta Venus) comienzan a cavilar sobre lo manipuladores que son los escépticos, que recurren al socorrido Venus para explicar determinados avistamientos y, así, negar la realidad ovni.
Como no he podido resistir la tentación, he reunido información sobre la cuestión para ver si el señor Sheaffer dio esa explicación a la ligera o llegó a ella con conocimiento de causa. El trabajo de Sheaffer sobre la observación del señor Carter se puede leer en castellano en:
VEREDICTO OVNI examen de la evidencia. Tikal Ediciones, Gerona, 1994. Capítulo 2, pp 15-26.
Por cierto, y al margen del resultado final, las pesquisas y el análisis de Sheaffer sobre el caso me parecen impecables y ejemplares.
El 8 de junio de 1976, el periódico
National Enquirer publicaba una nota sobre el avistamiento y lo ubicaba en Thomaston, Georgia, en 1973.
“Estoy convencido de que los ovnis existen porque yo he visto uno... Fue una aberración muy peculiar, pero unas veinte personas también lo vieron...Era la cosa más extraña que había visto jamás. Era grande, muy brillante, cambiaba de colores y era del tamaño aproximado de la luna. Lo observamos durante unos diez minutos, pero ninguno de nosotros fue capaz de decir qué era.” (Sheaffer, pág. 16)
Tras una serie de averiguaciones, Sheaffer se puso en contacto con
Hayden Hewes, director del
International Ufo Bureau, quien en noviembre de 1976 escribió un breve artículo sobre el avistamiento después de enviar, en 1973, un
formulario a Carter. Gracias a éste
documento, se supo que el incidente no había ocurrido en Thomaston ni en el año 1973. Carter señalaba a Leary, Georgia, como lugar de la observación y la fecha, octubre de 1969 a las 19:15 horas locales.
Ver mapa más grandeAdemás, en el citado cuestionario se mencionan algunos detalles significativos sobre la observación. Por ejemplo: El objeto luminoso estuvo ubicado en el mismo sitio durante todo el avistamiento, que duró unos 10-12 minutos. Apareció por el Oeste y a unos 30º por encima del horizonte. Sólo había un objeto (el ovni) en esa zona del cielo. Pareció acercarse hacia los testigos, se detuvo, retrocedió volvió a acercarse y, finalmente, desapareció. La distancia fue estimada entre 300 y 1000 yardas. El tamaño aparente del ovni era como el de la Luna o algo más pequeño. En algún momento era tan brillante como la Luna. La observación se produjo al anochecer. Junto a Carter, que esperaba en el exterior a que comenzara una reunión del
Lion Club a las 19:30 h., había unas diez personas.
Sheaffer quería saber la fecha exacta del avistamiento y prosiguió con sus pesquisas. Contactó, entre otros, con Fred Hart (antiguo miembro del club ya desaparecido) pero no recordaba el día de la reunión. Pasó toda la tarde con Carter y tampoco recordaba haber visto nada especial. Cuando Sheaffer le refresco la memoria, contestó:
“Me parece que aquella noche había algo pequeño, una luz azul o una cosa parecida en el cielo (pausa) algo así como un globo meteorológico o algo parecido...¡ya no lo recordaba para nada!” (pág. 19)
Por lo que se ve, el señor Hart apenas recordaba el incidente y no quedó muy impresionado por la observación. Sin embargo, para el señor Carter fue algo muy extraordinario.
Sheaffer siguió con su investigación hasta dar con Al Weeb (de las oficinas centrales del
Lions Club International) y:
“Cuando le volví a llamar al día siguiente, había encontrado la tan deseada información: una copia del informe de la visita del gobernador de distrito Jimmy Carter a Leary. Llevaba fecha del 6 de enero de 1969.”
(pág. 22) (el resaltado es mío)
O sea, que la observación ocurrió nueve meses antes de la fecha que recordaba Carter. Si ese informe no llega a aparecer, el avistamiento habría quedado, irremediablemente, sin explicación. Echando un vistazo a las cartas astronómicas del atardecer de ese día veo que, efectivamente, el planeta Venus lucía, con su extraordinario brillo, en el cielo. El día 6 de enero, a las 19:15 horas locales (GMT-5), el lucero vespertino tenía un azimut de 56º 41’ (ubicado hacia el
sur-oeste) y 25º de elevación sobre el horizonte.
El mencionado planeta coincidía con la posición del ovni de Carter (hacia el oeste y a unos 30º grados sobre el horizonte). Hay que señalar que sólo había un objeto luminoso en esa zona del firmamento (eso indicó Carter en el formulario),
¡El planeta Venus! Pero para Carter era un ovni. Además, la misteriosa luz se mantuvo en el mismo sitio durante toda la observación. El acercamiento y alejamiento de Venus (del ovni) pudo ser una ilusión provocada por las nubes dispersas que había esa tarde en el cielo:
“Cuando conseguí los informes meteorológicos del aeropuerto de Albany, me enteré de que el tiempo había sido frío y despejado, con algunas nubes dispersas durante las últimas horas de la tarde.” (pág. 23)
El astro, al ser tapado paulatinamente por las nubes, disminuye su tamaño aparente, lo que suele ser interpretado como alejamiento. Y a la inversa, al aparecer tras las nubes aumentando su tamaño aparente, se suele interpretar como acercamiento. Es una ilusión típica en la que suelen caer muchos observadores. Como está de noche no se ven las nubes y sólo se aprecia la disminución o aumento del tamaño angular del astro, que se suele interpretar, en muchas ocasiones, de la forma indicada anteriormente.
La distancia al ovni dada por Carter me parece un dato poco fiable. De noche, sin referencias, desconociendo el tamaño de lo que se está viendo resulta difícil estimar distancias sin equivocarse.
La desaparición del ovni (de Venus) pudo ser causada por las nubes, al tapar éstas al astro.
En definitiva, la descripción, ubicación y movimientos del ovni se corresponden perfectamente con la observación del citado planeta, que en esas fechas lucía un brillo extraordinario.
Por lo tanto, la explicación que dio Sheaffer al avistamiento de Carter fue correcta y basada en una investigación sistemática.
Para finalizar, este caso puede ser un buen indicador de la credibilidad y rigurosidad de quienes sigan insistiendo que el señor Carter tuvo un encuentro cercano con un ovni.