Como veremos a continuación, se trata de la clásica “persecución” con efectos EM incluidos. El relato del caso puede leerse en el libro: Ochate realidad y leyenda del pueblo maldito, de Antonio Arroyo y Julio Corral (Aguilar, enero 2007).
Un matrimonio y su hija, vecinos de Marquínez (Álava), “tuvieron un encuentro” con una luz extraña cerca de Ventas de Armentia:
“Ellos aseguraron que estaban llegando al cruce de la carretera de Bernedo cuando comenzaron a ver ‘una especie de luna terriblemente grande’ que avanzaba justo delante de su vehículo en un ángulo ligeramente elevado. Durante algunos kilómetros la tuvieron delante y pudieron observarla con total claridad.
Al llegar al pueblo de Argote, la carretera traza una larga recta y, en ese momento, se acercaron aún más a la extraña luz, que cada vez parecía mayor. El motor del Seat 600 en que viajaban comenzó a fallar, perdiendo potencia, ‘como si de pronto se hubiese agarrotado’. Su mujer y su hija, asustadas, le pedían que acelerase...”
“...Eso fue sobre las diez y media de la noche. El objeto estaba muy bajo y, más o menos, a trescientos metros de nosotros. A la altura del pueblo de Fuidio se alejó y desapareció detrás de unos chopos que se encontraban aproximadamente a un kilómetro. Era una luz grande, de color butano anaranjado muy fuerte, terriblemente resplandeciente. Era redonda y de un tamaño... como tres veces la luna. Yo aceleraba, pero el coche no se revolucionaba, y estaba tan nervioso que no se me ocurrió detenerme. Lo estuvimos viendo durante veinte minutos...”
“...Lo que más me extraña es que nadie más lo vio ni se escucharon comentarios en la zona...” (Pág. 124) El texto en negrita es mío.
A esta narración le faltan algunos datos fundamentales para poder abordar su explicación: El día y el mes de la observación. Pero resulta que, en la revista Enigmas de diciembre de 1996 (Pág. 74), Iker Jiménez publicó un dibujo, realizado por el testigo de este caso, con el siguiente texto:
“Dibujo de M.G., perseguido por una esfera de color butano que le inutilizó el coche el 18 de agosto de 1981 en las cercanías de Ochate.”
A pesar de la escueta información que da Jiménez, se puede extraer de ella datos de interés. Por ejemplo, la fecha del avistamiento. Además, en el citado croquis el observador dibuja el tamaño aparente de la luz comparado con el de la Luna. Otro detalle importante, ubica a la esfera cerca del horizonte, casi rozándolo, y la sitúa delante y a su izquierda. Por otra parte, y según la primera fuente (Arroyo y Corral, 2007), el vehículo no quedó inutilizado, le costaba avanzar.
Aunque la información del caso no es muy extensa, los datos que se ofrecen apuntan a una “persecución” lunar. Como se puede apreciar en el relato, la descripción del fenómeno resulta ser, más o menos, la típica de este tipo de incidentes: Ovni con forma de luna, de color butano anaranjado, ubicado cerca del horizonte, que “persigue” a los observadores, etc.
En el mapa de la zona podemos ver que la carretera discurre, en general, hacia el Este (en el sentido de la marcha de los observadores) con algunos tramos hacia el Sur. Osea, que los testigos tenían de frente, y a veces a la izquierda, el Este. Si miramos el cielo del 18 de agosto de 1981 a la hora del avistamiento y hacia el Este, comprobaremos que nuestro satélite se encontraba saliendo por esa dirección. El orto de la Luna se produjo, esa noche, a las 23:01 horas (GMT+2) con un azimut de 272º (Este). El día 15 estaba en fase de llena.
La hora de la observación es aproximada (sobre las diez y media de la noche) y no sería excesivo un margen de error de media hora. Teniendo en cuenta, además, que el avistamiento duró unos veinte minutos, se puede ver que éste coincide, aproximadamente, con el orto de nuestro satélite. Si trazamos, en el plano, el azimut de la Luna desde distintos puntos del trayecto, advertiremos que ésta estaba ubicada unas veces delante y otras a la izquierda de los testigos. Por lo tanto, las posiciones del ovni y de la Luna eran coincidentes.
Uno de los factores que pudo influir en la confusión de los observadores, es el tamaño aparente que presenta nuestro satélite cuando está cerca del horizonte. En esa situación, la Luna es muy llamativa y espectacular y la percibimos mucho más grande que cuando está en el cenit. También, en esa ubicación (cerca del horizonte) presenta una coloración amarillenta o anaranjada.
Durante la observación, el coche comenzó a fallar y se podría pensar que fue debido a la presencia del “ovni”. Sin embargo, los testigos se encontraban muy nerviosos y excitados y lo más probable es que esos “fallos” del automóvil fueron producidos por el estado de tensión que tenían en esos momentos.
Otro detalle importante, los observadores no vieron a la Luna, que la tenían delante en buena parte del recorrido. Asimismo, nadie más vio el enorme ovni. Por la hora, el tamaño del “extraño objeto” y la duración del avistamiento lo normal es que hubiesen surgido más observadores. Sin embargo, el suceso se desarrolló, exclusivamente, entre los tres testigos y la Luna.