sábado, 22 de diciembre de 2007
Grabación de un ovni en Valparaíso (Chile)
jueves, 13 de diciembre de 2007
El ovni de Jimmy Carter
Como no he podido resistir la tentación, he reunido información sobre la cuestión para ver si el señor Sheaffer dio esa explicación a la ligera o llegó a ella con conocimiento de causa. El trabajo de Sheaffer sobre la observación del señor Carter se puede leer en castellano en: VEREDICTO OVNI examen de la evidencia. Tikal Ediciones, Gerona, 1994. Capítulo 2, pp 15-26.
Por cierto, y al margen del resultado final, las pesquisas y el análisis de Sheaffer sobre el caso me parecen impecables y ejemplares.
El 8 de junio de 1976, el periódico National Enquirer publicaba una nota sobre el avistamiento y lo ubicaba en Thomaston, Georgia, en 1973.
“Estoy convencido de que los ovnis existen porque yo he visto uno... Fue una aberración muy peculiar, pero unas veinte personas también lo vieron...Era la cosa más extraña que había visto jamás. Era grande, muy brillante, cambiaba de colores y era del tamaño aproximado de la luna. Lo observamos durante unos diez minutos, pero ninguno de nosotros fue capaz de decir qué era.” (Sheaffer, pág. 16)
Tras una serie de averiguaciones, Sheaffer se puso en contacto con Hayden Hewes, director del International Ufo Bureau, quien en noviembre de 1976 escribió un breve artículo sobre el avistamiento después de enviar, en 1973, un formulario a Carter. Gracias a éste documento, se supo que el incidente no había ocurrido en Thomaston ni en el año 1973. Carter señalaba a Leary, Georgia, como lugar de la observación y la fecha, octubre de 1969 a las 19:15 horas locales.
Ver mapa más grande
Además, en el citado cuestionario se mencionan algunos detalles significativos sobre la observación. Por ejemplo: El objeto luminoso estuvo ubicado en el mismo sitio durante todo el avistamiento, que duró unos 10-12 minutos. Apareció por el Oeste y a unos 30º por encima del horizonte. Sólo había un objeto (el ovni) en esa zona del cielo. Pareció acercarse hacia los testigos, se detuvo, retrocedió volvió a acercarse y, finalmente, desapareció. La distancia fue estimada entre 300 y 1000 yardas. El tamaño aparente del ovni era como el de la Luna o algo más pequeño. En algún momento era tan brillante como la Luna. La observación se produjo al anochecer. Junto a Carter, que esperaba en el exterior a que comenzara una reunión del Lion Club a las 19:30 h., había unas diez personas.
Sheaffer quería saber la fecha exacta del avistamiento y prosiguió con sus pesquisas. Contactó, entre otros, con Fred Hart (antiguo miembro del club ya desaparecido) pero no recordaba el día de la reunión. Pasó toda la tarde con Carter y tampoco recordaba haber visto nada especial. Cuando Sheaffer le refresco la memoria, contestó:
“Me parece que aquella noche había algo pequeño, una luz azul o una cosa parecida en el cielo (pausa) algo así como un globo meteorológico o algo parecido...¡ya no lo recordaba para nada!” (pág. 19)
Por lo que se ve, el señor Hart apenas recordaba el incidente y no quedó muy impresionado por la observación. Sin embargo, para el señor Carter fue algo muy extraordinario.
Sheaffer siguió con su investigación hasta dar con Al Weeb (de las oficinas centrales del Lions Club International) y:
“Cuando le volví a llamar al día siguiente, había encontrado la tan deseada información: una copia del informe de la visita del gobernador de distrito Jimmy Carter a Leary. Llevaba fecha del 6 de enero de 1969.”
(pág. 22) (el resaltado es mío)
O sea, que la observación ocurrió nueve meses antes de la fecha que recordaba Carter. Si ese informe no llega a aparecer, el avistamiento habría quedado, irremediablemente, sin explicación. Echando un vistazo a las cartas astronómicas del atardecer de ese día veo que, efectivamente, el planeta Venus lucía, con su extraordinario brillo, en el cielo. El día 6 de enero, a las 19:15 horas locales (GMT-5), el lucero vespertino tenía un azimut de 56º 41’ (ubicado hacia el sur-oeste) y 25º de elevación sobre el horizonte.
El mencionado planeta coincidía con la posición del ovni de Carter (hacia el oeste y a unos 30º grados sobre el horizonte). Hay que señalar que sólo había un objeto luminoso en esa zona del firmamento (eso indicó Carter en el formulario), ¡El planeta Venus! Pero para Carter era un ovni. Además, la misteriosa luz se mantuvo en el mismo sitio durante toda la observación. El acercamiento y alejamiento de Venus (del ovni) pudo ser una ilusión provocada por las nubes dispersas que había esa tarde en el cielo:
“Cuando conseguí los informes meteorológicos del aeropuerto de Albany, me enteré de que el tiempo había sido frío y despejado, con algunas nubes dispersas durante las últimas horas de la tarde.” (pág. 23)
El astro, al ser tapado paulatinamente por las nubes, disminuye su tamaño aparente, lo que suele ser interpretado como alejamiento. Y a la inversa, al aparecer tras las nubes aumentando su tamaño aparente, se suele interpretar como acercamiento. Es una ilusión típica en la que suelen caer muchos observadores. Como está de noche no se ven las nubes y sólo se aprecia la disminución o aumento del tamaño angular del astro, que se suele interpretar, en muchas ocasiones, de la forma indicada anteriormente.
La distancia al ovni dada por Carter me parece un dato poco fiable. De noche, sin referencias, desconociendo el tamaño de lo que se está viendo resulta difícil estimar distancias sin equivocarse.
La desaparición del ovni (de Venus) pudo ser causada por las nubes, al tapar éstas al astro.
En definitiva, la descripción, ubicación y movimientos del ovni se corresponden perfectamente con la observación del citado planeta, que en esas fechas lucía un brillo extraordinario.
Por lo tanto, la explicación que dio Sheaffer al avistamiento de Carter fue correcta y basada en una investigación sistemática.
Para finalizar, este caso puede ser un buen indicador de la credibilidad y rigurosidad de quienes sigan insistiendo que el señor Carter tuvo un encuentro cercano con un ovni.
domingo, 25 de noviembre de 2007
1965: ¿Un avistamiento de carácter excepcional en Huesca?
“El año 1965 se despidió, ufológicamente hablando, con un avistamiento múltiple de carácter excepcional.”
(Encuentros: la historia de los ovnis en España, Madrid, mayo 2002. Pág. 50) (el resaltado es mío)
En: Platillos volantes ante la cámara, Ed. Pomaire, Barcelona 1969, pp. 188-191, Antonio Ribera también cita este caso. Pero la encuesta más amplia que se puede leer sobre esta observación se encuentra aquí.
Como quería conocer ciertos detalles, que faltaban en la información publicada sobre el avistamiento, localicé a Ángel Gari y César Valero y, en conversación telefónica, me facilitaron datos que, en las referencias señaladas anteriormente, algunos no se mencionan y otros son erróneos. También, me dieron varias pistas significativas para explicar la observación.
Según relata el Sr. Gari, venía de Jaca hacia Huesca, en coche, con sus padres y un familiar (Ramón Abadía). A unos 25 kilómetros de la capital vieron un extraño objeto luminoso sobre la Sierra de Gratal (Hay que señalar que lo vieron todos menos Ángel Gari, que es ciego). Cuando llegaron a Huesca avisaron al fotógrafo César Valero. Éste se dirigió, con su equipo fotográfico, al domicilio de Gari, ubicado en la calle Coso Alto, nº 57 (actualmente es el 77), y desde allí se obtuvieron las fotografías del supuesto ovni. Le pregunto a Ángel Gari sobre la orientación del mirador, desde donde se sacaron las fotos, y me contesta que miraba hacia el Sur-oeste.
Dice, también, que en aquella época no había tantos fenómenos en el cielo que indujeran a confusión y que se pensó que podría tratarse de una nave nodriza porque en una de las fotografías salía una línea del núcleo principal. Además, hubo interferencias de radio que relacionaron con el supuesto ovni. El suceso no tuvo mucha repercusión (cree que el caso no se publicó en la prensa) y quedó como una cosa anecdótica.
César Valero explica que han transcurrido muchos años y ya no recuerda la observación ni las tomas fotográficas. Lo que sí recuerda es que utilizó película de 35 mm en blanco y negro. Comenta que el objeto luminoso podría ser una nave nodriza y la rayita que se ve en una de las fotografías igual fue por un movimiento de la cámara. Preguntado sobre la orientación del objeto luminoso, contesta que el ovni, mirando desde la vivienda de Gari, se veía sobre el monte San Jorge. El mencionado cerro está situado a un kilómetro, más o menos, de la calle Coso Alto y en dirección Sur-oeste.
Después de tener una serie de datos sobre la mesa, el siguiente paso fue averiguar que vieron y fotografiaron los observadores. En la información disponible sobre el caso se habla de un objeto luminoso visible en el cielo desde el atardecer hasta las 20:30 horas, durante varios días seguidos. Esta referencia es, por sí sola, bastante reveladora y sugiere la presencia de un astro en el firmamento. Así que, compruebo el cielo de los días 21 al 23 de diciembre de 1965, entre las horas indicadas, y ,sorpresa, aparece nuestro viejo conocido: ¡El planeta Venus!
El citado astro era visible después de la puesta del Sol hasta su ocaso, que acontecía sobre las 20:44 horas. Como vemos, coincide con la visibilidad del misterioso foco. A las 19:00 horas locales (GMT+1) del día 22, Venús tenía un azimut de 46º 49’ (visible por el Sur-oeste) y unos 15º de altura sobre el horizonte.
Por otra parte, resultan chocantes, por razones obvias, algunos comentarios vertidos en uno de los artículos mencionados al principio:
“...Todos lo vimos a simple vista y con prismáticos...”
“El objeto –según testimonio de Gari Lacruz- parecía un cono luminoso...”
Sobre las tomas fotográficas apenas hay datos y son perfectamente compatibles con una exposición de Venus.
No pongo en duda la autenticidad de los documentos gráficos:
“Me consta, puesto que conozco a Ángel Gari, que los presentes testimonios gráficos son absoluta y rigurosamente auténticos.”
Lo que cuestiono es la interpretación que se hizo y se hace de esas imágenes:
“En ellos puede apreciarse una de estas naves, emitiendo una extraordinaria luminosidad.”
Y, además, propongo una solución al caso.
Después de examinar los datos que hay sobre el suceso, mi conclusión es: ¡Los testigos vieron y fotografiaron el planeta Venus!
Este es otro ejemplo característico de cómo se investigan este tipo de sucesos. Se recoge información incompleta, a veces errónea, se da por buena la confusión del observador y se concluye que se ha visto un ovni o una nave.
viernes, 9 de noviembre de 2007
Encuentro con Selene y unas misteriosas huellas
“No habría recorrido más allá de uno o dos kilómetros cuando algo formidable me llamó la atención. En plena negrura apareció una esfera muy luminosa.
La veía por el parabrisas y un poco hacia mi derecha.
Reduje aún más la velocidad y vi cómo aquel objeto de enormes dimensiones descendía suavemente sobre la cumbre de la Peña Marín, situada a unos doscientos o trescientos metros en línea recta...
En mitad de la noche, la esfera, conforme descendía, lo fue iluminando todo. Era una luz amarillenta y tan intensa como la del Sol.
...Su descenso hacia la cumbre de la peña daba una clara sensación de control.
Bajaba lentamente. Y parecía como si la luz sirviera a sus ocupantes para ver la naturaleza y características del terreno.
...En eso me crucé con un camión y, al tomar una de las curvas, lo perdí de vista.”
(J.J. Benítez, Televisión Española: operación OVNI. Plaza & Janés, Barcelona. Primera edición: noviembre 1981. Realismo fantástico, nº 97, Pág. 103). (El resaltado es mío).
Según los datos horarios ofrecidos en el relato (a eso de las doce de la noche y poco después), el avistamiento tuvo que producirse entre las 00:30 y las 1:00 horas del 16 de agosto. Aunque la información es escueta, ésta apunta hacia una confusión lunar. A las 00:30 horas (GMT+2), nuestro satélite natural tenía un azimut de 261º (ubicado hacia el Este) y una altura de 8º sobre el horizonte.
Como suele ser típico en este tipo de confusiones, uno se encuentra, invariablemente, con el mismo escenario: Observación nocturna, Luna cercana al horizonte (que se percibe con un tamaño mucho mayor que cuando está en el cenit), cielo cubierto de nubes (que la hacen más misteriosa), con una coloración amarillenta o anaranjada, testigo que viaja en coche (lo cual, provoca ilusiones de movimiento), etc.
Si se trasladan los datos a un mapa de la zona, se puede comprobar que la visual de la Luna coincide con la posición del ovni (el astro estaba ubicado un poco hacia la derecha del observador). Nuestro satélite, oculto por las nubes, hace su aparición en un claro llamando la atención del testigo. En el plano adjunto puede verse una curva un poco más adelante de la posición del declarante. Éste, al entrar en ella, pierde de vista a nuestro satélite, que le queda casi a la espalda. Luego, las nubes (“Hacía tiempo que no veía una noche más negra...” pág. 103) lo ocultaron definitivamente. El suave descenso del “ovni” se explicaría como una ilusión provocada por el movimiento del observador (iba en automóvil).
Pero el médico tenía guardada otra sorpresa:
“Hace dos años, un amigo nuestro, catedrático de Anatomía en Nueva York y casado con una vecina de esta zona, descubrió a las afueras de Enciso, al borde de la carretera que conduce a Soria, unos extraños círculos.” (pág. 104)
Se sacaron fotografías de las “misteriosas” huellas y el facultativo se las enseñó al periodista. A éste, se le debieron de poner los ojos como platos porque escribe:
“¿Cómo podía ser? ¿Nos encontrábamos ante otro caso de aterrizaje ovni?” (pág. 104)
Fueron a inspeccionar el campo de alfalfa donde se encontraban las “huellas” y no salían de su asombro. Volvieron al pueblo y hablaron con varios campesinos. Uno de ellos era el propietario del terreno, que les sacó (al testigo y al periodista) de sus ensoñaciones:
“Para este campesino, sin embargo, los círculos no eran otra cosa que el producto de una desgraciada enfermedad que ataca a esta leguminosa.” (Pág. 105)
El periodista indagó por los alrededores por si alguien había visto aterrizar uno o varios ovnis en el campo de alfalfa. Pero nadie en Enciso vio el pretendido ovni ni había oído hablar del tema.
Al dueño de la parcela no le faltaba razón. La naturaleza, en ocasiones, suele producir unas curiosas trazas llamadas popularmente “anillos de hadas” o “corros de brujas” que, desde tiempos inmemoriales, se han atribuido a seres míticos y misteriosos (Brujas, hadas, duendes, etc. y ahora a los ovnis). Aquí y aquí pueden leer un par de artículos muy didácticos sobre estas particulares “huellas”.
lunes, 22 de octubre de 2007
Dos extraterrestres en Bilbao
La Gaceta del Norte del miércoles día 4, en un alarde de “rigurosidad”, iniciaba de esta forma la increíble noticia:
“DOS EXTRATERRESTRES SE LE APARECIERON A UN NIÑO EN BILBAO
Está claro que Vizcaya, al igual que otras zonas de la geografía española y mundial, está siendo escenario de continuas apariciones de naves extraterrestres y lugar que los seres que nos visitan desde otros planetas han escogido para hacerse ver con mayor asiduidad. Numerosos avistamientos son testimonio de esto que acabamos de decir.”
Este tipo de comentario, relacionado con el tema ovni, era habitual en la prensa de aquella época. Resulta innegable la influencia que toda esta información sensacionalista ejercía sobre la población, sobre todo la infantil y adolescente (más impresionable). Y no era extraño que surgiesen testimonios como el que vamos a ver.
La supuesta aparición se produjo sobre las 23:00 horas del día 1 de agosto, domingo, en el barrio bilbaíno de Buia y tuvo como protagonista a un niño de 10 años de edad. A continuación incluyo un resumen del caso publicado por El Diario Vasco el 5 de agosto.
Nueve años después, Luis Alfonso Gámez Domínguez, Luis Miguel Ortega Gil y Fco. Javier Pereda Suberbiola, realizaron una encuesta del suceso:
“El sábado 20 de abril de 1985 nos desplazamos hacia Buya, barrio extra-radial de la capital vizcaína, para entrevistar al testigo de la observación, y llevar a efecto la encuesta. Sin embargo, la negativa de su madre fue rotunda: Lorenzo, ni recordaba el suceso, ni quería comentarlo. Ante tal situación, nos vimos obligados a interrogar a los vecinos del testigo, obteniendo una información útil que, unida a nuestras propias apreciaciones, nos permitió elaborar una explicación plausible que recogimos en un informe de trabajo (3), que es el fundamento del presente escrito.”
(Buya: ¡Que viene el “Coco”!, Cuadernos de ufología, año V, nº 17, enero 1987. pp 10-18)
Los autores del artículo llegaron a esta conclusión:
“...Adoptamos como explicación más plausible aquella que hace referencia a una confusión o incorrecta interpretación del testigo de un estímulo inteligible en otras condiciones. Y, por lo tanto, proponemos incluir este supuesto Tipo I (Humanoides) como PROBABLE CONFUSIÓN...”
(Pág. 15)
(3) “Informe sobre la supuesta aparición de dos humanoides en el barrio bilbaíno de Buya durante el mes de agosto del año 1976”.
Luis A. Gámez, Luis M. Ortega y Javier Pereda. Informe inédito, 2 de mayo de 1985 (6 págs.)
jueves, 4 de octubre de 2007
Cuando Venus juega malas pasadas
“...Lo que el controlador aéreo me estaba entregando era un informe en el que se detallaban los sorprendentes sucesos que se produjeron en el espacio aéreo nacional el 5 de diciembre de 1989, y que tuvieron como directos protagonistas a un astrónomo amateur, a un cuartelillo de la Guardia Civil, a un Centro de Control de Tránsito Aéreo y al Escuadrón de Vigilancia Aérea número 10 del Ejército del Aire español. Aquellos fascinantes documentos recogían uno de los incidentes OVNI más interesante de los acontecidos en España en los últimos años, y que hasta ese instante había permanecido en el más sepulcral secreto.” (La noche de los ecos imposibles, junio 2005)
Más información sobre los ecos anómalos de esa noche pueden encontrarla ustedes en los artículos enlazados en esta entrada.
Carballal, descartando la explicación astronómica, escribe:
“...Así que, siguiendo buenos consejos, acudí a la Asociación Astronómica de La Coruña. Su secretario me facilitó los datos astronómicos del 5 de diciembre de 1989, y el mapa estelar de esa noche. Según los astrónomos tanto Venus como Marte, dos cuerpos celestes que en ocasiones han sido confundidos con OVNIs, permanecían en esos momentos por debajo del horizonte. Por supuesto, el hecho de que fuese un astrónomo amateur el que, mientras observaba el cielo con su telescopio hubiese alertado a la Guardia Civil sobre el objeto, hacía improbable la confusión con el famoso Venus (sic). Pero los datos astronómicos de esa noche lo hacían además imposible...” (El ojo crítico, agosto 2007)
Pero resulta que esa información astronómica es incorrecta. A las 19:43 horas (GMT+1), ¡Venus sí era visible en el cielo! Estaba por encima del horizonte en el momento de la observación. A la hora mencionada tenía un azimut de 43º 24’ y una altura de 10º 32’ (ubicado hacia el Suroeste y coincidiendo con la posición del “ovni”). Su ocaso se produjo, esa noche, hacia las 21:05 horas locales. Cualquiera puede comprobar estos datos mirando las efemérides astronómicas de la tarde-noche del día 5 de diciembre de 1989.
Además, suponiendo que hubiese habido una luz misteriosa esa noche hacia el suroeste, los testigos tendrían que haber visto dos luces (el ovni y Venus). Sin embargo, los observadores hablan de una luz que, por supuesto, era el planeta Venus, ya que estaba allí.
Como dato curioso (por contradictorio) Carballal, desechando otras posibles explicaciones aeronáuticas o meteorológicas, escribe en la primera versión de La noche de los ecos imposibles (junio 2005):
“...El informe de ese día que recogí en el Instituto Meteorológico de La Coruña indica que no había fenómenos atmosféricos inusuales, y el globo-sonda no se lanzó hasta 4 horas después del incidente.”
Sin embargo, en El ojo crítico, nº 54 (mayo 2007) escribe:
“...El globo de sondeo meteorológico se había lanzado, desde el observatorio más cercano, a las 11 de la mañana, y había explotado horas antes del avistamiento.” (el resaltado es mío)
Esa noche, y coincidiendo con la visión de la “extraña” luz (del planeta Venus), se produjeron una serie de ecos anómalos en los radares civiles y militares e interferencias y embrollo radio que los relacionaron con lo que creían que era un ovni. Esta cadena de anomalías no tiene ninguna relación con el supuesto ovni porque, como ya hemos visto, era Venus. De hecho, en cierto momento, el eco extraño aparecía cerca de unos aviones civiles. Pidieron confirmación visual a los pilotos con resultado negativo.
Sobre esta sucesión de extrañezas reproduzco la siguiente información:
¿Fue un caso de fallo de propagación radioeléctrica causado por condiciones meteorológicas lo que produjo falsos ecos de radar? En un análisis del fenómeno, así lo cree el ingeniero de telecomunicaciones Manuel Borraz. El colapso de radiofrecuencias en la zona occidental de Galicia (problemas de comunicación tierra-aire) en aquellas horas parece sugerir esa posibilidad. Hay indicaciones objetivas de que esto sucedía al menos desde las 20,47 horas. Incluso pudieron haberse manifestado desde antes y pensamos que fueron in crescendo hasta el punto de activar los códigos de emergencia de los aviones e incluso de una baliza terrestre de SOS.
Dice Borraz: “Este hipotético empeoramiento de las condiciones de propagación hacia las 20,47 horas podría haber sido también la causa de la intensificación del eco anómalo detectado desde el EVA-10, mencionada en las anotaciones del controlador civil”
(Vicente-Juan Ballester Olmos, ¡DESCLASIFICACIÓN! ARCHIVOS OVNI MILITARES AL DESCUBIERTO: EL CASO ESPAÑOL, pp. 11 y 12)
Para concluir, en las dos primeras versiones de La noche de los ecos imposibles (junio 2005 y mayo 2007) es posible que Carballal creyera que Venus no era visible en la susodicha “noche de ovnis”. Pero cuando publicó la tercera versión del citado artículo (agosto 2007) sí sabía que el lucero vespertino era visible durante la observación. Se lo hizo saber un servidor en la lista mundo-misterioso (mensaje nº 30828, del 21 de mayo de 2007). Por lo que se ve, se le ha olvidado o ha hecho caso omiso de un dato que resulta muy esclarecedor en este supuesto incidente ovni.
martes, 25 de septiembre de 2007
Una imagen sospechosa
Hacia las 22:20 horas locales, el fotógrafo fue avisado de que en el cielo había un objeto de potente luminosidad blanca. Cecilio, después de observarlo durante algunos minutos, cogió su cámara y le acopló un teleobjetivo de 400 mm. Utilizó película en blanco y negro (Tri-X), varias diapositivas (película Ektachrome) y trípode. Hizo seis fotos y las exposiciones fueron entre 1 y 45 segundos (estas ultimas salieron trepidadas) y 6.3 de abertura del diafragma.
El objeto permaneció inmóvil, durante una hora, hacia la zona de Portugalete.
“...El cielo estaba totalmente nublado y no se veía una sola estrella. ‘Aquello’, por tanto, tenía que estar por debajo de la capa de nubes (?). Esta circunstancia fue la que nos llamó la atención...”
“...Yo creo que tendría un tamaño algo menor que la Luna.”
(J.J. Benítez, La Gran oleada, pp. 76 y 77)
Ni en la noticia periodística ni en el libro se indica cómo desapareció el “ovni”. ¿Se esfumaría tapado por las nubes?
Por la forma, por el tamaño que tiene en la foto, por la posición (vertical), por el color y por el tamaño aparente que tenía a simple vista, el supuesto ovni recuerda, patentemente, a la Luna. Si miramos las efemérides astronómicas para esa noche, resulta que nuestro satélite natural estaba en el cielo cuando se hicieron las fotografías. A continuación pueden ver la fase que tenía la Luna el día 6 de julio de 1976, hacia las 23:00 horas, y compararla con la imagen de la fotografía de Cecilio hijo.
La Luna semioculta por las nubes suele ser, en ocasiones, llamativa (como recordarán, el cielo estaba totalmente nublado) y de hecho, ese evento fue lo que llamó la atención de los observadores. Por otra parte, supongo que nuestro satélite no fue visto por el fotógrafo (no se indica nada al respecto) y, como he expuesto antes, esa noche estaba en el cielo.
Para finalizar, decir que llama la atención la colocación del supuesto ovni en la foto. En la noticia de La Gaceta del Norte se publica en posición vertical. Sin embargo, en La Gran oleada la fotografía se divulga rotada 90º a la izquierda (o sea, el objeto luminoso se muestra en posición horizontal). ¿Se trata de una errata en la edición del libro? o ¿Se hizo ese giro para que la imagen se pareciese más a un ovni?
miércoles, 12 de septiembre de 2007
Y los "ovnis" aparecieron en el mismísimo Bilbao
La Gaceta del Norte, del miércoles 14 de julio de 1976, publicaba varias observaciones efectuadas en los cielos de Bilbao. La primera acaeció el domingo día 4 de julio hacia las 0:45 horas locales y según el citado diario:
“...un total de tres testigos nos confirmaban la presencia de un gigantesco ovni, en forma de media luna, sobre la vertical del barrio de Recaldeberri y monte Arraiz, muy próximo a Bilbao...”
“...Era mucho mayor que la luna y con una luz amarillenta muy fuerte. Pudimos verlo por espacio de más de cinco minutos. Se alejó en dos ocasiones y regresó nuevamente hasta situarse por encima de las casas o en las proximidades de las laderas del monte Arraiz. No hacía ruido y se mantenía en una posición inclinada.” (El resaltado es mío)
Los observadores vieron el “ovni” desde un sexto piso de la calle Prolongación de Zabala.
Como el lector ya habrá descubierto, este avistamiento es otro ejemplo evidente de confusión con nuestro satélite natural.
A pesar de la exigua información que dio el periódico, la descripción del ovni, y otros detalles, coincide plenamente con la visión de la Luna (ver el texto resaltado en negrita). En la madrugada del día 4 de julio de 1976, a la hora del avistamiento, nuestro satélite era visible a poca altura. A las 0:45 horas (GMT+2) tenía un azimut (origen el Sur) de 80º 24’ (ubicado cerca del Oeste), una altura de unos 4º sobre el horizonte y estaba en fase de cuarto creciente (media Luna). Su ocaso se produjo a las 1:11 horas.
Por otra parte, los testigos no vieron a la Luna (o no se menciona ese dato en la crónica de prensa), que estaba ubicada, precisamente, en el mismo punto del cielo que el ovni. Por último, señalar que resulta insólito que solamente tres personas (que estaban juntas) vieran el supuesto ovni “gigantesco” en una ciudad tan densamente poblaba como Bilbao.
martes, 4 de septiembre de 2007
¿Extraterrestres en Matapozuelos?
El día 30 de julio de 1976, La Gaceta del Norte publicaba la noticia de un singular aterrizaje en la citada localidad vallisoletana, acaecido en el mes de abril de dicho año. El testigo fue un muchacho de 14 años de edad.
Hacia las 23:00 horas de un día indeterminado del mes de abril de 1976, F.H.R. se topó (en un prado a las afueras del pueblo) con un objeto discoidal de diez metros de diámetro y tres seres de más de dos metros y medio de altura. El chico permaneció con aquellos seres entre quince minutos y media hora. Entre otras cosas, los tripulantes de la nave le preguntaron que eran unas plantas que había por allí (eran patatas) y para qué servían. Luego, los humanoides entraron en el ovni, que se elevó hasta desaparecer en el cielo.
El periodista comentaba en su artículo:
“El lugar, en suma, presentaba todas las características para un aterrizaje. Según pude comprobar, las altas hierbas del prado –que no es utilizado para el cultivo- se encontraban todavía como aplastadas. Como si en el lugar, en efecto, se hubiera posado algún artefacto muy pesado.”
“...Pero a pesar de las numerosas preguntas que le formulé, el joven no cayó en una sola contradicción...”
Sin embargo, y como suele ocurrir por regla general cuando alguien va a comprobar un caso ovni singular, la sorprendente historia se quedó en agua de borrajas. El grupo Charles Fort de Valladolid realizó una serie de pesquisas in situ y según unas notas manuscritas de J.M. Macías, director de la citada agrupación, fechadas el 26 de abril de 1985: “Este chico reconoció años después que aquello no había sido cierto.”
Recogieron estos datos del maestro del chico: “Escaso rendimiento, postura líder ante los jóvenes, aficionado a los cómics y a la ciencia-ficción. Al parecer, en reiteradas ocasiones ha contado haber presenciado descensos de platillos volantes, en los que los ocupantes le hacían preguntas sobre los aspectos cotidianos de la vida rural.”
Según las averiguaciones que el grupo realizó sobre el terreno, se le apreciaron contradicciones y no reconoció, en principio, que fuera un fraude. (Información facilitada por Vicente-Juan Ballester Olmos)
miércoles, 8 de agosto de 2007
El aterrizaje de Mañeru (Navarra)
La Gaceta del Norte, 22 de febrero de 1976
“De acuerdo con los detalles y descripciones de los muchachos, el ovni parecía corresponder a una de las naves de las llamadas de 'desembarco' o 'exploración'...” (La Gaceta del Norte, 26-2-1976)
Además de los reportajes periodísticos, se efectuaron otras encuestas y análisis del caso que llegaron a conclusiones muy diferentes. Sobre este asunto se pueden consultar las siguientes referencias:
1) Félix Ares de Blas y Mª Carmen Garmendia, Posible aterrizaje con humanoide en Mañeru (Navarra), STENDEK, IX, 31, marzo de 1978, pp 32-37.
2) Vicente-Juan Ballester Olmos, ¿Humanoide en Mañeru? INVESTIGACIÓN OVNI, Plaza & Janés, abril 1984, pp 39-46.
3) Vicente-Juan Ballester Olmos, Introducción al análisis del caso de Mañeru, CdU, año III, nº 13-14, diciembre de 1985.
Del primer trabajo quiero destacar un par de detalles que me parecen significativos. Los autores, que realizaron las pesquisas sobre el terreno, indican, entre otras cosas, que el aterrizaje se produjo a más de 500 metros de distancia de los niños (no a 100 metros, como indicaba la prensa). Sobre el rayo luminoso que alcanzó en la cara a uno de los chicos dicen:
“...Realmente, hablando con los niños nos confirmaron la luz, que podría tratarse del reflejo del Sol en la cúpula de cristal. El resto nos parece fantasía. Dada la distancia, pensamos que es prácticamente imposible percibir unos cuantos pasos hacia el aparato. Por el mismo motivo, la altura que los niños atribuyen al humanoide hay que tomarla con las debidas precauciones.” (Stendek, 31, marzo 1978)
En la tercera referencia, se incluye un trabajo del Dr. Willy Smith (del Center for Ufo Studies), The landing at Mañeru, julio 1985, donde presenta la explicación del helicóptero policial. En el mismo artículo, Ballester Olmos proporciona información relevante:
“Además del contenido del informe de Willy Smith, puedo aportar lo siguiente:
1) En 1976 la policía española disponía de 10-12 helicópteros del tipo señalado por el Dr. Smith: Alouette III (comunicación de Joan Plana a V.J. Ballester Olmos, 29/8/85)
2) Diariamente, un helicóptero sobrevuela la central eléctrica de Lerate y continúa para Mañeru. Un helicóptero vigila la central de Mañeru muy frecuentemente. Se ha visto aterrizar cerca de la misma. (comunicación personal de F. Ares de Blas a Pedro Redón, 28/7/85)
3) Los dibujos de los niños recuerdan este tipo de helicóptero (aunque sólo si éste está situado de frente a ellos), con la cabina acristalada y la parte baja del fuselaje, opaca. Estos helicópteros, sin embargo, al disponer de una Turbina Turbomeca de 870 HP –aunque limitada a 570 HP- produce un fuerte silbido y, al elevarse, producen las aspas el sordo ruido de los helicópteros. La falta de sonido, según los niños, es un detalle negativo, pero Smith señala que el viento local podría haber impedido la audición. Por el contrario, hay dos detalles propios de helicópteros que aparecen en el relato, a saber: a) Javier Lisarri declaró que “por debajo desprendía una cosa roja”, lo cual podría ser una luz de posición, y b) dijo también que “antes de aterrizar dio una curva y aterrizó”, esta es una maniobra característica de los helicópteros, ya que dan una vuelta sobre el terreno que van a utilizar para posarse, con el fin de observar la consistencia del suelo y proceder a la maniobra. (Comunicación personal de P. Redón a V.J. Ballester Olmos y F. Ares de Blas, 9/85)” (CdU nº 13-14, diciembre 1985)
The landing at Mañeru, CdU nº 13-14
En el citado artículo se puede leer:
“La impresión general que guardan del caso según sus propias declaraciones es la de que fue una mezcla de autosugestión y fantasía infantil, reduciendo el evento a la categoría de anécdota..” (Pág. 57)
Esto es lo que dijeron los testigos a los miembros de Mizar:
N.S. : “No recuerdo haber visto nada, aunque sí que los chicos gritaban que habían visto un OVNI. Las huellas si que las pude ver al día siguiente, y ahora pienso que algo sí que tuvo que haber, pero no es algo que me planteo.” (Pág. 57)
J.L. (el niño que recibió el “rayo” en la cara): “Si hubiese estado con nosotros algún adulto, pues quizá pensaría que aquello pudo ser un OVNI, pero lo cierto es que éramos todos unos críos y nos pudimos sugestionar al ver otra cosa, como un avión volando bajo o un globo sonda. Sí, creo que fue eso, que nos sugestionamos entre todos, y máxime cuando eran unos años en que el tema estaba muy de moda.” (Pág. 57)
M.C.S.S. : “En realidad vi muy poco, pero algo sí, aunque el nombre de OVNI lo puso otro compañero, yo no hubiera sabido decir que era. Y también vi las huellas al día siguiente en la pieza pero nunca me atreví a asegurarlo.” (Pág. 57)
M.M. : “Yo creo que nos montamos una película porque no me acuerdo de haber visto nada, y si realmente hubo algo, desde luego no es como para olvidarlo. El hecho de que todos coincidiéramos en dibujar un mismo OVNI por separado es porque nada más llegar de la excursión uno de nosotros, que además era muy aficionado a los cómics y estas historias, lo hizo antes de que llegaran los del CEI para el resto de la clase, y lo de las huellas pudo ser cualquiera de nosotros para darle más emoción al asunto. Supongo que hasta llegamos a creérnoslo, pero ahora tantos años después soy tajante, yo no vi nada.” (Pág. 57 y 58)
A.A. : “No quiero saber nada más de aquello. Fue una cosa de crios, que ahora con el tiempo me parece una tontería.” (Pág. 58)
Por último, la profesora de los niños D.A. : “...con 91 años, todavía recordaba el suceso pero siempre se consideró escéptica en estos temas y por ello se inclinaba desde entonces a pensar en una invención infantil.” (Pág. 58)
Para finalizar y como corolario, este y otros ejemplos ya vistos muestran patentemente que un suceso banal y anecdótico (por ejemplo una fantasía infantil), dependiendo de cómo se aborde la entrevista o la encuesta, puede convertirse en un suceso extraordinario: ¡el aterrizaje de una nave de exploración extraterrestre!
sábado, 21 de julio de 2007
La "astronave" de El Provencio
El “extraño” objeto fue visto, también, en otros lugares de la provincia, como Honrubia y San Clemente (Ofensiva, 26 y 30 de julio de 1953). Desde Albacete se pudo presenciar un fenómeno parecido, probablemente el mismo que se observó en Cuenca (V-J Ballester Olmos, “El aterrizaje de Villares del Saz”, CÍCLOPE la incógnita del espacio, nº 17, 1969). Además, el día 23 de junio se vio sobre Palma de Mallorca un fenómeno similar.
El aspecto y comportamiento de este o estos objetos es el que suelen mostrar, generalmente, los globos estratosféricos cuando son vistos a gran altura. Sobre el origen de estos balones, Luis Eduardo Pacheco, que mantiene el excelente sitio Stratocat, considera lo siguiente (comunicación personal, 5 de julio de 2007):
“...Por lo tanto quedan tres posibilidades:
1) Que se trate de algún globo del proyecto "MOBY DICK" lanzado desde EEUU, y que varios de ellos alcanzaron las costas Europeas.
Uno de los testigos de El Provencio, D. Manuel Carlos Ruiz Schick (químico alemán que llegó esa mañana de Madrid, donde regentaba una cafetería, acompañado de su esposa que era natural del pueblo), obtuvo varias fotografías del citado objeto luminoso que calificó como “platillo volante”:
“El “lucero” tenía la forma –según nos cuenta don Manuel Carlos Ruiz Schick, que lo presenció- de una flor de Lis, de tamaño, a simple vista, de unos veinticinco centímetros y ofrecía una brillantez como de superficie cromada.” (Ya)
El señor Ruiz Schick, relata el diario madrileño:
“...lo observó detenidamente y consiguió, tras muchos y difíciles intentos, obtener algunas fotografías valiéndose de una máquina robot, utilizada por la aviación alemana, y que reúne las mayores garantías de precisión, a cuyo objetivo aplicó un prismático Zeiss de largo alcance.
-¿Y cómo vió usted el “lucero” al través del prismático?
-La impresión fue la de contemplar una luna llena, muy luminosa, con un color blanco lechoso y fluctuante, perfectamente redonda y del tamaño como el espacio de la Puerta del Sol.”
En un primer examen visual de las fotos, se aprecian algunos detalles que no concuerdan con lo relatado en la noticia del diario Ya. Por ejemplo: el cielo aparece negro lo que indica que las imágenes se obtuvieron durante la noche (el “lucero” fue visible en pleno día, desde las 7 de la mañana hasta las 12 del mediodía).
Las dimensiones del llamado “platillo volante” son enormes y no se corresponden con las que se obtendrían fotografiando una luz lejana en el cielo, presuntamente con un tamaño aparente muy pequeño, a pesar de aplicar o adosar al objetivo de la cámara unos prismáticos con el fin de ampliar la imagen.
Estas dos discordancias apuntan a que el Sr. Schick no fotografió el “lucero” que todos los vecinos del pueblo estaban observando. Entonces, ¿qué captó con su cámara el químico alemán?
Cuando vi las imágenes por primera vez, el supuesto “platillo” que aparece en ellas me recordó a la Luna. Nuestro satélite tiene un tamaño aparente considerable y fotografiándolo con esta técnica sí se puede conseguir el tamaño que muestran las fotos. Pero las fases lunares no presentan esa forma. Para salir de dudas, hice varias tomas de nuestro satélite (cuando estaba en fase de llena) empleando el mismo sistema que el testigo-fotógrafo. Esto es, aproximando la cámara fotográfica a un catalejo (método afocal) así, tal cual, sin adaptador. El Sr. Schick no da información, entre otros datos, del objetivo que usó y sobre el instrumento óptico que empleó dice: “...El prismático que yo tengo posee una fuerza de aproximación de 6 por 24...” (Ya, 25-7-1953).
En concreto, utilicé una cámara reflex con objetivo de 50 mm, un catalejo de 60 mm de diámetro con 30 aumentos (ambos apoyados en sendos trípodes), cable disparador y película color 35 mm de 400 ASA. El resultado fue el siguiente:
Con este método fotográfico (adosando el objetivo de la cámara al ocular del catalejo) resulta complicado alinear la cámara con el eje óptico del anteojo, por lo que, según como estén colocados (cámara y catalejo), el borde del ocular puede cortar el tema a fotografiar, en este caso la Luna dándole ese aspecto curioso.
Por otra parte, durante las noches de finales del mes de junio y principios de julio de 1953, la Luna era visible en el cielo. Su fase de llena aconteció el día 27 de junio. La observación se produjo el día 26 de junio y la publicación de las fotos se realizó el día 25 de julio. Con lo cual, el Sr. Schick tuvo tiempo suficiente para fotografiar a nuestro satélite y revelar los negativos.
Un afamado ufólogo se preguntaba, recientemente, si el objeto que aparece en las fotos de El Provencio era la "tinaja" que después aterrizó en Villares del Saz (suceso ocurrido el día 1 de julio y del que hay indicios que apuntan a una broma). Pues va a resultar que no, porque el objeto fotografiado era la Luna. Imaginando, por un instante, que fuese la "tinaja" que supuestamente tomó tierra en "La Islilla", tenía que ser una nave muy lenta porque tardó seis días en recorrer los 52 kilómetros, en línea recta, que separan ambas poblaciones. Vamos, que en bicicleta se tarda mucho menos.
martes, 19 de junio de 2007
El "ovni" del 10 de febrero de 1896
Antes, algunas notas actuales sobre el caso:
A continuación, una breve selección de recortes de prensa de la época describiendo el fenómeno:
Toda la prensa española de febrero de 1896 se hizo eco de este sorprendente bólido que fue visto, prácticamente, en toda la península ibérica. Pero fue en el centro (Madrid, Guadalajara, Cuenca, Albacete y Toledo) donde se mostró en todo su esplendor.
Por último, señalar el asombro que causa que esta aparición y posterior caída meteorítica sea interpretada, por algunos autores, como un avistamiento ovni a pesar de la documentación existente sobre el tema. Pero lo más desternillante es esta frase de antología que se puede leer en el relato del ufólogo, citado en la primera entrada relacionada con este evento:
“Según varios testigos presenciales, aquella luminiscencia hizo volver el día en plena noche, ante la sorpresa de los que estaban contemplando el fenómeno”. El resaltado es mío.
domingo, 3 de junio de 2007
Otro "ovni" avistado en el siglo XIX
Iker Jiménez también lo incluye, en su libro Encuentros..., como un avistamiento ovni:
“...En unos minutos, la cruz desapareció como si se disolviera en la noche. El incidente fue comentado años después en diversos tratados históricos, debido al gran número de testigos que vieron las evoluciones del ovni y la curiosidad que suscitó.” (Pág. 337) el resaltado es mío.
En estas narraciones, se omite un dato fundamental y relevante para entender este acontecimiento: ¡Que la Luna estaba detrás de la cruz y dentro del círculo luminoso!
La crónica de la época (legajo nº 12 de alguna colección de manuscritos no especificados) del Conde de Clonard, se publicó en la revista Contactos Extraterrestres (versión española), nº 5, p. 193, y dice lo siguiente:
“Este fenómeno que representaba una cruz con su peana perfectamente recortada sin ninguna rebaba, de color blanco abrillantado, se descubría sobre un cielo completamente limpio y estrellado y la luna estaba colocada detrás, en el centro del crucero de los palos y circuía a cierta distancia este fenómeno una órbita luminosa con los colores del arco iris.
Este fenómeno fue contemplado no sólo por toda la población de Villaviciosa de Odón sino además por las personas siguientes: (Sigue una docena de nombres)” El resaltado es mío.
En los diversos relatos del caso, vistos al principio, se dice que la manifestación luminosa duró unos minutos e incluso, en algunos, se habla de evoluciones del ovni. Datos inexistentes en el documento original, por cierto. Como verán a continuación, el fenómeno se mantuvo en el horizonte de la localidad madrileña ¡durante una hora!
En el referido legajo nº 12, con la crónica del avistamiento viene una ilustración y con ésta un texto que dice:
“Fenómeno visible aparecido en el orizonte [sic] de Villaviciosa de Odon el 16 de mayo de 1851 desde las nueve á las diez de la noche en el segundo día del plenilunio hallandose la atmósfera completamente despejada.” El resaltado es mío.
La observación de Villaviciosa de Odón, también es mencionada en un volumen del C.E.I.: Fenómenos celestes en el pasado. Siglos VIII al XIX. Barcelona, abril 1995. Y en el artículo de Manuel Borraz: Insólitos Fenómenos Celestes del pasado. CdU nº 1, pp. 4-10.
Por curiosidad, he mirado el cielo de esa noche (16 de mayo de 1851) con varios programas astronómicos y a las 21:00 horas locales, la Luna era visible a poca altura sobre el horizonte ESE. El orto de nuestro satélite se produjo hacia las 20:27 horas y la fase llena (plenilunio), ocurrió el día 15 a las 7:50 horas.
En el legajo del Conde de Clonard, no se narra la aparición de un ovni. Más bien, se describe la visión de un halo lunar de 22º de radio. La ilustración, incluida en el susodicho documento, no sería una reproducción exacta del fenómeno y estaría, probablemente, influida por las creencias religiosas de la época.
A continuación pueden ver un dibujo, más realista, de un halo lunar observado, en un viaje en globo de Paris a Arcachón, en marzo de 1875.
La ilustración no debería tomarse como una copia fiel del fenómeno. Si se trató de un halo lunar:
- la posición de la Luna, descentrada;
- los trazos luminosos no estarían tan nítidamente definidos.
Para finalizar, en este sitio pueden encontrar más información, y muy pormenorizada, sobre este fenómeno atmosférico.
jueves, 17 de mayo de 2007
Uno de los primeros casos ovni ocurridos en España
Antes de relatar la historia, el autor indica que anteriormente al año 1947 ya se veían en el cielo cosas misteriosas que podrían ser los típicos ovnis.
“...Como verán, lo de ‘era ovni’ es un absurdo marchamo implantado por los americanos. Mucho antes, por supuesto, el misterio estaba en todos los cielos del mundo. Incluido el nuestro.”(Pág. 335)
Iker pasa a narrar el suceso con el siguiente título:
“1826: La tinaja volante de La Mancha”
Indica que la noticia la publicó el Diario de Cádiz el día 6 de marzo de 1826, y la aparición se produjo el día 14 de febrero en Campo de Criptana (Ciudad Real). Como quería comprobar estos datos, me puse a la búsqueda de esta referencia de prensa y la encontré. Efectivamente, el suceso se divulgó el lunes 6 de marzo de 1826 en el Diario Mercantil de Cádiz y aconteció en la fecha indicada por Jiménez.
La historia contada en Encuentros... es, más o menos, la misma que se divulgó en el periódico gaditano en 1826. Sin embargo, y como pueden comprobar ustedes, en el Diario Mercantil de Cádiz no se dice nada de ovnis ni de manifestaciones misteriosas o extrañas. Se indica lo que realmente ocurrió: ¡Un fenómeno extraordinario¡
Si en pleno siglo XXI la aparición de un superbólido suele ser sorprendente y espectacular, imagínense como sería en el año 1826.
Para terminar, voy a señalar un pequeño desliz introducido en esta historia (Otro más para incluirlo en la lista de frases antológicas):
“...Su luz era tan resplandeciente que muchos campesinos creyeron que se había hecho de día repentinamente.”(Pág.336)
En el Diario Mercantil de Cádiz se puede leer:
“...Y es de notar, que á la hora que se vio este fósforo ó globo luminoso, estaba la atmósfera del todo despejada y el sol muy claro, sin que esto impidiese el verlo con tanta claridad, que todos creían que cayó muy inmediato al sitio en que se hallaban...”
domingo, 6 de mayo de 2007
OVNI gigante sobre Trujillo (Cáceres)
Una de las grabaciones se consiguió en la localidad cacereña de Trujillo, el día 6 de mayo a las 22:35 horas locales. La revista Enigmas presentó el caso en exclusiva mundial en el número 7 de ese año.
El titular de la noticia era muy sugestivo:
“¡IMÁGENES EXCLUSIVAS!
GIGANTESTO OVNI FILMADO SOBRE TRUJILLO”
Dos hermanos, de 14 y 17 años, se encontraban charlando en el balcón de su casa cuando se fijaron en un punto de luz en el cielo. Como les pareció extraño, cogieron la cámara de vídeo y lo filmaron durante unos cuatro minutos y medio.
“Era un círculo perfectamente definido, con otro concéntrico en su centro y forma de platillo”
“Al dejar el zoom de la videocámara fijo y mirar por el visor, nos dimos cuenta de que se podía ver el interior de aquello con destellos y reflejos de color verdoso”
El ovni volvió a su posición inicial y acabó desapareciendo.
En Encuentros la historia de los ovni en España (Edaf, 2002), Iker Jiménez, con el rigor que le caracteriza, nos informa que la grabación del ovni de Trujillo se hizo el día 6 de abril de 1996 a las 22:00 horas (Pág. 301). Además, nos dice que:
“...ninguna de estas filmaciones alcanzó la calidad y extrañeza de la obtenida por toda una familia extremeña que se encontró ‘de bruces’ con una luz de grandes dimensiones que iba en dirección a la terraza de su domicilio.”
“Tras cinco minutos de formidable grabación, la luz desapareció a gran velocidad.” (Pág. 302)
En este vídeo pueden ver parte de la filmación y, además, podrán escuchar al ufólogo, anteriormente citado, opinando sobre el caso.
Después de realizar una serie de pesquisas, se han podido obtener más datos que confirman nuestras sospechas iniciales. A simple vista, los observadores vieron una luz, desconocida para ellos, que a los diez minutos de avistamiento, desapareció. Esta luz se encontraba (mirando desde el punto de observación) sobre el castillo de Trujillo, por donde se oculta el Sol, un poco más a la derecha (o sea, el “ovni” se encontraba en las proximidades del Oeste)
Como he comentado al principio de este artículo, Venus era visible en el cielo y a las 22:35 horas (GMT+2), del día 6 de mayo, tenía un azimut (origen del azimut el Sur) de 108º 41’ (ubicado hacia el ONO) y una altura de 21º 53’ sobre el horizonte (Datos del astro visto desde esta población).
Esta filmación de vídeo no tiene ninguna extrañeza ni es inexplicable. Los testigos al ver a Venus, que es muy llamativo (cuando está cerca del horizonte parece el foco de un avión que va a aterrizar), lo grabaron con su videocámara y al acercar la imagen con el zoom, el punto de luz que se ve por el visor se desenfoca y se convierte en un disco “gigante”. Aquí pueden leer la excelente explicación que da Jordi Ardanuy sobre este punto.
En el artículo de Enigmas se dice que entre las 22:00 y las 7:00 horas, un aparato discoidal sobrevoló la provincia de Cáceres en completo silencio. En mi opinión, no se trato del mismo estímulo que provocó tan larga observación. Como hemos visto, el ovni de la primera parte (el de las 22:35 h.) fue el planeta Venus, cuyo ocaso se produjo a las 00:51 horas. Las otras observaciones comenzaron a las 1:30 ó 2:00 de la madrugada y terminaron a las 7:00 de la mañana. No hay datos suficientes para poder confirmarlo, pero, probablemente, el estímulo que provocó las observaciones de madrugada fue el planeta Júpiter. El orto de este astro se produjo a las 1:51 horas y, como es lógico, al amanecer dejó de verse.