Como
todo buen ufólogo sabe, en ocasiones, los OVNIs suelen sobrevolar nuestro
entorno en el modo invisible al ojo humano, pero sin embargo, las cámaras
fotográficas los detectan indefectiblemente. Para Bruno Cardeñosa, la siguiente
imagen es un ejemplo de lo comentado anteriormente.
La
fotografía está tomada de aquí (donde pueden leer más detalles del caso) y la
obtuvo una buena amiga suya en agosto de 1989, en la mencionada ciudad alicantina.
Dicha imagen la publicó en: El Misterio
OVNI, enero 2007, pp 340-343. J.J. Benítez también divulgó la citada foto
en: Mis ovnis favoritos, mayo 2001,
pp 104-105. Este último autor ubica la toma en agosto de 1981 y para él,
también se trata de un OVNI invisible.
Cardeñosa
dice sobre la foto:
La imagen es elocuente. Nadie lo vio, sólo la máquina fotográfica, gracias a la especial sensibilidad del negativo, captó la presencia del artefacto.
La
sensibilidad utilizada para la toma del pretendido OVNI, era, al parecer, de
400 ASA. Se trata de una sensibilidad rápida y suele utilizarse para
fotografiar en condiciones de poca luz o para congelar el movimiento. Básicamente,
la sensibilidad de una película fotográfica es la velocidad con que su emulsión fotosensible reacciona a la
luz que le entra por el objetivo. Si el supuesto OVNI quedó registrado en el
negativo, eso quiere decir que el susodicho estaba en el cielo realmente, no
era invisible. Que nadie lo viera es otra cuestión. Resulta obvio que la sensibilidad de una
fotografía normal, sea de 400 o de 1600 ASA, no sirve para fotografiar objetos
supuestamente invisibles.
Más
adelante continúa:
Cuando reveló el rollo fotográfico, sobre el mismo peñón aparecía un disco volante, una especie de "sombrero chato" de aspecto metálico. Ella había mirado al peñón antes de sacar la foto; no vio nada, ni entonces ni cuando afinó su vista por el mirador (sic) de la cámara. Sencillamente, allí no había -aparentemente- nada, pero la fotografía captó ese objeto que podría tener unos 10 metros de diámetro. De haber sido visible, la fotógrafa lo hubiera visto, y si no ella, alguna de las miles y miles de personas que se encontraban en las playas de Benidorm. Sencillamente, a la vista humana, el OVNI era invisible.
Cardeñosa
no explica por qué el pretendido OVNI era de aspecto metálico. Tampoco dice
cómo ha obtenido el tamaño (10 metros) del mismo. Según como se mire, el objeto
podría medir 10 ó 200 metros de largo. Pero seguramente, no llega al metro,
porque el extraño artefacto volador tiene todas las características de un
pajarovni.
Cuando
se obtienen ese tipo de fotos y nadie a visto ningún objeto extraño en el cielo
en el momento de la toma, por lo general, esos OVNIs invisibles suelen ser
producidos por reflejos, insectos, pájaros, etc. En esta ocasión, el pretendido
OVNI es, probablemente, una gaviota.
En
la siguiente imagen, puede verse un objeto volador parecido al de Benidorm. Se
trata de otra gaviota reflejando los rayos del Sol.
Cardeñosa
hace la siguiente reflexión sobre la película fotográfica, el ojo humano y el
espectro electromagnético:
Es importante señalar que la película fotográfica detenta una sensibilidad mayor que la del ojo humano. Si nosotros vemos un espectro de lo visible que, para entendernos, abarca el 80% de la gama lumínica, el carrete fotográfico común capta un 90% de dicho espectro. Si además dicho carrete es de "alta sensibilidad" -por ejemplo carretes de 400 ASA, cuando los comunes son de 100 ASA- o de infrarrojos, captará el 95% y por tanto inmortalizará cosas que a simple vista no podemos ver porque "vibran" a un nivel superior al perceptible por el ojo humano.
A
pesar de lo que dice Cardeñosa, el ojo humano es mucho más sensible a la luz
que la película fotográfica común. Un ejemplo, muy conocido, es el uso del flash.
En ciertas condiciones de luz (interiores, crepúsculo, etc.) que vemos sin
dificultad, se necesitará disparar el flash para que en el negativo quede
registrada la escena convenientemente iluminada.
Sobre
el comentario de la gama lumínica y
demás, dejo al lector que juzgue por si mismo.
Espectro
electromagnético tomado de este sitio.
El
ufólogo gallego finaliza el caso con este comentario:
A fin de cuentas, el objeto de Benidorm estaba ahí, dentro de nuestro mundo tridimensional, pero invisible a nuestros ojos, aunque no ante las cámaras.
Efectivamente,
el supuesto OVNI (la gaviota) estaba en
el escenario de la toma fotográfica. Lo que sucede es que, cuando se retratan
paisajes costeros, casi nadie se fija si una gaviota pasa por el encuadre en el
momento de disparar la cámara.