Otra
historia que Bruno Cardeñosa incluye en su libro, Autopista del Misterio que versa según el citado ufólogo sobre la
búsqueda de los sucesos más inexplicables, aconteció en la ciudad de Huesca
donde un fotógrafo aficionado consiguió, en noviembre de 1977, unas fotos de lo
que se dio en llamar la nave portadora del Pusilibro.
Después de revisar la prensa oscense, concretamente el diario Nueva España, desde agosto a diciembre del año 1977 parece ser que todo el asunto de las apariciones del OVNI comenzó a primeros de septiembre del citado año.
El
periódico mencionado anteriormente comenzó a publicar diariamente, a partir del
día 18 de septiembre, sendos reportajes sobre la cuestión que avivaron la
imaginación popular. La historia del OVNI tomó tal cariz que se convirtió en
una especie de sugestión colectiva. Además de que varios grupos ufológicos estaban
acampados en las inmediaciones del monte Pusilibro para estudiar el fenómeno, se
produjeron peregrinaciones, excursiones, alertas, etc. a los pueblos y montes
cercanos a Huesca con el fin de ver y dar caza a la escurridiza "nave
portadora". Por lo visto, la difusión de las apariciones tuvo alcance
nacional y mundial, ya que TVE, radio y prensa nacionales, un equipo de la televisión
mejicana, etc. se interesaron por el tema y se presentaron en la zona.
También
hay que señalar que los estudiosos ubicados en la zona de las apariciones
descubrieron una nueva línea ortoténica que pasaba (no sé si en la actualidad
la susodicha seguirá vigente) por Zaragoza y Huesca. Incluso hubo algún que
otro mensaje de los extraterrestres. Pero sin embargo, a tenor de lo publicado
en la prensa oscense, hubo más bien mucho ruido y pocas nueces, ya que los relatos
de las observaciones de la "nave portadora" fueron contados, escuetos
e imprecisos.
La
culminación de toda esta historia, en un ambiente de euforia ufológica, se
produjo el día 10 de noviembre cuando el diario Nueva España (pág. 1 y 11) publicó unas fotografías espectaculares
del OVNI de Pusilibro. Fueron obtenidas el día 2 de noviembre, hacia la una de
la madrugada, desde un piso de la mismísima ciudad de Huesca, sin necesidad de
salir al monte y pasar varias horas de espera y frío.
Cardeñosa
escribe en la página 83 sobre las fotografías:
A fin de cuentas, se trataba de una de las series fotográficas más nítida y espectacular jamás obtenida.
A
pesar de las serias contradicciones e inconsistencias que tienen estas
fotografías, las cuales expongo en esta entrada, al citado ufólogo no se le han
encendido las alarmas e incluye el incidente en su libro como otro caso
inexplicable.
Otras
incongruencias que he encontrado al revisar el caso. El fotógrafo (el que al
parecer hizo las fotos, R.R.L.) se encontraba fotografiando la Luna cuando
observó el OVNI:
Entre que cambié de "pose" a 1/30 o 1/60 de velocidad y que centré la luz... (La Gran oleada, JJ Benítez, pág. 113)
Para
fotografiar a la Luna con un teleobjetivo no se utiliza el modo
"pose" (Bulb o obturador abierto todo el tiempo que se quiera) entre
otras cosas, porque nuestro satélite refleja mucha luz y saldría quemado y movido.
Lo habitual suele ser usar una velocidad de 1/125, F:8 y un ISO 100 para
obtener una imagen clara y nítida de la Luna.
La observación del ovni por parte de R.R. duró entre tres y cuatro segundos, más o menos. (pág. 114)
Ese
escaso margen de tiempo, por muy rápido que sea el fotógrafo, no da para mover
el trípode, encuadrar, enfocar y disparar cuatro veces.
Por lo visto, Benítez sometió los negativos a diversos análisis que le hicieron concluir lo siguiente:
...los análisis de laboratorio, que han arrojado -con toda claridad- un resultado totalmente positivo. Los negativos son genuinos, no han sido manipulados y corresponden a un objeto que fue fotografiado realmente. (pág. 114)
No
hay duda de que las fotografías son autenticas y lo que se ve en ellas fue
realmente fotografiado, pero no es una nave nodriza. Sin ir muy lejos, he
utilizado una técnica, sencilla y rápida, para obtener varias fotografías
similares a las del OVNI de Pusilibro. Las imágenes, que incluyo a continuación
también son autenticas y lo que muestran se ha fotografiado realmente.
Volviendo
al inicio de esta historia, la descripción del OVNI que apareció, en contadas
ocasiones, durante los meses de septiembre y octubre por los montes de Huesca,
entre la una y las dos de la madrugada, es a grandes rasgos esta: Una luz del tamaño de una estrella
(en algunos casos la describen como alargada) con una coloración rojizo-anaranjada
que aparecía por el Este o Sureste y después de un cierto tiempo
desaparecía.
La
información divulgada en la prensa es muy esquemática y no deja hacer una
evaluación precisa. De todas formas, y después de echar un vistazo al cielo de
aquellos meses, el famoso OVNI podría ser Júpiter, Marte o Aldebarán (estos dos
últimos rojizo-anaranjados) visibles a poca altura sobre el horizonte Este
durante las horas y períodos indicados anteriormente.
Carta
celeste correspondiente al día 20 de septiembre de 1977 a las 2:30 horas
locales.
En
fin, un incidente con unas fotografías que tienen serias contradicciones e incoherencias, que apuntan directamente a fraudulentas, etc. Unos avistamientos triviales en un escenario de euforia ufológica colectiva donde hubo más ruido que otra cosa. Todo esto no despierta las sospechas de algunos ufólogos que siguen empeñados en presentarlo como
algo espectacular e inexplicable.