Si
los OVNIs avistados en la lejanía (luces en el cielo, etc.) suelen ser, en su
gran mayoría, confusiones e interpretaciones erróneas de fenómenos normales y
por lo tanto incidentes irrelevantes, los aterrizajes y encuentros cercanos son
considerados por los ufólogos más entusiastas como evidencias de la realidad
del fenómeno OVNI y, por lo tanto, casos irrefutables e inexplicables.
En el libro de Vicente-Juan Ballester Olmos y Juan A. Fernández Peris, Enciclopedia de los encuentros cercanos con OVNIS (primera edición marzo 1987), se puede encontrar una amplia casuística, de este tipo de incidentes, ocurrida en la península Ibérica. Todo este volumen de sucesos parecen conformar un fenómeno homogéneo y sorprendente. Sin embargo, si se analizan los casos detenidamente ocurre lo mismo que con los OVNIs observados a distancia: ¡Aparece una explicación normal y mundana!
Un
ejemplo es el suceso ocurrido en la población de Aspa (Lleida) a finales de
enero del año 1980. Caso que puede leerse en la página 61 de la citada obra. La
observación fue investigada por Xavier Lafarga Maduell, del CEI, y publicada en la revista
especializada Stendek, nº 43, marzo
1981, pp 12-14, en un artículo titulado: Observaciones
OVNI cerca de Lleida.
A
continuación, un relato del avistamiento y un dibujo del OVNI tomados del
trabajo de Lafarga.
Después
de las 12 de la noche de un día de finales de enero de 1980, la familia Masot
observó un extraño objeto en forma de media esfera que estaba sobre una loma
cercana al pueblo.
El objeto tenía un tono rojizo en su totalidad y la luz que emitía en forma de rayos luminosos, era blanca. Dicha luz hacía visible el árbol, un pino, y un poco de su entorno.(...) El aparato estaba situado en la vertical del árbol y aproximadamente a la misma distancia que la altura del pino, siendo su diámetro superior al del árbol. El domicilio de los testigos dista unos 400 metros de dicho árbol, el cual está situado encima de una loma superando en altura a la del pueblo.
Después
de un cuarto de hora, el aparato empezó a desplazarse hacia el Oeste:
Al cabo de unos segundos y cuando no se había distanciado mucho del árbol, la luz se apagó y tan sólo quedó un punto luminoso.
El
señor Lafarga hizo, meses después, una inspección visual del terreno buscando alguna señal en el caso hipotético de que la
nave hubiera aterrizado. No encontró nada fuera de lo normal.
El
incidente tiene todos los ingredientes de una confusión con la Luna: forma,
coloración rojiza cuando está cerca del horizonte, inmovilidad, silencio,
desaparición apagándose al ser ocultada por nubes, etc. A finales de enero de
1980, nuestro satélite natural estaba en fase de cuarto creciente y en la noche
del 23 al 24, a la hora del avistamiento, era visible a poca altura sobre el
horizonte y hacia el Oeste.
El
acimut que tenía nuestro satélite natural, a las 0:00 horas del día 24 de enero
de 1980, es coincidente con la ubicación que tenía el pretendido OVNI.
Durante
esos días de finales de enero había nubes en la zona de Lleida, concretamente
puede verse, en la siguiente foto satélite tomada de Dundee Satellite, la nubosidad que había el día 24.
Nubes
que probablemente dieron un aspecto curioso y llamativo a la Luna camuflándola
de OVNI y que fue la causa de su desvanecimiento o apagado. Luego, su
desaparición fue definitiva porque el citado astro estaba muy próximo a su ocaso.