En
ocasiones, surgen casos OVNI que dejan estupefactos a los ufólogos. El que voy
a examinar a continuación parece ser uno de esos incidentes, ya que, dos
estudiosos del IIEE dicen lo siguiente sobre él:
Un hecho que nos hace pensar una vez más que conocemos muy poco de
nuestro entorno, menos de nosotros mismos, y nos hace pensar que inteligencias
superiores a nosotros se presentan de vez en cuando en nuestro plano físico
terrenal.
La historia pueden leerla
en el artículo: La experiencia de la familia Flores, firmado por Raúl Núñez y Ramón Navía-Osorio. Los citados
autores sugieren que la iluminación del OVNI pudo tener efectos curativos en
uno de los testigos.
El suceso ocurrió en la
noche del 28 de septiembre de 1998, cuando la señora Ortega, junto con su madre
e hijo de cuatro años de edad, regresaba de la ciudad de Los Ángeles, donde
había llevado a Gabriel Alfonso para pasar consulta médica en una clínica de
dicha ciudad, y se dirigía a Purén:
El diagnostico indicaba que mi hijo al parecer
padecía de “fiebre reumática al corazón”, con altas temperaturas y un acusado
decaimiento. No debía agitarse ni llorar, por cuanto podría sobrevenirle un
paro cardíaco en cualquier momento. El niño venía durmiendo.
Eran aproximadamente las 22,30 horas, y la noche
estaba despejada completamente con estrellas y no había luna.
(El
subrayado es mío)
Fue al
rebasar la localidad de Trinte en unos siete u ocho kilómetros cuando
observaron el OVNI:
Al salir de una zona de curvas, divisé a mi costado
izquierdo, a una elevación de unos 45 grados un objeto luminoso, color
blanco radiante, de bordes definidos, oscurecido o de color gris en el centro,
de forma circular. Se desplazaba en forma vertical sobre los bosques de pinos.
A pesar de sorprenderme e inquietarme, no sentía miedo. Continué mi marcha a
unos 80 kilómetros. Al entrar a una recta, a unos 300 metros más adelante, al
terminar ese tramo, donde sigue una bajada pude ver el objeto luminoso u ovni
que estaba inmóvil, en la misma posición vertical… a unos 20 metros sobre la
carretera. Yo me seguí acercando y así llegué a estar a unos 70 o 100 metros de
ese objeto desconocido. Pude calcular que tenía unos 6 metros de diámetro.
La
señora Ortega hizo el cambio de luces a uno de los coches que venían de frente y que paso bajo el extraño objeto pero, parece
ser que el conductor no vio al OVNI ni se percató de lo que estaban
viendo las testigos.
El Ovni pasó a nuestra derecha a unos 70 metros de
distancia. A unos 20 grados de elevación sobre la copa de los árboles,
lentamente, en la misma posición vertical. Siempre lo vimos así… estoy segura
que no era una esfera.
La observación duró unos 15 minutos… y lo perdimos de vista.
Al día
siguiente, volvieron al hospital de Los Ángeles para hacer unas pruebas a Gabriel Alfonso y el médico constató que el
niño estaba completamente sano.
Considero
que la observación del misterioso objeto luminoso no tiene relación con la
mejoría del niño, ya que, la información suministrada, sobre el OVNI, en el
artículo del IIEE apunta a una probable confusión con nuestro satélite natural.
En el
momento del incidente (hacia las 22:30 horas) la Luna se encontraba en la zona
del cielo por donde fue visto el OVNI. A la mencionada hora tenía un azimut de
276º (origen el norte) situado, por lo tanto, hacia el Oeste y a una altura de
39º sobre el horizonte.
Después
de pasar Trintre hay una serie de curvas en la carretera y el sentido de la
misma es, en general, Este-Oeste. Por lo tanto, las observadoras tenían al
astro de frente, a la izquierda o a la derecha dependiendo de su posición en la
calzada. Una vez rebasado el tramo de curvas, la carretera se dirige hacia el
Suroeste y la Luna les quedaba hacia la derecha, posición por donde dejaron de
ver el OVNI. Las coincidencias del objeto con el astro son numerosas: Color,
forma, posición vertical, inmovilidad, dirección, etc. A continuación, la fase
que tenía La luna en el momento del avistamiento.
Los
movimientos, distancias y tamaños atribuidos al OVNI por las testigos serían
percepciones ilusorias o erróneas. Suelen ser habituales en las confusiones lunares. Por otra parte, hay un dato que confirmaría el citado error: Las
observadoras dijeron que esa noche ¡No
había Luna!
Además,
las susodichas hablan de una neblina, que probablemente camufló a nuestro
satélite natural dándole un aspecto extraño:
Por último recuerdo haber visto una capa de neblina
oscura en el lugar donde estaba estático el Ovni… en forma paralela a la
carretera. Esto es inusual en ese lugar. Fue la única parte que vimos esa
neblina. Eso fue extraño.
Azimut de la Luna a las 22:30 horas locales.
Sobre
la enfermedad y mejoría repentina del niño Gabriel Alfonso no voy a entrar
puesto que, apenas se da información sobre las mismas. Además, el parte médico
conseguido por el IIEE:
después de insistentes cartas al Doctor
quien atendió aquella noche la urgencia de Gabriel logro el parte médico
“escueto pero realizado al momento"
Es
una nota fechada el 27 de septiembre de 1999 (un año después de la urgencia)
donde se dice claramente que el facultativo que atendió al niño no puede dar
información por ser, la misma, confidencial. Dicha nota (que no es el parte
médico de la urgencia) termina así:
en aquella oportunidad hubo hechos para los que no tengo una explicación
lógica conocida.
En
mí opinión, la visión del pretendido OVNI no tiene relación con la mejoría del
niño, ya que, dicha observación, como se ha visto anteriormente, apunta hacia una
confusión con la Luna.
Para
terminar, resulta curioso y contradictorio como pueden interpretarse, en
ocasiones, las apariciones de los pretendidos OVNIs. En algunos casos, los testigos
y los ufólogos creen que los susodichos matan y en otros, que curan.