En
la noche del 12 de julio de 1983, entre las 22:15 y las 22:30 horas
locales fue observado desde España, Francia
y Portugal un llamativo fenómeno luminoso. Después de treinta años, el conocido
ufólogo patrio Bruno Cardeñosa sigue manteniendo que lo que se vio fue un OVNI.
O sea:
Nuestros cielos están siendo visitados
por desconocidos y portentosos objetos no identificados que son investigados en
el máximo secreto por nuestras autoridades, que pretenden ocultar la verdad a
los ciudadanos. (Los archivos
secretos del Ejercito del Aire, 1998, pág. 268)
En
el citado libro, Cardeñosa dedica un capitulo al incidente: Un enigma de alto secreto, pp 173-189. En
su nuevo libro (Autopista del misterio, septiembre 2013), donde: muestra algunos de los casos más
extraordinarios que se ha encontrado a lo largo de su trayectoria (contraportada
del libro), vuelve a incluir el
incidente concluyendo: Hoy seguimos sin saber qué ocurrió. Pág. 116. (El resaltado es mío)
Sin
embargo, la prensa española ya publicó, a los pocos días, la explicación del
intrigante suceso. Según investigaciones del GEPAN (Grupo de Estudios de Fenómenos Aeroespaciales No Identificados), se
trató del lanzamiento de un misil balístico francés, el M4, por el submarino Le Gymnote desde la costa de Bretaña
hacia las Azores.
Nota
publicada por Inforespace, nº 96,
mayo 1998. Incluye dibujos de lo observado por algunos astrónomos aficionados
franceses. En España fue observado desde multitud de lugares. Por ejemplo, uno
de los casos más conocido es el de Vinaroz (informe de la policía municipal que
provocó una investigación oficial del Ejercito del Aire). El fenómeno también
fue visto desde diferentes puntos de Barcelona, Tarragona, Valencia, Castellón,
Extremadura, Toledo, La Rioja, etc. El misil fue visto, además, por varios
aviones comerciales y militares.
Sobre
la explicación del misil, el señor Cardeñosa escribe:
En su ansia de explicar lo inexplicable,
algunos estudiosos sugirieron que se trataba de los restos de un misil lanzado
por el ejercito francés desde la costa de Bretaña a las Azores.
Y el
susodicho, en su afán de no explicar lo explicable, esgrime las siguientes
razones para negar la evidente explicación:
Si tal explicación hubiera sido válida,
el proyectil habría sobrevolado parte del Cantábrico en dirección suroeste
dejando miles de testigos en el norte de España. Sin embargo, todos los
testimonios procedían de mucho más al sur. (Autopista del misterio, pág. 114)
El punto más cercano a la península por
el cual hubiera pasado sería Galicia (allí no se registró ni una sola
observación: la mayoría procedían del Levante, zona mucho más alejada del misil
que el noroeste). (Los archivos
secretos del Ejercito del Aire, pág. 178-179)
Sin irnos muy lejos, volvamos al
testimonio del artista francés. Describió el objeto procedente del
Mediterráneo, al igual que declararon el resto de testigos, y no del
Cantábrico. (pág. 179)
Otros
datos que invalidan la explicación del misil, según Cardeñosa, son las espirales
que realizó el objeto luminoso (...que no realiza un misil, que lleva trayectoria lineal...) y los horarios, misil/avistamientos, no coincidentes:
Además, cuando se comparó el horario de
vuelo del presunto misil y el horario en el que los testigos dijeron haberlo
visto, hay una diferencia de una hora entre uno y otro. Por ejemplo, tanto en
Sevilla como en Lisboa vieron el objeto una hora después de que el presunto
misil concluyera su misión. (Autopista
del misterio, pág. 114)
Parece
ser que el ufólogo gallego no ha profundizado mucho en sus argumentos porque si
lo hubiera hecho habría descubierto que el día 12 de julio de 1983 había una
borrasca cerca de Galicia que provocó cierta nubosidad por el Noroeste
peninsular, dificultando la observación del misil en esa zona. Ver imagen del
Meteosat.
Además,
si se examinan los testimonios veremos que la mayoría de los observadores
vieron el objeto en dirección Noroeste y desplazándose de derecha a izquierda.
En Francia, los diversos testimonios indican que vieron el fenómeno luminoso
hacia el Oeste. Prácticamente, la totalidad de las descripciones coinciden con
la ubicación y trayectoria del misil. En el mapa puede verse la visual del
fenómeno (cuando el dato es conocido) de algunos avistamientos.
Los
casos no coincidentes con la dirección del misil pueden ser debidos a errores
de orientación o de transcripción de dicho dato. Suele ser típico cuando hay
miles de testimonios.
Sobre las espirales que realizó el fenómeno
luminoso, los observadores interpretaron erróneamente que la estela mostraba la trayectoria real del misil. Por lo general, dicha trayectoria, cuando no hay problemas, suele ser parabólica. Las irregularidades de la estela fueron debidas a los
vientos cambiantes reinantes en las distintas altitudes que la deformaron
gradualmente. La siguiente fotografía
muestra la estela dejada en el cielo por un misil lanzado en Rusia.
En
cuanto a la discrepancia de horarios, en la siguiente reseña periodística (ABC de Sevilla, 21 de julio de 1983) se
indica que el fenómeno luminoso fue visto, en Sevilla y Portugal, entre las diez y las once de la noche,
no una hora después de que concluyera la misión del misil. Éste fue lanzado
sobre las 22:15 horas locales, por lo tanto, teniendo en cuenta la duración de
la prueba y los inevitables desfases horarios de los testigos, la observación del misil está dentro de esa
franja horaria y coincide con las horas de los avistamientos.
Reseña, publicada por el diario Lanza el 21 de julio de 1983, mostrando observaciones en Portugal.
A
continuación, la imagen del fenómeno luminoso que obtuvo el periodista José
Luis del Campo desde la ventanilla de un avión (Fotografía cedida por
Vicente-Juan Ballester Olmos). En ella se muestra fielmente como fue el
fenómeno observado por miles de personas y a la gran distancia que se
desarrolló. La fotografía evidencia claramente que se trata de un misil, y como
puede apreciarse, es similar a la imagen obtenida de la prueba rusa.
En
fin, resulta sorprendente que, después de treinta años y con la información que
hay sobre el incidente, algunos ufólogos, con muchas horas de investigación de
campo a sus espaldas, sigan insistiendo que una prueba balística francesa,
observada por miles de testigos desde lugares muy distantes, es un caso OVNI
extraordinario e inexplicable.
El despiste oficial resultó, también, patente ya que tres meses después aún no tenían claro que había ocurrido cuando la prensa, a los pocos días, ya había publicado la solución.