viernes, 30 de marzo de 2007

Ovnis sobre Ochate III (Una singular persecución)

Voy a repasar otra de las observaciones que suele salir a relucir cuando se escribe sobre los ovnis vistos en la aldea abandonada. Tiene información suficiente y ésta resulta esclarecedora. Se trata del avistamiento que tuvo una familia, en el año 1981, entre Ventas de Armentia y Albaina, en el Condado de Treviño. Como se puede ver en el mapa, la observación transcurrió algo alejada de Ochate. La distancia más corta entre el citado tramo de carretera y el poblado “maldito” es de unos 5 kilómetros en línea recta. Da la impresión de que se han escogido las observaciones de ovnis más llamativas, ocurridas en el condado y alrededores, y las han relacionado con la aldea para darle más visos de misteriosa.

Como veremos a continuación, se trata de la clásica “persecución” con efectos EM incluidos. El relato del caso puede leerse en el libro: Ochate realidad y leyenda del pueblo maldito, de Antonio Arroyo y Julio Corral (Aguilar, enero 2007).

Un matrimonio y su hija, vecinos de Marquínez (Álava), “tuvieron un encuentro” con una luz extraña cerca de Ventas de Armentia:

“Ellos aseguraron que estaban llegando al cruce de la carretera de Bernedo cuando comenzaron a ver ‘una especie de luna terriblemente grande’ que avanzaba justo delante de su vehículo en un ángulo ligeramente elevado. Durante algunos kilómetros la tuvieron delante y pudieron observarla con total claridad.
Al llegar al pueblo de Argote, la carretera traza una larga recta y, en ese momento, se acercaron aún más a la extraña luz, que cada vez parecía mayor. El motor del Seat 600 en que viajaban comenzó a fallar, perdiendo potencia, ‘como si de pronto se hubiese agarrotado’. Su mujer y su hija, asustadas, le pedían que acelerase...”


“...Eso fue sobre las diez y media de la noche. El objeto estaba muy bajo y, más o menos, a trescientos metros de nosotros. A la altura del pueblo de Fuidio se alejó y desapareció detrás de unos chopos que se encontraban aproximadamente a un kilómetro. Era una luz grande, de color butano anaranjado muy fuerte, terriblemente resplandeciente. Era redonda y de un tamaño... como tres veces la luna. Yo aceleraba, pero el coche no se revolucionaba, y estaba tan nervioso que no se me ocurrió detenerme. Lo estuvimos viendo durante veinte minutos...”

“...Lo que más me extraña es que nadie más lo vio ni se escucharon comentarios en la zona...” (Pág. 124) El texto en negrita es mío.

A esta narración le faltan algunos datos fundamentales para poder abordar su explicación: El día y el mes de la observación. Pero resulta que, en la revista Enigmas de diciembre de 1996 (Pág. 74), Iker Jiménez publicó un dibujo, realizado por el testigo de este caso, con el siguiente texto:

“Dibujo de M.G., perseguido por una esfera de color butano que le inutilizó el coche el 18 de agosto de 1981 en las cercanías de Ochate.”

A pesar de la escueta información que da Jiménez, se puede extraer de ella datos de interés. Por ejemplo, la fecha del avistamiento. Además, en el citado croquis el observador dibuja el tamaño aparente de la luz comparado con el de la Luna. Otro detalle importante, ubica a la esfera cerca del horizonte, casi rozándolo, y la sitúa delante y a su izquierda. Por otra parte, y según la primera fuente (Arroyo y Corral, 2007), el vehículo no quedó inutilizado, le costaba avanzar.

Aunque la información del caso no es muy extensa, los datos que se ofrecen apuntan a una “persecución” lunar. Como se puede apreciar en el relato, la descripción del fenómeno resulta ser, más o menos, la típica de este tipo de incidentes: Ovni con forma de luna, de color butano anaranjado, ubicado cerca del horizonte, que “persigue” a los observadores, etc.

En el mapa de la zona podemos ver que la carretera discurre, en general, hacia el Este (en el sentido de la marcha de los observadores) con algunos tramos hacia el Sur. Osea, que los testigos tenían de frente, y a veces a la izquierda, el Este. Si miramos el cielo del 18 de agosto de 1981 a la hora del avistamiento y hacia el Este, comprobaremos que nuestro satélite se encontraba saliendo por esa dirección. El orto de la Luna se produjo, esa noche, a las 23:01 horas (GMT+2) con un azimut de 272º (Este). El día 15 estaba en fase de llena.


18 de agosto de 1981, a las 23:10 horas

La hora de la observación es aproximada (sobre las diez y media de la noche) y no sería excesivo un margen de error de media hora. Teniendo en cuenta, además, que el avistamiento duró unos veinte minutos, se puede ver que éste coincide, aproximadamente, con el orto de nuestro satélite. Si trazamos, en el plano, el azimut de la Luna desde distintos puntos del trayecto, advertiremos que ésta estaba ubicada unas veces delante y otras a la izquierda de los testigos. Por lo tanto, las posiciones del ovni y de la Luna eran coincidentes.


Recorrido de los testigos y azimuts de la Luna

Uno de los factores que pudo influir en la confusión de los observadores, es el tamaño aparente que presenta nuestro satélite cuando está cerca del horizonte. En esa situación, la Luna es muy llamativa y espectacular y la percibimos mucho más grande que cuando está en el cenit. También, en esa ubicación (cerca del horizonte) presenta una coloración amarillenta o anaranjada.

Durante la observación, el coche comenzó a fallar y se podría pensar que fue debido a la presencia del “ovni”. Sin embargo, los testigos se encontraban muy nerviosos y excitados y lo más probable es que esos “fallos” del automóvil fueron producidos por el estado de tensión que tenían en esos momentos.

Otro detalle importante, los observadores no vieron a la Luna, que la tenían delante en buena parte del recorrido. Asimismo, nadie más vio el enorme ovni. Por la hora, el tamaño del “extraño objeto” y la duración del avistamiento lo normal es que hubiesen surgido más observadores. Sin embargo, el suceso se desarrolló, exclusivamente, entre los tres testigos y la Luna.

jueves, 8 de marzo de 2007

Ovnis sobre Ochate (II)

Otro de los casos que se suele citar, cuando se escribe sobre los ovnis vistos en la aldea abandonada, es el sucedido en Navarrete (Álava) en agosto de 1978. Como podrán comprobar en cualquier mapa de la zona, el citado pueblo se encuentra a unos diecisiete kilómetros, en línea recta, de Ochate. Por lo tanto, relacionar este suceso con el poblado fantasma resulta improcedente. Por esa regla de tres, también habría que imputarle (a Ochate) los avistamientos ocurridos en Vitoria, que está más cerca que Navarrete (a unos diez kilómetros en línea recta).

Iker Jiménez, en Enigmas sin resolver (Edaf, 1999), incluye la observación citada anteriormente en el apartado, Ovnis sobre el pueblo maldito y lo relata de la siguiente manera:

“...Uno de los episodios más impresionantes al respecto fue el que le tocó vivir a un fornido agricultor de Navarrete, otra localidad próxima a Ochate. A las 23.15 horas del 17 de agosto de 1978, A. R. se encontraba regando su pequeño huerto. En un principio no prestó atención a una luz blanca, no más grande que una estrella, que parecía avanzar proveniente del norte (dirección Ochate). A los pocos segundos, y sin tiempo para reaccionar, algo parecido a una gigantesca pelota de rugby se le echó encima, descendiendo casi a ras de suelo. Atemorizado, R. se ocultó en un pequeño cobertizo al tiempo que veía cómo el aparato remontaba el vuelo dividiéndose repentinamente en tres objetos parecidos y de un tamaño semejante. Alineados, los tres ovnis aceleraron en el más absoluto silencio hacia unos montes próximos. Tras un corto vuelo cayeron a tierra. El testigo, que comenzó a ser invadido por una fuerte sensación de sopor y mareo, puso pies en polvorosa, preso de una gran excitación, dejando allí todos sus aperos de labranza.” (Pág. 59-60)

El texto en negrita es mío. Un poco más adelante tendremos oportunidad de comparar estos datos con lo que expone, sobre el asunto, el testigo.

Cualquier lector que examine la versión de Jiménez podría creer que se trató del cuasi-aterrizaje de un ovni. Sin embargo, el avistamiento se desarrolló de otra forma. Tengo el testimonio de A. R. por escrito (para que no haya dudas) y, para empezar, en él podemos leer que el fenómeno luminoso pudo ser visto desde muchos pueblos de la zona (Bernedo, Angostina, Santa Cruz de Campezo, etc.). O sea, que hubo cientos de observadores y no uno, como se desprende del relato citado anteriormente.




El fenómeno luminoso, que era una luz esférica de un tamaño aparente como el de la Luna llena, surcó el cielo de oeste a este. Eran las 23:00 horas de una noche despejada y agradable del mes de agosto de 1978. Vamos a dejar como día aproximado de observación el indicado por Jiménez (el 17 de dicho mes) ya que, en el momento del avistamiento era visible la Luna.

El observador se encontraba en el interior de su vehículo escuchando música y cuidando el tractor, porque estaba regando, en el río Ega. La sorprendente luminaria se desplazaba a unos 20º sobre el horizonte y el testigo estima su altura en unos 700 metros. ¡La observación duró unos 8 segundos! A continuación transcribo el relato que A.R. hizo de su avistamiento:

“Me encontraba en el interior del coche escuchando la radio y cuidando el tractor ya que estaba regando. Eran las 23:00 horas de la noche, una noche estrellada y cálida. De repente, vi como una luz se acercaba a mí. Pensé que era la de un vehículo pero al bajar por encima del río me di cuenta que no era ningún vehículo, ya que ningún camino baja paralelo al río. Esta luz procedía del oeste. Para cuando me di cuenta, la luz ya la tenía cerca de mí y ésta al aproximarse se elevó por encima del coche y tuve que volver la cabeza hacia mi izquierda para ver cómo se alejaba hacia el este. Al llegar al horizonte se dividió en colores. A mí me pareció que había caído un pueblo más abajo pero los de ese pueblo vieron lo mismo y como había caído más abajo y así sucesivamente. Al pasar por encima mío, como he mencionado antes, el pelo de los brazos junto a la piel se me pusieron de gallina. Esto fue, más o menos, todo.”

Como podrán deducir del relato, A.R. se encontraba mirando hacia el Sur y la “extraña” luz se desplazó (desde el punto de vista de este observador) de derecha a izquierda por el horizonte Sur. Por lo tanto, Ochate, que está ubicado hacia el Nor-oeste de la posición del testigo, le quedaba practicamente a la espalda. Otro detalle: A.R. no dice nada de sopor y mareo ni que abandonase el lugar presa de gran excitación y dejando todos sus aperos de labranza.

El fenómeno se produjo a mucha más altura que la estimada por el testigo, puesto que fue observado por pueblos enteros. Si, además, tenemos en cuenta el amplio trayecto recorrido en el cielo y la brevedad de la observación (unos 8 segundos), estamos, sin duda, ante: ¡Una manifestación espectacular de un bólido!

Gracias a las consultas de V-J Ballester Olmos, queda descartado el origen artificial (reentrada de chatarra espacial) de la llamativa aparición. Por desgracia, no hay registros de bólidos observados hace tanto tiempo. Casualmente, el día 18 de agosto se produce el máximo de un radiante muy activo, las Kappa Cígnidas (del 2 al 28 de agosto), que presenta en ocasiones espectaculares bólidos (Josep María Trigo, Meteoros: fragmentos de cometas y asteroides, Sirius, 1996). Sin embargo, la mayoría de los superbólidos no están asociados a ningún enjambre meteórico y suelen ser imprevisibles (Josep M. Trigo et al., Bólidos: cómo estudiarlos y distinguirlos de otros fenómenos luminosos. 2005).