Otro
de los avistamientos clásicos de la ufología patria, relatado en el libro de
Federico Acosta Noriega, es el ocurrido cerca de la citada población en la
noche del día 22 de agosto de 1971, domingo. El caso se narra en el capitulo
III y se trató del aterrizaje de un supuesto OVNI muy próximo al testigo, con
huellas y efectos EM. La información que da el Sr. Acosta del incidente es muy escasa
por lo que recurro a la investigación realizada, a los pocos días de ocurrido
el suceso, por Francisco Lezcano Lezcano. He localizado en Internet otra investigación del caso pero contiene errores en datos fundamentales.
La minuciosa encuesta efectuada por el Sr. Lezcano in situ quedó reflejada en el artículo: El extraño fenómeno luminoso de Zamora, publicado en Stendek, nº 7, diciembre de 1971, pp 16-19. Para que el lector tenga una idea de la observación, la Agencia Cifra facilitó a la prensa la siguiente nota (Stendek, pág. 16).
Francisco
Lezcano hace la siguiente puntualización antes de entrar en la exposición del
caso:
...el testigo don Basilio Casas Rodríguez nunca aseguró haber visto un platillo volante; a lo sumo lo sugirió como una posibilidad. Tampoco afirmó que un objeto circular de metro y medio de diámetro se hubiese posado sobre la carretera. Y menos aún que éste dejase sobre el pavimento señales del resplandor amarillo. De todo ello resulta que la afirmación categórica de "platillo volante" y de "aterrizaje" es temeraria y se aleja de los hechos en su apreciación objetiva. (pág. 16)
El
incidente puede dividirse en tres fases: Inicio de la observación, acercamiento
del OVNI al testigo y final del avistamiento.
La
primera fase se desarrolló, básicamente, así: A las doce de la noche del día 22
de agosto, don Basilio Casas (taxista) partió de su casa para recoger a unos familiares en Alcañices y llevarlos a
la estación del ferrocarril de San Pedro de las Herrerías. Lezcano da
información precisa sobre el descubrimiento del OVNI:
Estando a un kilómetro de Nuez, en la curva conocida con el nombre de "Cruz del Camino de Trabazos", distinguió a su derecha y a lo lejos, hacia el Sur-Oeste, una luz, en un lugar llamado "Los Lamederos".
La
luz amarillenta fue considerada por el testigo como procedente de un tractor.
En la siguiente curva, a doscientos metros, se dio cuenta que la luz se
desplazaba hacia la izquierda, hacia una loma conocida como El Altillo. Detuvo el coche para
observar mejor:
Entonces comprobó que una luz andaba por el monte y que no se oía nada.
Subió
al coche y consideró que la luz tendría que pasar por el cruce. Pero cuando
alcanzó la intersección, el OVNI no seguía el trayecto estimado por el testigo:
La cosa pudo haber desviado su ruta. O aquello no había estado a la distancia calculada, con bastante posibilidad de error por la falta de referencias en la noche y efecto de la perspectiva, o sea que, en lugar de ir por la vereda, lo había hecho algo más atrás, o bien que en el último momento cambió de ruta desviándose hacia la derecha. (pág. 17)
Croquis de situación.
(pág. 17)
Segunda
fase: El testigo avanzó unos veinte metros cuando distinguió en la distancia al
misterioso foco que avanzaba directo hacia él. Basilio detuvo el coche porque
la luz, a un metro del suelo, se acercaba cada
vez más fuerte y mayor:
Y siguió el disco hacia delante hasta quedar a dos metros del taxi. Su aspecto era el de un enorme foco. Un disco de metro a metro y medio de luz intensa. [...] Ningún olor extraño. La luz estaba allí, delante de él, rodeada del silencio absoluto. [...] En este momento quedó cortada la corriente del coche sin intervención del chófer. Mirando la luz, Basilio la comparó en su mente con la del Sol cuando se oculta o sale por el horizonte, pero teniéndolo a diez metros de distancia. De súbito, se hizo la oscuridad a su alrededor. (pág. 18)
Tercera
fase: Poco después, el testigo, al mirar hacia la derecha, localizó de nuevo la
extraña luz sobre un prado. Ahora llevaba un piloto rojo. Don Basilio continuó
observando la luz entre los árboles, salió del coche y se dirigió hacia ella
con la idea de alcanzarla pero después de un rato desistió.
Fastidiado, intrigado y temeroso, regresó al coche y lo puso en marcha, notando que lo hacia con dificultad. [...] De haber hallado compañía, hubiese seguido por la carretera nacional hasta el Puente Internacional, ojeando. El inexplicable fenómeno se fue hacia el Sur-Oeste. (pág. 18)
El
día 28 de agosto, Francisco Lezcano y el testigo estuvieron examinado la zona
de "Los Lamederos" en busca
de huellas pero no encontraron nada raro, sólo huellas de tractores. En la
carretera, donde estuvo detenido el supuesto OVNI, tampoco había marca alguna. Don
Basilio miró, la misma noche del incidente, el pavimento con una linterna y:
...lo único que le pareció ver fue el polvo del camino como arremolinado, sin que lo pueda afirmar categóricamente. (pág.19)
El
Sr. Lezcano comprobó cuidadosamente vegetales, piedras, tierra, superficie del
taxi, etc. no encontrando nada anormal:
El análisis posterior del material recogido in situ, no acusó anomalías. (pág. 19)
En
la primera fase (comienzo de la observación) todo apunta a que el testigo tomó
por algo raro a un astro brillante ubicado en esos momentos hacia el Sur-Oeste.
La luz que Don Basilio descubrió a su derecha y a lo lejos era el planeta
Júpiter visible a poca altura sobre el horizonte y en la dirección indicada por
él. A las 23:45 horas del día 22 de agosto, el citado astro tenía una elevación
de 2º y un acimut de 242º (ubicado a poca altura hacia el Sur-Oeste y por
lo tanto, llamativo).
La
falta de referencias, efecto de perspectiva, oscuridad, etc. engañó al testigo
creyendo que el astro era una luz rara cercana. A continuación muestro el
acimut de Júpiter, a la hora del avistamiento, que coincide con la visual del
OVNI, señalada en el trabajo de Lezcano.
El
desplazamiento del supuesto OVNI sería una ilusión provocada por el movimiento
del testigo que iba en coche. En esa circunstancia, por ejemplo, los astros
parecen copiar los movimientos del conductor.
En
la tercera fase (final de la observación), el testigo vuelve a descubrir a su
derecha (Sur-Oeste) a la misteriosa luz, ahora con un "piloto" rojo,
alejándose por dicha dirección. En esta fase final, al igual que en la primera,
el OVNI sigue siendo el planeta Júpiter. Como puede apreciarse en la carta
celeste, a la izquierda del citado planeta estaba la estrella Antares con su
típico color rojizo. El parecido Júpiter-Antares con la descripción del OVNI en
esta fase resulta palmario.
La
segunda fase de la observación (acercamiento del pretendido OVNI al observador)
resulta más difícil de interpretar. Parece que la sinceridad del testigo quedó
fuera de tota duda y hay que descartar la fabulación. No hay huellas y sólo hay un observador. Para don Basilio el fenómeno fue el mismo
en las tres fases pero como ya se ha visto en estas líneas, el inicio y el
final del avistamiento fueron provocados, probablemente, por el planeta
Júpiter. ¿Entonces, que pasó en la segunda fase? Algunos indicios parecen
señalar hacia una hipótesis que de momento la dejo en el aire por falta de datos.
Según
relata Federico Acosta en su libro (pág. 40) hubo otra persona que observó un
extraño objeto luminoso esa noche:
...un conductor de una furgoneta había informado que cuando conducía su vehículo había visto por las inmediaciones del pueblo (Alcañices) un objeto volante y extraño en el cielo, pero que nadie más se había percatado de tal suceso.
Esta
breve descripción podría corresponder, perfectamente, con una observación de
Júpiter que en esas noches era el astro más brillante.
Otro
detalle que apunta el Sr. Acosta (pág. 42) es que, por lo visto, el taxi de don
Basilio estaba muy escaso de batería.