En
la mencionada localidad navarra se produjo, en el año 1965, una curiosa
historia relacionada con la ufología. El caso aparece, por cierto, en la obra
de un veterano ufólogo patrio, publicada el año pasado (2016), como uno de los
300 incidentes OVNI que más le impactaron. Además, en otro libro escribe,
refiriéndose a este suceso, que: Para
algunos astrónomos estas evidencias "no existen" [política del
avestruz]
A
continuación expondré y analizaré la información que hay sobre este suceso y se
verá si las evidencias son tan extraordinarias como algunos dicen.
Por
una serie de casualidades, me puse en contacto, hace ya unos cuantos años, con
don Eloy Tejada y Herrero que en su día recogió amplia información sobre el
caso y que amablemente puso a mi disposición. El señor Tejada incluyó la
encuesta sobre el "platillo volante" en su libro: Más recuerdos sobre Castejón y el ferrocarril (2004), páginas 231-254.
El
avistamiento se produjo en la noche del 27 de octubre de 1965 y desde dos
ubicaciones diferentes de Castejón. Por un lado, entre las 21:45 y 22 horas
locales, aproximadamente, del citado día, cuatro testigos observaron desde la
estación de la mencionada localidad lo siguiente:
...un disco luminoso, de una luz verde intensísima en el centro, de unos sesenta a ochenta centímetros de diámetro, que desapareció a toda velocidad y silenciosamente -no lo oyeron ni llegar ni marchar- en dirección norte, por encima de las casas señaladas en las fotografías, cuyos tejados obstaculizaron la visión. (p. 233)
El
señor Tejada descubrió que el hijo del médico de la localidad, Luisito, también
había visto y fotografiado, sobre la misma hora, un disco luminoso extraño
desde su domicilio. Este observador, de 19 años de edad, estaba ubicado en un
primer piso de la calle Ramón y Cajal y su avistamiento fue así:
..estudiante, fotógrafo aficionado, dice que por la ventana del cuarto de baño de su casa, que da al norte [en realidad mira hacia el NE] y estaba abierta de par en par, vio y le llamó la atención una estrella que parecía mayor de lo normal; y que, al fijarse con más detenimiento, observó que esa estrella iba acercándose y aumentando de tamaño; que se iluminaba con intermitencias, como si parpadeara.
Que le pasó por la imaginación que pudiera tratarse de un platillo volante y entró corriendo a su habitación a por la cámara fotográfica. Cuando salió con ella, se acercó a la ventana y en el momento en que la "estrella", convertida ahora en un disco luminoso de unos ochenta centímetros de diámetro, ascendía y descendía como unos dos metros sobre un mismo punto, señalado también en las fotografías, disparó la cámara dos veces seguidas. (pp 235-236)
La
cámara fotográfica utilizada por el testigo era una Kodak Retinette IA.
Objetivo Reomar de 45 mm, f:2.8 y película blanco y negro de 35 mm.
El
señor Tejada quiso ver las fotografías pero Luisito, por lo visto, le daba
largas. Después de insistir varias veces, el 24 de diciembre de 1965 pudo
observar los negativos. Uno de ellos se
quemó por usar un procedimiento rudimentario para ampliarlo pero del otro,
después de aumentarlo, se obtuvo la siguiente imagen.
A
la vista de esta foto resulta obvio que algo no cuadra. Se disparó con la
cámara a una luz brillante (que parecía algo mayor que una estrella) en el
cielo nocturno y por arte de birlibirloque apareció en el negativo la imagen
mostrada arriba. Don Eloy Tejada también debió darse cuenta porque escribió:
También manifiesta, como dato curioso, que tiró las fotografías a un disco luminoso, que era lo único visible, apareciendo luego en el negativo el artefacto, del que a simple vista no se apreciaba ni siquiera la silueta. (p 236)
Está
claro que lo visto por los testigos desde la estación no fue lo mismo, a pesar
de coincidir aproximadamente la hora, que lo observado y fotografiado por
Luisito desde su domicilio. Las descripciones de los cuatro testigos de la
estación no dejan lugar a dudas: ¡observaron un bólido!
Lo
manifestado por Luisito es completamente diferente. Sólo hay una coincidencia
sospechosa: ...la "estrella",
convertida ahora en un disco luminoso de unos ochenta centímetros de
diámetro...
Una
descripción calcada del relato de los observadores del bólido. Parece que
alguien introdujo involuntariamente ese elemento descriptivo en la narración de
Luisito para hacer creer que todos los testigos vieron el mismo fenómeno. A
pesar de esta "coincidencia", el testimonio del fotógrafo es
diferente y se corresponde claramente con la visión de un astro brillante.
Precisamente,
en la zona del cielo que se veía desde la ventana del domicilio de Luisito se
encontraba el planeta Júpiter mucho más brillante de lo habitual, y por tanto
muy llamativo, porque estaba cerca de su oposición, que ocurriría el 18 de
diciembre de ese año.
Como
muestra Stellarium, a las 22:00 horas locales del 27 de octubre de 1965, el
citado astro era visible desde Castejón hacia el ENE (azimut 65º) y a 6º 54'
sobre el horizonte.
Se
conoce la ubicación del "platillo volante" en el cielo, mirando desde
la ventana del domicilio del fotógrafo, ya que don Eloy indicó la posición del
mismo en la siguiente fotografía publicada en su libro. (p 238)
Los
edificios que aparecen en esta imagen existen en la actualidad y están ubicados
al otro lado de las vías del tren, enfrente y algo a la derecha de la ventana
del fotógrafo.
En
la foto satélite que expongo seguidamente se muestra el azimut que tenía Júpiter
en el momento de la observación de Luisito y puede comprobarse que pasa por
encima de dichas casas, coincidiendo exactamente con la ubicación del OVNI.
Resulta
evidente que lo percibido por Luisito en el cielo nocturno y lo que apareció en
el negativo, dos meses después, son dos cosas distintas. El pretendido "platillo
volante" fotografiado por el susodicho tiene, indudablemente, un origen
muy terrenal. La similitud con los altavoces antiguos (de los años 50-60), que se
muestran en estas fotografías es patente. Imágenes tomadas de aquí y aquí.
El
señor Tejada mantuvo correspondencia con los ufólogos Antonio Ribera y Severino
Machado sobre la foto del "platillo volante" pero parece que a los
susodichos no impresionó mucho dicha imagen ya que opinaron que: era demasiado buena para ser real. También,
intentó vender el negativo, para ayudar en los estudios del testigo, a varias
revistas españolas y extranjeras pero obtuvo el mismo resultado.
O
sea, un grupo de testigos observa un bólido, otro observador desde su casa
avista el planeta Júpiter y lo fotografía pero dos meses después enseña los
negativos y aparece en los mismos algo parecido a un altavoz antiguo que se
pretende pasar por un "platillo volante".
En
fin, estas son las extraordinarias evidencias que tiene esta
antigua historia ufológica y que algunos ufólogos utilizan para manifestar la realidad
de los "platillos volantes".
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