Revisando la gran oleada española de "platillos volantes", acaecida en la primavera del año 1950, aparece en la misma uno de los primeros incidentes de encuentro cercano con un "platillo volante", justo al inicio de dicha ola. El suceso ocurrió en Villarta de San Juan (Ciudad Real), el miércoles 22 de marzo de 1950. El caso está recogido, como inexplicado, en la Enciclopedia de los encuentros cercanos con OVNIS, (primera edición: marzo 1987, pp. 264-265) de Vicente-Juan Ballester Olmos y Juan Antonio Fernández Peris.
La primera noticia del acontecimiento la publicó el diario Madrid el lunes, 27 de marzo de 1950 (vía Ignacio Cabria).
El
miércoles 29 de marzo, el diario Lanza
de Ciudad Real reproduce en parte lo publicado en el periódico madrileño. Un
resumen del incidente sería este:
Dos industriales madrileños se dirigían en coche de Madrid a Puertollano para llevar un medicamento al padre de uno de ellos. A las 5:45 horas del día 22 de marzo de 1950, la noche era clara, sin nubes, faltando cuatro o cinco kilómetros para llegar a Villarta de San Juan, de pronto, en dirección contraria, vieron abalanzarse sobre ellos como una gran bola de humo del tamaño de una mesa camilla, dentro de la cual se veía girar algo que brillaba, pero no intensamente, si no con un brillo opaco. Al llegar aquel objeto junto al coche perdieron la visibilidad y encendieron todos los faros: "Pues bien, toda esta iluminación no era bastante para traspasar un palmo aquella especie de densa niebla que se nos echaba encima". Lo sorprendente, para los testigos, fue que al "chocar" contra el parabrisas aquello se deshizo y en un rato no lo volvieron a ver. Poco después, volvieron a verlo a lo lejos y a fantástica velocidad se abalanzó de nuevo contra ellos. Esto ocurrió de quince a veinte veces antes de llegar a Villarta. La experiencia les impresionó de tal forma que se confundieron de ruta, en lugar de ir a Ciudad Real, para luego seguir a Puertollano, tomaron la carretera de Manzanares.
A parte del nerviosismo, los testigos no notaron ningún otro efecto provocado por el misterioso "platillo volante" (todavía no se hablaba de los efectos electromagnéticos inducidos por los ovnis. Sin embargo, en esta oleada ya hay un caso que menciona anomalías en el motor de un coche ante la presencia de un "platillo volante", el 27 de marzo en Albelda, La Rioja). Lo que si advirtieron los testigos al llegar a Villarta fue que el parabrisas estaba muy limpio:
"... que nuestro parabrisas estaba limpio como un jaspe. Repare usted en lo extraordinario que esto resulta. De Madrid a Villarta hay más de cien kilómetros, y, naturalmente, el parabrisas, como el resto del coche, se va manchando con el polvo de la carretera."
La amplia información dada a este caso, junto con otros avistamientos fantásticos publicados en los días anteriores, aumentó el interés de la prensa que continuó propagando las historias que contaba la gente, dando origen a la gran oleada española de 1950.
Las explicaciones de los casos no suelen tener tanta repercusión como los relatos de los avistamientos y en el incidente de Villarta de San Juan fue un periódico local el que informó de una probable aclaración de lo sucedido. El miércoles 5 de abril, el diario Lanza publicó una carta, dirigida al director de dicho diario, del médico de la citada localidad explicando el fenómeno visto por los testigos.
Un extracto de la carta:
...No hace muchas noches y de regreso de Alcazar de San Juan a nuestro pueblo de Villarta, observamos los mismos fenómenos que los señores industriales declarantes, pero no le concedimos nada más que la importancia que tenía la cosa; pues estos viajeros no saben que en el pueblo existe un río llamado Záncara que no está canalizado a su paso por este pueblo y se extiende en una anchura de más de 300 metros donde se estanca el agua en muchos sitios secándose totalmente en verano y algunas noches en este trayecto de carretera existe una niebla que viene en oleadas no dejando ver absolutamente nada ni al más potente faro, aclarándose un momento para en una nueva oleada dejar sin visibilidad la carretera y al asomarse por la ventanilla se observa el cielo estrellado totalmente como también observaron ellos, y nosotros que estamos acostumbrados a ver esto en más de una ocasión, no queremos dejar sentado en la imaginación de estos señores que esto haya sido un platillo volante aunque esté de moda encontrárselo en cualquier sitio...
...El dato de que el parabrisas estuviese limpio al llegar a Villarta es un dato explicable ya que la humedad de la niebla habría quitado el poquito polvo que una carretera general pudiera tener...
Imagen tomada del visor Sigpac
Una explicación más que razonable. Los testigos, probablemente con mucho sueño, tomaron la densa niebla que se les echó encima en oleadas por un "platillo volante", fenómeno que se puso de moda durante esa primavera de 1950.
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