Según La Gaceta del Norte del día 23 de septiembre de 1975, desde la isla de Lanzarote fue divisado un “gigantesco ovni”. La observación se efectuó hacia las 5 de la mañana del 9 de octubre de 1974 y desde varios puntos diferentes de la ciudad. En total, siete observadores.
“-Era todavía de noche y el cielo aparecía limpio, sin nubes. De pronto –prosiguió uno de los inspectores que en aquel momento aguardaba en la punta del muelle Comercial- vimos un objeto con forma de puro en la lejanía. Tenía un color anaranjado y marchaba en dirección Norte-Sur...”
Con unos prismáticos de 7x50, de visión nocturna, uno de los testigos observó el fenómeno luminoso y comprobó que no se trataba de un avión comercial.
“...-¿Observó con claridad la forma de puro?
-Por supuesto. Terminaba en punta y dejaba una estela corta menos brillante que el propio objeto. Su trayectoria era un poco descendente.
-¿Y su velocidad?
-Mucho más rápida que la de un avión, aunque algo más lenta, por poner un ejemplo, que la de una estrella fugaz. Apareció y desapareció por tres veces consecutivas durante los segundos que pudimos verlo...”
El relato del caso concluía así:
“...Todos, desde distintos ángulos, habían tenido la suerte de presenciar el paso de lo que, posiblemente, podría tratarse –dadas sus dimensiones y características- de una de las denominadas “naves portadoras” o“nodrizas”...”
En la descripción del avistamiento he resaltado en negrita algunas partes del texto que se corresponden perfectamente con los elementos característicos de las apariciones de ¡bólidos! En este caso, todo apunta a una observación del mencionado fenómeno que, por lo general, suele ser muy espectacular.
En el mismo artículo de La Gaceta del Norte se menciona otra observación de un “ovni” en la ciudad de Arrecife efectuada por uno de los testigos del caso anterior. En esta ocasión no se da la fecha del avistamiento y se dice:
“-Fue en el invierno de ese mismo año. Mi mujer, Araceli de la Fuente, los observó a muy poca altura de una de las montañas próximas a la ciudad...
Allí pude ver una luz fuerte, como fluorescente, que permanecía inmóvil. Tenía un tamaño algo menor que la Luna...
-¿Qué hora podía ser?
-El atardecer. De aquella luz salieron otras dos más pequeñas, que parecieron “descolgarse” del objeto, que continuaba inmóvil sobre la montaña. Y desaparecieron. Al rato los vimos regresar. Y entraron o se “fundieron” con la gran luz de la misma forma que habían salido...
-¿Cree usted que podía tratarse de algún helicóptero o de algo conocido?
-No, desde luego. Nada de helicóptero o avión. No hacían ruido y la luz era muy intensa. Yo sé distinguir muy bien cuando se trata de un reactor o de un helicóptero...” (La letra en negrita es mía)
Aunque faltan la fecha y la hora de la observación, datos fundamentales para poder iniciar un análisis de un caso ufológico, la poca información que se da en la noticia de prensa (he resaltado en negrita el texto más evidente) apunta a la clásica confusión astronómica. Como se puede comprobar, en los atardeceres de ese invierno (del 21 de diciembre de 1974 hasta el 20 de marzo de 1975) estaba en el cielo, a poca altura sobre el horizonte, el planeta Venus. Acompañaban al lucero vespertino Júpiter y Mercurio que, probablemente, eran los otros dos ovnis más pequeños. A continuación pueden ver ustedes el cielo que se veía en Arrecife el día 11 de enero de 1975 a las 18:53 horas (GMT) mirando hacia el WSW.
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