viernes, 12 de enero de 2007

Cuatro horas de observación

Vuelvo, de nuevo, a la década dorada de la ufología hispana. En esta ocasión, La Gaceta del Norte, del día 20 de diciembre de 1975, nos sorprendía con la observación de un ovni que duró unas cuatro horas. La noticia comenzaba de esta manera:

“La oleada ovni sobre la región –una de las más intensas de los últimos tiempos- no parece haber decrecido.
Esta vez, el objeto ha permanecido sobre los cielos de Valmaseda y alrededores por espacio de más de cuatro horas.”

El protagonista de este avistamiento fue F.L.G., bombero-rana del Parque de Bomberos de Bilbao, que hacia las 20:30 horas del día 3 de noviembre observó desde una de las ventanas de su domicilio, en Balmaseda (Vizcaya), una extraña luz en el cielo:

“De pronto, hacia el N.E. , observé una luz extraña. Estaba inmóvil, aunque tenía el clásico balanceo de algunos de estos aparatos. Y observé también una especie de luz intermitente con una cadencia de unos cuatro o cinco segundos. Era como una luz periférica que fuera dando vueltas por el borde exterior del objeto.”

F.L.G. fue a llamar a un vecino (F.M.) y estuvieron contemplando el ovni, con unos prismáticos de 8 x 30, durante unos 20 minutos. En total hubo cuatro testigos, F.M. y su mujer, una vecina llamada Olga y F.L.G.

“¿Y qué forma tenía?
La luz blanca era muy potente –como la de soldadura- y no se apreciaba la forma con exactitud. Pero yo creo que tenía un tipo esférico o circular. Además de aquella luz intermitente cada cuatro o cinco segundos lanzaba también de vez en cuanto una serie de destellos muy rápidos y del mismo color blanco. Nacían del centro del aparato.”


“¿A qué altura se encontraba?
Bastante elevado. No bajaría de los 13.000 ó 14.000 metros. En cuanto a la inclinación, quizá fueran unos 50 grados.
Pues bien, a pesar de la considerable altura, el tamaño que nosotros apreciábamos era considerable. Algo así como la octava parte de la Luna.”


F.L.G. y F.M. decidieron perseguir al ovni y se dirigieron hacia la zona de Arla, ubicada a unos 4 kilómetros de la población. Allí permanecieron durante tres horas, hasta las 23:30 horas, contemplando la, para ellos extraña, luz blanca que había en el cielo.

“No cabía duda –comentó F.L.G.- de que aquello estaba tripulado. Yo estoy convencido de que estos ovnis no son otra cosa que naves extraterrestres con una capacidad técnica admirable. Esas civilizaciones que las tripulan deben llevarnos miles o millones de años de adelanto...”

Como F.M. tenía que madrugar regresaron a casa. Sin embargo, F.L.G. volvió a la zona de Arla y allí estuvo hasta que la niebla terminó por ocultar al ovni. Eran las 0:30 horas.

Según la información dada por el diario bilbaíno, el avistamiento se reduce a la visión de una luz brillante blanca más pequeña que la Luna (una octava parte), aparentemente inmóvil en el cielo, extraña para los testigos y observada durante cuatro horas. Durante las noches de ese otoño de 1975, Júpiter era visible por el Este con un brillo superior al habitual (magnitud –2.9) y llamando poderosamente la atención en el firmamento. De hecho, durante esos meses, el citado astro provocó numerosas observaciones ovni.

A pesar de que se indica el NE (¿hay un error en la dirección?), lo cierto es que la ventana, desde donde el observador vio la extraña luz, mira hacia el SE y en esa dirección, a las 20:30 horas (GMT+1) del mencionado día, estaba en el cielo el aludido planeta. Tenía un azimut de 301º (visible hacia el SE) y unos 35º de altura sobre el horizonte.


Por otra parte, hay que señalar que, aparte de los cuatro testigos, nadie más del pueblo y alrededores observó el “extraño objeto” luminoso o, al menos, no tenemos noticias de otros observadores.

Esto ya nos da una idea de lo "extraordinario" que era el fenómeno observado. Teniendo en cuenta, además, la descripción del ovni, las características de la observación, las creencias del observador y otros indicios, la observación de Balmaseda apunta, inevitablemente, a una confusión con el citado planeta.

2 comentarios:

Javi Sierra dijo...

“No cabía duda –comentó F.L.G.- de que aquello estaba tripulado. Yo estoy convencido de que estos ovnis no son otra cosa que naves extraterrestres con una capacidad técnica admirable. Esas civilizaciones que las tripulan deben llevarnos miles o millones de años de adelanto...”

Me parece que testimonios de tamaño calibre no se pueden explicar con la mera observación del planeta Júpiter.
Algo falla.

Javi Monleón dijo...

"Me parece que testimonios de tamaño calibre no se pueden explicar con la mera observación del planeta Júpiter.
Algo falla."

Evidentemente, señor Sierra, algo falla: el sentido común.