El avistamiento que examino en esta ocasión está publicado en el reciente libro de Marcelino Requejo: “OVNIS ALTO SECRETO. Encuentros cercanos con seres de otros mundos.” (Cydonia, 2009). Título, por cierto, que ya da pistas sobre lo que nos podemos encontrar en su interior. De hecho, incluye varios casos conocidos y presentados como genuinos que, sin embargo, ya se ha descubierto que son fraudulentos y otros que tienen una explicación muy mundana. Además, resulta poco original puesto que ya se ha utilizado en otros trabajos sobre la misma temática.
La historia es la típica persecución de un supuesto OVNI a un automovilista a finales de los setenta. Para el citado autor, este es uno de los casos que: “...corroboran algo sobre lo que, personalmente, no tiene ninguna duda: «Son de una civilización muy superior a la nuestra».”
Los hechos acaecieron en el atardecer del día 27 de octubre de 1978, cuando el testigo se dirigía, en coche, de Zamora a Sanabria por la N 631. Según el relato, la persecución del supuesto OVNI se produjo entre las localidades de Ferreras de Abajo y Mombuey, aproximadamente durante unos 30 kilómetros.
Muy probablemente, el estímulo que provocó la observación fue un astro. Concretamente la estrella Arcturus (la cuarta más brillante del firmamento nocturno). Como se verá a continuación, las coincidencias de dirección, altura, color, dirección de desaparición, ausencia de sonido, etc. no son casuales.
“Eran exactamente las seis y media de la tarde. El Sol se hundía en el horizonte cuando nuestro testigo conectó el alumbrado de cruce a su paso por la localidad zamorana de Tábara.” (p. 47)
“Poco antes de llegar a Ferreras de Abajo, José Luis se percata de que tiene compañía. A su izquierda, una esfera rojiza, suspendida en el aire a pocos metros de suelo, se desplaza a su misma velocidad sobrevolando los campos contiguos a la carretera.” (p. 47) (La negrita es mía).
Al llegar a esta población serían, aproximadamente, las 18:50 horas locales. En ese momento, Arcturus tenía un azimut de unos 100º (cerca del oeste) y una altura de unos 17º sobre el horizonte, luciendo su típica y brillante coloración anaranjada. Como puede verse en el mapa, el astro quedaba a la izquierda del testigo. El desplazamiento del supuesto OVNI es la clásica ilusión (paralaje del movimiento) provocada por el movimiento del observador. El trazado de la carretera hacía que el astro se mantuviera a la izquierda, “volando” en paralelo hasta un poco antes del siguiente pueblo.
“El objeto acompañó al vehículo, volando en paralelo durante siete kilómetros” Al llegar a Otero de Bodas, el OVNI se alejó y al sobrepasar el citado pueblo, volvió a acercarse al testigo. Lo típico de las “persecuciones” de astros. Los obstáculos y la iluminación del pueblo hacen perder de vista, momentáneamente, al supuesto OVNI o que éste parezca alejarse.
“Ahora iba un poco por delante de mí, así que se me ocurrió entonces utilizar los faros y comencé a lanzarle ráfagas. ¡Era increíble! La bola roja respondía de una forma muy curiosa: en un instante se achataba y quedaba como una elipse y formaba a su alrededor círculos de colores, y de la zona central se ponía de color anaranjado. Después volvía a tomar la forma de una bola roja. Lo hice una cuantas veces y siempre respondía igual.” (pp. 47-48) (La negrita es mía).
Trazando el azimut de Arcturus desde esta última población (que en ese momento era de unos 102º) comprobaremos que, durante un buen trecho, la estrella estaba ubicada un poco por delante del observador. La supuesta respuesta del OVNI a las luces que le daba el testigo, probablemente, es una interpretación muy particular del susodicho al parpadeo del astro. Cuando esta estrella está cerca del horizonte y hay buena visibilidad, sus destellos anaranjados son muy llamativos.
A la altura del kilómetro 52, pasando el puente sobre el río Tera, el testigo se detiene para observar mejor: “José Luís, de pie junto al arcén, a escasos doscientos metros del aparato volador, tomaba buena nota de todos sus movimientos.” Repara que hay tres coches parados y sus ocupantes parecen observar el OVNI que: “Poco a poco comenzó a elevarse muy despacio, siguiendo la cuenca del río.”
El testigo se puso en marcha y el OVNI: “Tras sobrevolar la central hidroeléctrica de Valparaíso, fue ganando altitud y tomó lentamente dirección oeste.” (p. 48) (La negrita es mía).
El dato de los doscientos metros al OVNI es muy subjetivo. Los tamaños y distancias estimados no suelen ser precisos y menos si se cae en una ilusión. El azimut de Arcturus, como se aprecia en el mapa, pasa por el cauce del río Tera, la central hidroeléctrica (al ponerse en marcha el testigo) y apunta hacia el oeste.
“Al llegar al cruce con la nacional 525 y dirigirme hacia Mombuey lo tenía justo delante de mí, pero ya muy alejado... Más ráfagas y aquello se acercaba de nuevo, pero cada vez estaba a mayor distancia, en dirección al puerto de Padornelo. Cuando entré en Mombuey, el objeto estaba ya muy alejado y se perdía en dirección a Ourense. Ya no lo vi más.” (pp 48-49)
“Aquel artefacto, OVNI, o lo que fuese no hizo ruido en ningún momento; nada de nada. A mí lo que más me mosqueaba era esa continua sensación en la nuca, algo así que notas cuando crees que te están observando...
Tenía entre 15 y 20 metros de diámetro y hacía como pequeñas oscilaciones o giros al desplazarse. Los otros conductores se fueron enseguida, no sé porqué...” (p. 49) (La negrita es mía).
Si se traza el azimut de Arcturus (aproximadamente sobre las 19:16 horas locales) desde el citado cruce, se comprobará que el mencionado astro era visible delante del observador hasta la entrada a Mombuey. Como en esos momentos a la mencionada estrella le faltaban unos 10º para su ocaso, su observación se iba haciendo más difícil y al entrar en el citado pueblo la perdió de vista definitivamente. Si se prolonga el acimut de Arcturus, veremos que pasa por Ourense, dirección por donde se perdió el supuesto OVNI.
Las posiciones de Arcturus, a lo largo de toda la “persecución”, son plenamente coincidentes con las del OVNI, como ya se ha visto. Si a esto le añadimos una serie de ilusiones sufridas por el testigo más las presumibles ideas preconcebidas del encuestador, resultará un persecución OVNI fantástica.
Los hechos acaecieron en el atardecer del día 27 de octubre de 1978, cuando el testigo se dirigía, en coche, de Zamora a Sanabria por la N 631. Según el relato, la persecución del supuesto OVNI se produjo entre las localidades de Ferreras de Abajo y Mombuey, aproximadamente durante unos 30 kilómetros.
Muy probablemente, el estímulo que provocó la observación fue un astro. Concretamente la estrella Arcturus (la cuarta más brillante del firmamento nocturno). Como se verá a continuación, las coincidencias de dirección, altura, color, dirección de desaparición, ausencia de sonido, etc. no son casuales.
“Eran exactamente las seis y media de la tarde. El Sol se hundía en el horizonte cuando nuestro testigo conectó el alumbrado de cruce a su paso por la localidad zamorana de Tábara.” (p. 47)
“Poco antes de llegar a Ferreras de Abajo, José Luis se percata de que tiene compañía. A su izquierda, una esfera rojiza, suspendida en el aire a pocos metros de suelo, se desplaza a su misma velocidad sobrevolando los campos contiguos a la carretera.” (p. 47) (La negrita es mía).
Al llegar a esta población serían, aproximadamente, las 18:50 horas locales. En ese momento, Arcturus tenía un azimut de unos 100º (cerca del oeste) y una altura de unos 17º sobre el horizonte, luciendo su típica y brillante coloración anaranjada. Como puede verse en el mapa, el astro quedaba a la izquierda del testigo. El desplazamiento del supuesto OVNI es la clásica ilusión (paralaje del movimiento) provocada por el movimiento del observador. El trazado de la carretera hacía que el astro se mantuviera a la izquierda, “volando” en paralelo hasta un poco antes del siguiente pueblo.
“El objeto acompañó al vehículo, volando en paralelo durante siete kilómetros” Al llegar a Otero de Bodas, el OVNI se alejó y al sobrepasar el citado pueblo, volvió a acercarse al testigo. Lo típico de las “persecuciones” de astros. Los obstáculos y la iluminación del pueblo hacen perder de vista, momentáneamente, al supuesto OVNI o que éste parezca alejarse.
“Ahora iba un poco por delante de mí, así que se me ocurrió entonces utilizar los faros y comencé a lanzarle ráfagas. ¡Era increíble! La bola roja respondía de una forma muy curiosa: en un instante se achataba y quedaba como una elipse y formaba a su alrededor círculos de colores, y de la zona central se ponía de color anaranjado. Después volvía a tomar la forma de una bola roja. Lo hice una cuantas veces y siempre respondía igual.” (pp. 47-48) (La negrita es mía).
Trazando el azimut de Arcturus desde esta última población (que en ese momento era de unos 102º) comprobaremos que, durante un buen trecho, la estrella estaba ubicada un poco por delante del observador. La supuesta respuesta del OVNI a las luces que le daba el testigo, probablemente, es una interpretación muy particular del susodicho al parpadeo del astro. Cuando esta estrella está cerca del horizonte y hay buena visibilidad, sus destellos anaranjados son muy llamativos.
A la altura del kilómetro 52, pasando el puente sobre el río Tera, el testigo se detiene para observar mejor: “José Luís, de pie junto al arcén, a escasos doscientos metros del aparato volador, tomaba buena nota de todos sus movimientos.” Repara que hay tres coches parados y sus ocupantes parecen observar el OVNI que: “Poco a poco comenzó a elevarse muy despacio, siguiendo la cuenca del río.”
El testigo se puso en marcha y el OVNI: “Tras sobrevolar la central hidroeléctrica de Valparaíso, fue ganando altitud y tomó lentamente dirección oeste.” (p. 48) (La negrita es mía).
El dato de los doscientos metros al OVNI es muy subjetivo. Los tamaños y distancias estimados no suelen ser precisos y menos si se cae en una ilusión. El azimut de Arcturus, como se aprecia en el mapa, pasa por el cauce del río Tera, la central hidroeléctrica (al ponerse en marcha el testigo) y apunta hacia el oeste.
“Al llegar al cruce con la nacional 525 y dirigirme hacia Mombuey lo tenía justo delante de mí, pero ya muy alejado... Más ráfagas y aquello se acercaba de nuevo, pero cada vez estaba a mayor distancia, en dirección al puerto de Padornelo. Cuando entré en Mombuey, el objeto estaba ya muy alejado y se perdía en dirección a Ourense. Ya no lo vi más.” (pp 48-49)
“Aquel artefacto, OVNI, o lo que fuese no hizo ruido en ningún momento; nada de nada. A mí lo que más me mosqueaba era esa continua sensación en la nuca, algo así que notas cuando crees que te están observando...
Tenía entre 15 y 20 metros de diámetro y hacía como pequeñas oscilaciones o giros al desplazarse. Los otros conductores se fueron enseguida, no sé porqué...” (p. 49) (La negrita es mía).
Si se traza el azimut de Arcturus (aproximadamente sobre las 19:16 horas locales) desde el citado cruce, se comprobará que el mencionado astro era visible delante del observador hasta la entrada a Mombuey. Como en esos momentos a la mencionada estrella le faltaban unos 10º para su ocaso, su observación se iba haciendo más difícil y al entrar en el citado pueblo la perdió de vista definitivamente. Si se prolonga el acimut de Arcturus, veremos que pasa por Ourense, dirección por donde se perdió el supuesto OVNI.
Las posiciones de Arcturus, a lo largo de toda la “persecución”, son plenamente coincidentes con las del OVNI, como ya se ha visto. Si a esto le añadimos una serie de ilusiones sufridas por el testigo más las presumibles ideas preconcebidas del encuestador, resultará un persecución OVNI fantástica.
El autor finaliza la exposición del caso con la siguiente apostilla: “Nunca sabremos si la intención de aquel OVNI era entretener al testigo o sobrevolar lentamente la línea de alta tensión que discurre paralela a la carretera.” (p. 49)
Después de examinar el caso, ninguna de esas dos opciones parecen viables. Habría que preguntarse, a mí juicio, ¿porqué el testigo tomó a una estrella brillante por un OVNI cercano y perseguidor?
Después de examinar el caso, ninguna de esas dos opciones parecen viables. Habría que preguntarse, a mí juicio, ¿porqué el testigo tomó a una estrella brillante por un OVNI cercano y perseguidor?
1 comentario:
Estimado amigo, ya dice el refrán que no hay más ciego que el que no quiere ver.
A veces tenemos ante nuestros ojos una realidad diferente a la que nuestro cerebro interpreta, yo diría que las más de las veces, pero otras son irrefutables, aunque existan personas que por distintos intereses no quieran ver la evidencia.
En lo personal no me cabe la menor duda de la existencia de los Ovnis ya que tanto mis ojos como mi cerebro fueron testigos de un avistamiento el 20 de mayo de 1979 y puedo asegurar por ambos conductos que no era un planeta ni ningún artefacto fabricado por el hombre.
Si te interesa el relato no tengo inconveniente en publicarlo, aunque hasta ahora no lo he contado porque no me he relacionado con personas interesadas en el tema.
Además tengo el testimonio de una compañera de trabajo que fue literalmente perseguida por un Ovni cuando circulaba en el coche en compañía de su esposo e hijos. Esto si es espectacular porque les acompañó hasta la casa e incluso se quedó toda la noche suspendido encima del tejado de la casa vecina originando multitud de fenómenos visuales y acústicos.
Seguiré tu blog a partir de ahora, del cual he tenido noticias por OI.
Un cordial saludo.
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