lunes, 13 de abril de 2020

El extraordinario encuentro de José C. Higgins, 1947


Hace tiempo, un comentario en mi blog venía a decir que no explicaba los incidentes OVNI más extraños o difíciles como por ejemplo el avistamiento del topógrafo Higgins, ocurrido en Brasil en julio de 1947, justo cuando nacía el mito de los platillos volantes. Pues bueno, en esta entrada me pongo con dicho caso.

Esta historia me fascinó cuando la leí, de crío, en un librito que había en mi casa titulado: Misterio en los aires de Esteban Casals (1966), colección Ardilla nº 23. Más aún, porque en la descripción de la misma se decía que había ocurrido antes de empezar la epidemia de los platillos volantes.


El relato del suceso, publicado en las páginas 31-34, lo reproduzco a continuación.


  
Esta increíble historia la tenía olvidada hasta que hace unos días, el estudioso Luis R. González la sacó a relucir en la lista de distribución Anomalist.

El avistamiento se produjo, como se verá después, el día 23 de julio del año 1947 (no antes de empezar la moda de los platillos volantes, como se señalaba en el libro), al noroeste de Pitanga (no Pitanda), Brasil y se sugería que los seres podrían provenir del planeta Urano. Los hechos ocurrieron casi un mes después de la observación de Kenneth Arnold (24 de junio de 1947) y sería uno de los primeros relatos contemporáneos del aterrizaje de un platillo volante y sus tripulantes.

La fascinante historia de los extraterrestres de Pitanga se publicó por primera vez en el periódico brasileño Diario da Tarde, de Curitiba, el 5 de agosto de 1947, página 6.



El incidente fue redescubierto, siete años más tarde, por la revista brasileña O Cruzeiro, el 11 de noviembre de 1954, en un articulo de Joao Martins: SÈRES DO ESPAÇO DESCEM À TERRA, basado en la noticia de prensa del Diario da Tarde de 1947. Referencia enviada a Anomalist por el estudioso brasileño Márcio Parussini.

 

A partir de la publicación del artículo de Martins, el suceso se popularizó en el mundillo ufológico y, por ejemplo, una traducción del mismo se publicó en la revista  Flying Saucer Review, (vol 7, nº 6, nov-dic 1961)

Parece ser que, hasta hace unos pocos años, no se había realizado ningún seguimiento para localizar al testigo de este singular suceso. En este blog se habla de un intento de búsqueda de Higgins pero se quedó en agua de borrajas.

En el año 2010, los ufólogos Pablo Villarrubia y Carlos Alberto Machado fueron a la zona del supuesto aterrizaje buscando alguna evidencia del testigo y de los hechos narrados. En este enlace se puede ver el artículo que publicaron en la revista UFO. Por lo visto, entrevistaron a una señora que vivía en la zona donde ocurrió el suceso y les contó: 
Era a história que minha mãe ouviu e nos contou. Aquelas eram pessoas de outro mundo, dizia. Eu e minha irmã sempre tivemos medo disso
En definitiva, tampoco encontraron certeza alguna del paradero del señor Higgins. 

En este otro sitio se dan algunos datos concretos sobre el asunto. Parece que se obtuvieron en el año 2003. He traducido la parte final de la nota.

Volviendo a la fuente original (al Diario da Tarde, del 5 de agosto de 1947), resulta que la misma noticia se repitió, palabra por palabra, en el mismo diario tres días después, el 8 de agosto. Algo que, como mínimo, resulta chocante.

El inicio de esta historia es muy sospechoso. El artículo de prensa publicado en el Diario da Tarde estaba firmado por un seudónimo, un tal Lamartine, y el relato de Higgins procedía de una supuesta carta recibida en dicho periódico. Luis R González ha revisado todo el mes de agosto de 1947, del mencionado diario, y no ha vuelto a ver la firma de Lamartine ni un desmentido de la noticia. Por mi parte, he revisado el mes de septiembre con el mismo resultado.

Además, la supuesta carta terminaba con este esclarecedor texto:
Teria sido realidade? Na verdade, as vezes duvido que isso tenha realmente acontecido, pois bem pode ser que tudo nâo tenha passado de um estranho mas belo sonho.
 Que traducido decía:
¿Fue una realidad? De hecho, a veces dudo que esto realmente haya sucedido, ya que es muy posible que haya sido un sueño extraño pero hermoso.
La conclusión parece obvia. En mi opinión, y según la documentación que he expuesto, probablemente se trató de una INVENCIÓN PERIODÍSTICA, muy habitual en el tema de los OVNI sobre todo en sus orígenes.

Una muestra, por ejemplo, en la recalada de los platillos volantes en nuestro país, en marzo de 1950. En la entrada: Cuando los platillos volantes llegaron a España, relativa a un par de aterrizajes. Por lo visto, la cuestión de las noticias falsas no es nueva.




5 comentarios:

Alejandro Agostinelli dijo...

Concisa y acertada entrada Juan Carlos, ¡felicitaciones!

Juan Carlos Victorio dijo...

Muchas gracias, Alejandro.

Pablo Petrowitsch dijo...

Muy interesante relato de los antecedentes de este pintoresco caso.

Juan Carlos Victorio dijo...

Gracias, Pablo.

Leopoldo Zambrano Enríquez dijo...

Todo este viaje me ha traído a la cabeza otro semillero de notas falsas, algunas podrían considerarse muy proto y luego fueron desarrolladas por otros, como la que terminó por dar forma a "Los Gritos del Infierno" o aquella en la que un platillo volador aterrizó en la cubierta del U. S. Nimitz, un nombre bastante familiar dentro de la casuística OVNI y cinematográfica. (The Final Countdown - 1980). Ese semillero era "Weekly World News" un semanario canadiense similar al "Semanario de lo Insólito" en México que republicaba historias durante varios años, algunas con otros nombres, otras fotos, incluso con nombres de autores que claramente eran alusión a personajes del medio. Una de esas notas fue replicada por Jaime Maussan en su programa dominical "Extraterrestres convierten en piedra a soldados rusos". ¿Cuál fue la razón por la que se fue de cabeza con esa nota? Que la información había salido de entre los documentos desclasificados de la CIA. Obviamente que las agencias de gobierno debieron recibir montones de cartas o reportes de cosas extrañas, pero eso no significa que fueran el centro de atención pero hoy se usan para darle valor oficial a cuentos que rebasan los límites de la fantasía.