Buscando
en Internet información sobre un incidente antiguo, aparece en una publicación
local burgalesa un popular ufólogo patrio. Concretamente en el número 56 de Crónica de las Merindades, enero 2011.
Por
lo visto, fue a Burgos con Javier Sierra para realizar un reportaje
televisivo que denominaron, Burgos:
operación OVNI. Parece que los citados despertaron el interés por el tema
entre los habitantes de la comarca ya que, el mencionado periódico comenzó a publicar
avistamientos de OVNIs.
El señor Jiménez escribía:
Descubramos los auténticos Expedientes X de la provincia. Estaremos haciendo algo importante. Algo clave para aproximarnos a una verdad que casi nadie se atreve a desvelar.
Uno de esos casos se publicó en el citado número 56, (páginas 24 y 25). Como se comentó que el OVNI era similar a los vistos en Villarcayo y Quintanaortuño (1975) y el suceso viene con bastante información, se me ocurrió darle un vistazo. Además, se trata de un avistamiento con persecución por parte de un objeto silencioso con forma troncocónica, de cuatro metros de largo por tres de alto. Este es el relato:
Después
de hacer unas comprobaciones, todo parece apuntar a una confusión con nuestro
satélite natural. La observación comenzó al pasar la curva de La Maza. El testigo, que iba en
dirección a La Cerca, vio el OVNI al otro lado del río, o sea, a su izquierda.
Precisamente, a las 2 horas del 25 de marzo de 1981, en esa dirección estaba en
el cielo, a poca altura, la Luna. Ver carta celeste y mapa.
En
su trayecto hacia el pueblo citado, el observador hizo varias paradas para ver
mejor el OVNI y al reanudar la marcha se dio cuenta que el fenómeno luminoso le
seguía a la misma velocidad y misma distancia. Al darse la vuelta para buscar a
su compañero, el OVNI volvió a perseguirle en el trayecto contrario. Se trata
de la típica ilusión de paralaje donde, en este caso la Luna, un objeto lejano
parece copiar la velocidad del coche.
Acimuts de la Luna desde diferentes puntos y horas del
trayecto de los testigos
Los
dos testigos se dirigieron hacia Villatomil, con el OVNI persiguiéndolos otra vez, y al llegar
al pueblo, el fenómeno despareció a gran velocidad sobre el monte Rosales.
En
la madrugada de ovnis, la Luna estaba en fase gibosa menguante. Estuvo en el
cielo durante toda la observación del OVNI y los testigos no la vieron, o no la
mencionan, a pesar de estar ubicada por donde éstos situaban al fenómeno
luminoso.
Según
estas fotografías de satélite, tomadas de aquí, el cielo de la comarca estaba
cubierto, parcialmente, de nubes lo que contribuyó a reforzar la ilusión de
estar contemplando un objeto silencioso, anaranjado, que iluminaba los campos y situado
a unos cien metros de distancia.
El OVNI desapareció a gran velocidad por encima del monte Rosales. Mirando desde Villatomil, la Luna estaba en esa misma dirección (ver mapa). La rápida desaparición del OVNI se explica por otra característica ilusión provocada por la rápida ocultación del citado astro por la nubes.
En
la siguiente imagen aparecen los dos testigos señalando hacia la posición que
ocupaba el pretendido OVNI en el cielo.
Al parecer, sitúan al mismo más bajo de lo que estaba. Puede ser debido a que la hora de observación es aproximada (sobre las dos de la madrugada) y pudo comenzar antes. Después de treinta años, la memoria juega malas pasadas y el margen de error puede ser considerable.
Parece
increíble que la Luna pueda ser tomada por un objeto extraño que persigue a la
gente pero los errores de interpretación, las ilusiones, las deformaciones y
creaciones inconscientes al dar y recoger la información generan estos incidentes en apariencia insólitos. Estas confusiones con nuestro satélite natural no son raras, todo lo contrario, son muy
habituales en la casuística OVNI. Por ejemplo, en este trabajo de Eric Maillot se puede leer una buena muestra
sobre este tipo de errores.
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