viernes, 21 de enero de 2022

Un aterrizaje OVNI del año 1950

El caso que se trata en esta entrada se publicó en la Enciclopedia de los encuentros cercanos con OVNIS, de Vicente-Juan Ballester Olmos y Juan A. Fernández Peris (marzo 1987), páginas 85 y 86. El incidente ocurrió en la ciudad de Salamanca, el viernes 7 de abril de 1950, en plena oleada de noticias sobre "platillos volantes" en España.

Una breve descripción del fenómeno observado según la citada obra:

Se hallaba posado sobre los raíles, a unos 15 o 20 m de distancia. Su color era «dorado» y despedía destellos de idéntico color. Sobre una base discoidal de unos 4 o 5 m de diámetro poseía un cúpula, de unos 2 m de altura, en la que se apreciaba perfectamente una hilera de ventanillas con cristales. No hacía ningún tipo de ruido.

En cierto momento de la observación se elevó un poco, inclinándose ligeramente y comenzó a ascender a bastante velocidad, situándose a gran altura en unos instantes. Posteriormente se paró y realizó después ciertas evoluciones. Desapareció con rapidez de la vista al tomar su tamaño aparente el diámetro de una estrella.

La referencia es: "Primera mano, IIEE. Espacio Compartido, 14, junio de 1985, 11-12."

El espectacular caso, además de contar, como mínimo, con nueve testigos (cinco adultos y cuatro niños), ocurrió en pleno casco urbano de la ciudad, concretamente en la zona este de la misma. Algo inusual en un aterrizaje ovni, por lo que no estaría de más examinar la fuente del incidente.

La información procede de la revista, citada arriba, del IIEE, concretamente del apartado: Extraña coincidencia, que se puede leer en este enlace*. Según dicho artículo, el 18 de noviembre de 1981, Manuel Herrero de Ceus (que tenía 8 años cuando ocurrió el caso) contó a los miembros del IIEE la historia descrita, en parte, más arriba. Hay una pequeña errata en el relato de la Enciclopedia...: "poseía un cúpula, de unos 2 m de altura". El IIEE se refiere a la altura del aparato: "Calcularon que sus dimensiones serían de unos 4 ó 5 mts. de diámetro por unos dos de alto." Hay que señalar que el citado declarante es uno de los tres hijos del testigo principal, Secundino Herrero Santana.

Resulta que en 1978 contacté epistolarmente con el Sr. Herrero Santana, que me envió información detallada de la observación en un cuestionario y lo que describe en el mismo es completamente diferente a lo que se cuenta en Espacio Compartido.

El informe del IIEE dice: "Iban a dar un paseo, a lo que invitaba el espléndido día que hacia."

Según Secundino Herrero, salió de su domicilio (ubicado en la calle de Pedro Mendoza) hacia las cuatro de la tarde, con su esposa, sus tres hijos y una amiga. Se dirigían hacia la plaza Mayor para presenciar la Procesión del Santo Entierro desde el balcón del Ayuntamiento.

IIEE: "Su padre decidió que se acercarían hasta la línea férrea  que iba a Portugal..."

Sí o sí, tenían que toparse con las vías del ferrocarril de Portugal. La calle de Pedro Mendoza termina justo por donde pasaba la citada línea férrea.

IIEE: "...y llegados al lugar, subieron por un pequeño terraplén que permite acceder a un sendero por el que se llega a la vía. Una vez llegados a ésta, observaron con gran asombro un objeto extraño, que se encontraba posado sobre los raíles y que tenía forma discoidal."

El Sr. Herrero escribe: "Al llegar al final de la calle [Pedro Mendoza] vi sobre el terraplén de la vía del F.C. un matrimonio con un niño que miraban al cielo y daban voces por lo que estaban presenciando. Dejé a mi familia y subí rápidamente el terraplén y aunque ya veía una cosa en el cielo subí para no perderlo de vista." Dicho terraplén estaba elevado unos tres metros y medio sobre el nivel de la calle.

Secundino Herrero ya observó, desde la citada calle, un punto luminoso lejano en el cielo. Después, desde las vías del ferrocarril, vio sobre el horizonte un artefacto metálico con forma ovoide que se dirigía desde el Alto del Rollo hacia el Noviciado de Jesuitas (del E hacia el SW). Se desplazaba en línea recta suavemente, era plateado mate, a veces brillante, y tenía destellos intermitentes azulados. No apreció sonido por la distancia, el objeto se perdió entre la bruma reinante. La observación duró alrededor de cinco minutos.

En Espacio Compartido se dice: "Quedaron muy impresionados por lo que vieron, iniciando el camino de regreso a casa.  Al girarse se encontraron a un matrimonio con un niño, que también había estado contemplando el objeto."

Como tenían previsto, los observadores se dirigieron al Ayuntamiento. El matrimonio con el niño ya estaba en el terraplén de la línea férrea y fueron las voces que daban lo que alertó al testigo.

El IIEE explica que como hubo otros testigos: "...entre ellos otro concejal del Ayuntamiento, amigo del Sr. Herrera, [sic] por fin se decidió en comentar los hechos en el periódico 'El Adelanto'."

Cuando el Sr. Herrero y su familia llegaron al Ayuntamiento, en el Salón de Sesiones se encontraba su profesor de Geografía con el que comentó lo que había observado. Se encontraba también D. Luciano Sánchez Fraile, que intervino en la conversación y como era el director de El Adelanto, al día siguiente publicó la noticia en el periódico, muy a pesar del testigo que nunca deseó que transcendiera. La nota publicada por El Adelanto, el 8 de abril de 1950, es la siguiente: 


Plano realizado por el testigo (Secundino Herrero) señalando los puntos desde donde realizó  la observación:

 

Los apuntes anteriores pasados a un mapa del Salamanca actual. La línea férrea a Portugal salía de la estación y pasaba por la que ahora es la Avenida de Portugal. Dicha línea despareció en el año 1956. 


Imagen de la época, tomada de aquí, donde aparecen el puente de hierro, sobre el Paseo de la Estación, y el terraplén de la línea portuguesa, ya desmantelada, que daría paso a la Avenida de Portugal.

Secundino Herrero me indicó que a pesar de haber transcurrido 28 años había intentado dar los datos con la mayor exactitud posible pero no descartaba posibles errores como la altura, distancia y tamaño del objeto.

La tarde de los hechos era soleada y con viento suave. El Sol se encontraba hacia el SW, a unos 38º de altura sobre el horizonte. O sea, estaba a la derecha de los testigos y del "misterioso" objeto. La descripción del fenómeno: un punto luminoso lejano desplazándose lentamente en línea recta, visto durante unos cinco minutos, reflejando la luz solar, etc., apunta a un avión moviéndose por el horizonte salmantino. Normalmente, este hecho pasaría desapercibido pero estando como estaban en plena euforia de "platillos volantes", la gente estaría más pendiente del cielo para divisar al fenómeno de moda en esas fechas.

Resulta curioso que la observación de un objeto que volaba en la lejanía se haya convertido, treinta y un años después, en un aterrizaje típico de la mitología OVNI.

¿Manuel Herrero contó la historia distorsionada a los encuestadores del IIEE? ¿Fue una interpretación desafortunada del IIEE? ¿Influyó en el relato la edad de Manuel (ocho años en 1950) y el tiempo transcurrido hasta que le encuestó el IIEE en 1981?


*Pdf enviado por Vicente.Juan Ballester Olmos 

 

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